Una de las vías de mayor importancia para esta subregión antioqueña aún no cuenta con el cierre financiero que permita asegurar su ejecución. Líderes locales piden atención por parte del nuevo Gobierno.
La región bananera de Antioquia expresa preocupación por el estado actual del proyecto Mar 2, una de las Autopistas para la Prosperidad diseñadas con el propósito de mejorar los tiempos y costos de desplazamiento, que en el caso de la ruta Medellín-Urabá, -De acuerdo con el Gobierno Nacional- representará un ahorro del 29% en gastos de operación vehícular.
Esta vía -definida como estratégica por la conectividad que sugiere- actualmente no cuenta con un cierre financiero, es decir, con el desembolso del dinero para cubrir sus obras; algo que según expresó el presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), Juan Camilo Restrepo, tiene inquietos a los líderes urabaenses.
“La petición que nosotros (empresarios, alcaldes y ciudadanos) le estamos haciendo al presidente electo, doctor Iván Duque, es que nos ayude desde el punto de vista del principio de la confianza inversionista, para que Mar 2 tenga cierre financiero”, dijo el alto ejecutivo.
Afirmó que “Augura es mucho más que la suma y resta de cajas de banano”, por ese motivo -aseguró- no pueden ser ajenos a este contratiempo que “sin duda” debe ser resuelto para materializar el sueño de la conexión vial entre la capital antioqueña y el Urabá.
Restrepo reconoció que Mar 2 no tiene una relación directa con la actividad de comercio exterior ejecutada por su Asociación bananera, pero teniendo en cuenta el liderazgo que tiene ella en su territorio, defendió nuevamente la solicitud hecha a la Nación para que vele por el bien del proyecto.
Un eventual retraso -o en el peor de los escenarios- una parálisis en las obras representaría “un retroceso, quedaría ese tramo entre Cañasgordas y Chigorodó sin las cualidades que tienen el Túnel del Toyo Guillermo Gaviria Echeverri y Mar 1”, señaló Restrepo.
“Tendríamos muy buena carretera de Medellín hasta Cañasgordas, pero de Cañasgordas a Chigorodó la vía quedará con unas especificaciones que no son acordes a una conectividad óptima”, agregó.
Consideró que la comunidad debe ser informada acerca del estado actual del proyecto, -pues a su juicio- ese diálogo permanente entre el Estado y la población es el que conduce las grandes iniciativas a un feliz término.
Así mismo, reveló que confía en que Urabá sea una prioridad para el jefe de Estado entrante y esté en su mente y en su plan de desarrollo.
Por su parte, el gerente de la Sociedad Portuaria de Turbo Pisisí S.A., Teófilo Lemus, señaló que ante la realidad de Mar 2 prefiere guardar la calma y asegura que tan pronto inicien las obras para dar vida a esta terminal marítima, también se jalonará el cierre financiero destinado a esta Autopista para la Prosperidad.
De igual manera, Lemus advirtió que se deben planear intervenciones en todas las vías del territorio bananero, teniendo en cuenta que con la entrada en funcionamiento de los tres puertos que tendrá Urabá, terminará por aumentar el tráfico que atrae un central logística de gran magnitud.
Estas obras de infraestructura -sostuvo- atraen desarrollo socio-económico desde que se firman los contratos de concesión y por eso deben protegerse.