Guatapé sin camisa

Autor: Henry Horacio Chaves
10 febrero de 2017 - 12:00 AM

Causó molestia entre buena parte de la población y los visitantes asiduos de Guatapé, 

Causó molestia entre buena parte de la población y los visitantes asiduos de Guatapé, la recomendación de la administración local de deambular por sus calles en vestido de baño, chanclas o bermudas. Un llamado oficial que motivó la protesta popular, sobre todo entre los más jóvenes, aunque es justo decir que también hubo voces de respaldo, sobre todo entre los más mayores. Un tema que vale la pena mirar a “calzón quitao”, para usar un dicho popular que calza a la medida.

Hay que subrayar que se trata de una recomendación de estilo, más no de una medida restrictiva. Una invitación colgada en carteleras públicas y no fijada en un decreto o una gaceta oficial. Si se queda en eso, no pasa de ser una opinión del alcalde y su secretaria de turismo sobre un asunto estético; el problema es que cuando una autoridad utiliza su dignidad para hacer prevaler su visión del mundo, lo estético cobra una dimensión ética que vale la pena revisar.

Argumentan los defensores de la idea que en muchos lugares turísticos del mundo hay restricciones de vestuario y comportamiento. Una realidad que suele informárseles a los turistas antes de elegir el destino, pero que casi siempre se limita –en el caso de los códigos de vestuario-, al ingreso de determinados lugares sagrados o sitios cerrados específicos; no necesariamente para caminar por una plaza principal y menos por un malecón o una alameda.

También es cierto que hay turistas y habitantes de sitios atractivos como Guatapé que pueden molestar a otros llevando al límite la informalidad del vestuario y de ciertos comportamientos en restaurantes, hoteles o aún en la iglesia. Una situación que en otras latitudes se allana con normas específicas que restringen ingreso a los comedores, salones, museos o sitios religiosos con vestido de baño o en chanclas, como existe en muchos hoteles o cruceros, en museos y complejos sagrados, por ejemplo. Una potestad que le debe corresponder al dueño del lugar o a quien lo administra, más que al gobierno local que debería concentrarse mejor en cómo atraer más turistas y motivarlos a que regresen.

En Guatapé, como en otros lugares de Antioquia y del país, es mayor el potencial turístico que el beneficio que hoy se obtiene de la llamada industria sin chimeneas. En eso podría esforzase más la alcaldía, con programas creativos y con estímulos al sector privado para que genere empleo y dinamice la economía. Una labor que supone un compromiso ético en contra de prácticas como la explotación sexual o el denominado narco turismo. Así mismo demanda la vigilancia efectiva a la protección del medio ambiente a través de prácticas turísticas sostenibles y respetuosas del patrimonio y del entorno. En ello debería estar centrado el esfuerzo y el mensaje oficial, más que en los códigos de vestuario que pertenecen al ámbito privado y hacen parte sustancial del libre desarrollo de la personalidad.  

Respetables la visión del mundo y la estética del alcalde y sus funcionarios, pero si las convierten en reglas o patrones de comportamiento quedan haciendo equilibrio entre el abuso de la autoridad y el ridículo. Un temor, que dicho sea de paso, ha generado en algunos de sus artículos el nuevo código de policía. Ya hacen trámite varias demandas y tutelas contra la norma que recién está en etapa pedagógica, que algunos creen excesiva y riesgosa en una sociedad como la nuestra, mientras que otros piensan que solo atemoriza a quienes no fueron bien educados en la casa.

Oportunidades ambas, el código y la invitación de marras, para revisar en colectivo el sentido de lo público y la vida en comunidad. Si motivan análisis sobre esos temas tal vez resulten más útiles que corrigiendo lo que pretendían enderezar.

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
3
Ambiente /

Aprenda a leer y a encontrar la información de calidad del aire

Estos son algunos de los pasos para comprender y hacer una lectura más técnica de la información...
4
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
5
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
6
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...