Los miembros del gobierno autónomo catalán no contemplan acatar el cese decretado por el gobierno español y exploran alternativas que les garanticen soberanía.
El Gobierno regional de Cataluña, cesado este viernes por un decreto del Ejecutivo español para restablecer la legalidad, no se da por destituido y tiene previsto mantener su actividad.
El Parlamento regional catalán aprobó el viernes una declaración de independencia que llevó al Ejecutivo español, con el apoyo del Senado, a aprobar una serie de medidas para recuperar la legalidad.
Entre ellas figura el cese de todo el Gabinete presidido por Carles Puigdemont y la convocatoria de elecciones autonómicas en Cataluña para el 21 de diciembre.
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Sin embargo, según fuentes, los miembros del Ejecutivo catalán no contemplan acatar su cese y preparan los siguientes pasos para desarrollar el encargo recogido en la resolución independentista aprobada por el Parlamento autonómico.
Sobre la mesa, según fuentes soberanistas consultadas, figurará el análisis de los escenarios que se abren a partir de ahora tras la acción del Gobierno español y ello incluye la posibilidad de convocar, a su vez, elecciones para antes de final de año a las que darían un carácter constituyente.
En la resolución independentista, el Parlamento instaba al Gobierno autonómico a aprobar los decretos y resoluciones que sean necesarios para desarrollar la ley de transitoriedad jurídica - que creaba un marco legal catalán provisional - y que el Tribunal Constitucional español había suspendido.
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Mientras tanto, la Fiscalía General del Estado ultima su querella por un delito de rebelión contra los artífices de la declaración de independencia aprobada por la Cámara catalana, una acción penal que afectará al menos a los miembros del Gobierno autonómico y a los de la Mesa del Parlamento que permitieron la votación, que fue secreta para dificultar eventuales consecuencias penales.
Otro cese que no se conoció en un primer momento y que ha trascendido durante la madrugada ha sido el del jefe operativo (mayor) de los Mossos d'Esquadra, que es la Policía regional catalana, Josep Lluís Trapero, quien fue reemplazado por su segundo, Ferrán López.
Trapero está siendo investigado en la Audiencia Nacional española por el supuesto delito de sedición por la actuación de los Mossos durante el registro que funcionarios judiciales y agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo el 20 de septiembre en la Consejería de Economía catalana.
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Miles de personas en el exterior bloquearon la salida de la comitiva durante horas, por lo que la cúpula de los Mossos ha sido criticada por su pasividad.
Con el Gabinete Puigdemont cesado, según publicó el Boletín Oficial del Estado, mantener su actividad podría constituir un delito de usurpación de funciones.
Según el decreto del Gobierno español, los ministerios asumirán las competencias de la autonomía catalana, bajo la coordinación de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.