Según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, estas disidencias se lucran de las rentas generadas por el narcotráfico y la minería ilegal.
El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, reconoció que las disidencias de las Farc cuentan con 1.200 miembros, entre los que se cuentan guerrilleros que no se acogieron al proceso de paz y combatientes reclutados después de la firma del Acuerdo.
En declaraciones a Caracol Radio, el ministro afirmó que el crecimiento de estos grupos se debe, en gran medida, a que algunos guerrilleros han abandonado los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (Etcr).
Sin embargo, el ministro explicó que, a lo largo del 2018, las fuerzas militares y la Policía Nacional han “neutralizado” a cerca de 300 miembros de esos grupos, en acciones como capturas, bajas y presentaciones voluntarias de los combatientes.
Villegas también comentó que las principales actividades de estas disidencias son el narcotráfico y la minería ilegal.
Igualmente, el jefe de la cartera de Defensa se refirió a la alias guacho, comandante del frente Oliver Sinisterra, diciendo que este ha puesto en marcha un “diseño comunicacional” que busca propiciar una pelea entre Ecuador y Colombia.
Frente al secuestro y asesinato del equipo periodístico del diario ecuatoriano El Comercio, mencionó que en este caso hay una “crueldad mafiosa” por parte de este grupo que perpetró dos secuestros, “uno cuando estaban vivos y ahora muertos”, respecto a la negativa de la disidencia de entregar los cuerpos.
Las alertas por la deserción de los excombatientes de las Farc no son nuevas. El jefe de la Misión de la Organización de Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault, advirtió en noviembre de 2017 que cerca del 55% de los excombatientes habían salido de las zonas ante la incertidumbre y desilusión de los retrasos en el proceso de implementación de los acuerdos.
Por su parte, la Fundación Ideas para la Paz señaló, en el informe Trayectorias y dinámicas territoriales de la disidencia de las Farc, que no sólo las actividades ilegales son determinantes en la conformación de las disidencias, sino también cuestiones políticas e ideológicas, como “los cambios de liderazgos, los temores e incertidumbres sobre los avances de la implementación y las garantías de seguridad”.