Gira la lectura se realiza desde este miércoles hasta el próximo sábado, en el Parque Principal del municipio del norte del valle de Aburrá.
La Administración Municipal de Girardota, a través de la Subsecretaría de Cultura, realiza por tercer año consecutivo Gira la lectura – la Fiesta Local de la Literatura, un encuentro para todos los habitantes del municipio en torno al libro y a las diversas prácticas de lectura y escritura, y al mismo tiempo un escenario de integración cultural y académica, que visibilizará a escritores, compositores, artistas y músicos.
En la versión de este año, que se realiza desde este miércoles hasta este sábado 28 de julio en el Parque Principal, se llevarán a cabo diferentes talleres, conversatorios y ponencias académicas en torno a la memoria, la identidad y el territorio; propiciando diálogos entre las ideas más antiguas y las memorias recientes de los girardotanos, es decir, las voces y experiencias de los viejos y nuevos pobladores.
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“Esperamos que esta propuesta aporte a la transformación de las concepciones de la lectura, la escritura y la literatura, buscamos integrar todos los saberes posibles para generar nuevas experiencias de aprendizaje lúdicas y creativas entre los niños, jóvenes, la población con capacidades diversas y adultos, para que se constituyan en sujetos de derecho y ciudadanos activos de su territorio, de su contexto cultural y político”, afirma Paola Sánchez, coordinadora académica de Gira la Lectura.
Además de las actividades académicas y artísticas, se ubican stands con la participación de sellos editoriales, donde los asistentes van a poder intercambiar y comprar material bibliográfico.
Una de las metas que se espera lograr en esta versión, es realizar una publicación con escritores del municipio y de la región que sirva como memoria literaria, disponible para consulta en la Biblioteca Pública Municipal Jacinto Benavente.
Gira la lectura 2018 invita a leer el espacio transformado como un conjunto simbólico en un momento histórico decisivo para el país. Ir y volver, detenernos en los parajes conocidos, en las esquinas de siempre, escuchar las historias de los viejos y los sueños de los pequeños, son acciones que convierten la tierra en la que nacemos en un referente de identidad, que nos permite reconocernos como individuos y como pueblo.