Recientemente se dio a conocer la decisión del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) de otorgar la alta calidad al Doctorado Interinstitucional de Educación que lideran las universidades Pedagógica Nacional (UPN), Distrital (UDistrital) y Valle (UniValle); hasta la fecha sólo los programas de doctorado en Educación de la Universidad de Antioquia y de la Universidad de los Andes contaban con este reconocimiento de alta calidad.

Para la UPN, institución rectora en educación en Colombia, este reconocimiento la consolida como la única Universidad en Colombia que logra tener todos sus programas de pregrado y posgrado con acreditación de alta calidad; en parte la explicación viene de la aplicación del artículo 222 del Plan Nacional de Desarrollo que dio plazo de dos años para que todos los programas de licenciatura, que a la fecha de expedición de la ley 1753 de 2015 tuvieran cuatro cohortes de graduados, obligatoriamente deberían obtener la acreditación de alta calidad.

Es interesante apreciar este efecto positivo que tuvo la implementación de la Ley 1753 sobre la UPN y sobre otras universidades que lograron obtener sus acreditaciones institucionales al aumentar el número de programas de licenciatura con acreditación de alta calidad. Al respecto me comentó un colega de la Universidad de Nariño que tener más programas acreditados de alta calidad (léase licenciaturas) fue uno de los aspectos claves en la acreditación de alta calidad de la IES.

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A pocos meses de cumplirse el período del rector de la UPN el balance que deja es altamente positivo, no sólo por el reposicionamiento de la Institución en el contexto nacional medido a través de la acreditación de todos sus programas de pregrado y posgrados y la acreditación de la Universidad, sino también por el liderazgo que ha logrado consolidar al frente de la presidencia de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun); el Dr. Adolfo León Atehortúa ha sido consecuente con la dignidad de rector, lo que no le ha impedido elevar una voz crítica de la política pública que se impulsa desde el Gobierno Nacional.

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No se puede decir lo mismo del balance que deja el rector saliente de la Universidad de Antioquia, que según sus propias palabras se concentra en la formulación del plan de desarrollo 2017-2027, la regularización del calendario académico, la disminución del déficit en un 10%, la adecuación administrativa, la convocatoria fallida para nombrar el representante estudiantil al Consejo Superior Universitario, la creación de la Orquesta Sinfónica de la UdeA y el ingreso del Instituto de Física al proyecto mundial del acelerador de partículas. Como lo ha expresado el presidente de la Asociación de Profesores algunos de estos logros se dan por la propia inercia institucional y no representan la huella del rector de turno.

Sin desconocer el componente político que tiene la elección del rector de la UdeA por parte del Consejo Superior Universitario, se está ante una excelente oportunidad para comprometer a la nueva administración que llegue, con desafíos que trasciendan la cotidianidad de la Institución y que representen verdaderos aportes al desarrollo de la región. La UdeA, además que le asiste la responsabilidad, tiene todas las condiciones para liderar el desarrollo científico, cultural y académico de su región de influencia. Aspiramos a que los compromisos que adquieran los diferentes candidatos a la rectoría trasciendan la esfera institucional y que se conviertan en iniciativas transformadoras en bien de la sociedad. 

(*) Profesor Universidad de Antioquia