Madrugan sagradamente todos los días, de lunes a viernes, para comenzar el entrenamiento a las 6:00 a.m. Cumplen con el ritual previo a la práctica, que incluye oración, charla técnica, estiramientos y después para la cancha. Realizan trabajos tácticos, de estrategia y definición, se exigen al máximo y no ahorran una gota de sudor. Son dos horas a pura intensidad. 
Pero llega el domingo, por ahora cruel domingo, y les toca mirar los partidos del fútbol colombiano e internacional por televisión y no tienen competencia, más allá de algún amistoso.
En Colombia, cientos de jugadores profesionales sin contrato se entrenan para no perder vigencia y recibir una nueva oportunidad en el fútbol de alta competencia. En vista de esta situación, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) designó hace un par de años a las ciudades de Cali y Medellín como sedes para que acojan a los deportistas que se encuentran libres, con el fin de ejecutar un plan de trabajo y mantenerse en la mejor condición posible, a la espera de algún llamado de clubes nacionales o internacionales.
En Medellín, el técnico del equipo de la Acolfutpro es Carlos Ganiza Ortiz, exjugador de clubes como Medellín, Once Caldas, Santa Fe, Junior e Itagüí. Hace un año asumió labores y por su plantel han pasado más de 100 futbolistas.

Lea: Los entrenadores antioqueños, ignorados en el fútbol colombiano
“Este es un proyecto muy bonito, trabajamos con un grupo de jugadores que se quedaron desempleados momentáneamente y hemos podido aportarles esperanza y fuerza espiritual porque es una situación complicada para ellos, todo el tiempo trato de inculcarles que perseveren y no bajen los brazos. Y en el día a día realizamos un trabajo exigente, la preparación es importante para cuando les salga un nuevo trabajo se adapten rápidamente y peleen por un puesto en el club que los contrate”, aseguró Ganiza, hermano mayor de Juan Esteban Ortiz, actual jugador de Rionegro Águilas y quien estuvo un par de meses trabajando con el equipo de la asociación, ya que no consiguió club tras regresar del fútbol de Estados Unidos.
“Acá todo el tiempo se rota la nómina porque algunos jugadores consiguen equipo y otros que están libres vienen a entrenar con nosotros. Ha llegado el momento en el que he tenido a 35 jugadores, ahora estamos con poco menos de 20, todos ellos tuvieron equipo hasta el año pasado, incluso algunos que no juegan desde 2015. Hay gente que cree que el fútbol es color de rosa pero no es así, estos muchachos sacrificaron su juventud y se prepararon para cumplir el sueño de jugar desde los doce, trece años. Incluso acá, hoy en día, tengo jugadores que por la precaria situación económica no pueden venir a entrenar porque tienen que levantarse a trabajar, conseguir el sustento para sostenerse”, añadió Ortiz.

“No me ilusiono”
En 2009, Camilo Campo se erigía como una promesa del fútbol. Era la sensación con el Itagüí (hoy Rionegro Águilas, que en aquel momento militaba en la Primera B), incluso en algún momento logró afianzarse en la formación titular por encima de talentosos, como Cléider Alzate y el fallecido Gustavo Dávila.
Formó parte del plantel que un año después logró el ascenso a la Primera División, pero su rendimiento comenzó a declinar. Después pasó con poca figuración por clubes como Equidad, Atlético Bucaramanga y Real Santander.
Pasó todo 2016 sin jugar, tiempo muy prolongado de inactividad para un futbolista, situación que lo convirtió en una persona realista, aunque se niega a tirar la toalla y jamás le ha pasado por la cabeza retirarse.
“Uno sabe lo que tiene. No me rindo porque sigo con la esperanza de que llegará una nueva oportunidad, tengo condiciones para seguir luchando, la toalla se tira cuando esté en edad de tirarla, tengo 29 años, estoy en edad y condición de jugar y voy a seguir entrenando todos los días fuerte para conseguir un trabajo”, aseguró el creativo antioqueño.
“Pero no me ilusiono. Soy realista y aunque he tenido algunos sondeos, he hablado con técnicos y con gente del fútbol, no puedo adelantarme a los hechos y la idea es esperar hasta que tenga un contrato firmado”, agregó Campo. 

La cabeza del proyecto
Carlos González Puche es el Director Ejecutivo de Acolfutpro. Sobre el trabajo que se realiza en las sedes de Medellín y Cali, manifestó que “a diferencia de lo que ocurría antes de la existencia de Asociación, cuando los jugadores tenían que pagar por entrenar en gimnasios o entrenar en parques por su cuenta, resolvimos devolverle al futbolista el respeto y la dignidad por la profesión, por la posibilidad de tener un entrenamiento digno bajo supervisión de un director técnico y un preparador físico profesional, un utilero que les proporciona ropa limpia y todos los elementos para hacer el entrenamiento adecuado conforme al programa que desarrolla”.
“El trabajo de Ganiza (Carlos Ortiz) en Medellín es importante, en su etapa como jugador siempre estuvo comprometido con la agremiación, y ahora que está como técnico ha tenido la oportunidad de crecer, al igual que José Mera, el técnico en la sede de Cali. Anteriormente estuvo con nosotros Jairo el Viejo Patiño, quien ahora se fue a dirigir a Llaneros, así que para los técnicos también es una oportunidad para que se preparen”, argumentó.

Campeones en Cali
Colombia se quedó con el primer lugar del torneo de jugadores sin contrato, que se celebró a finales de enero pasado en el Club de Los Farallones, en Cali, y reunió a jugadores libres de países como Perú, México y Uruguay. José Mera, director técnico en la sede de Cali, comandó el equipo en el certamen que por primera vez se jugó en nuestro país.
“Los muchachos demuestran día a día que están vigentes, preparados, el primer lugar en el torneo fue muy positivo, pero lo más importante es que se mantengan activos, a la espera de una nueva oportunidad en el fútbol profesional”, aseguró Mera, recio defensor que defendió, entre otras, las camisetas de Medellín, Deportivo Cali y Millonarios.

“Primera vez que me pasa”
Uno de los jugadores con mayor trayectoria y recorrido que se encuentran sin trabajo es el santandereano Edwards Jiménez, quien está practicando con el equipo de la agremiación en Cali.
Sobre su situación, el exjugador de Once Caldas, Pasto y Cúcuta, entre otros, dijo que “es difícil, tantos años jugando, tantas pretemporadas y saber que tengo las condiciones y que no se abran las puertas como uno quisiera. Es la primera vez que me pasa y es complicado, pero lo más importante es que me sigo preparando y entrenando por si se da la oportunidad, estar en muy buena forma”.
“Uno se desanima al ver compañeros como Máyer (Candelo) con 40 años y en el gran nivel en el que está, esto no es de edad sino de capacidad. Afortunadamente siempre donde jugué dejé huella, salí goleador en algunos equipos, hace poco hubo acercamientos de algunos equipos que no llenaron mis expectativas”, aseguró el Torito de San Gil.
Pese a que ha tenido destacadas actuaciones en diversos equipos de la A, Jiménez no descartó fichar por un equipo de la Primera B: “Lo aceptaría, más si es en un equipo que tenga aspiraciones de ascender como lo hice cuando jugamos los Cuadrangulares y ascendimos con Cúcuta, fue una experiencia muy bonita”, dijo.

Se abren las inscripciones
Entre el lunes 20 y el viernes 24 de marzo, la Dimayor habilitará un periodo para la inscripción de jugadores que estén sin contrato. Iván Novella, gerente de la Dimayor, explicó detalles: “La reapertura de inscripciones aplica para los equipos de la A y de la B, incluso para la Liga Femenina. Los equipos interesados solamente pueden inscribir jugadores que se encuentren libres, sin contrato, hasta el día anterior del cierre del primer plazo de inscripciones, que concluyó el pasado 17 de febrero. Es decir, si un jugador rescindió contrato con cualquier equipo antes del 17 de febrero, puede ser contratado sin ningún problema por otra institución”.