urante 30 años la Fundación Unibán, presente en el Urabá antioqueño y en el departamento del Magdalena, se ha dedicado a construir el diálogo, el  tejido social, el desarrollo sostenible y la participación ciudadana entre los trabajadores del sector, sus familias y la sociedad en las zonas de influencia de la industria bananera. 
Creada por la Comercializadora Internacional Unibán, la Fundación mira el futuro con proyectos de mediano y largo plazo. Estos, así como los logros de tres décadas, hicieron parte de la conversación que el gerente de la Fundación, Luis Fernando Suárez Vélez, sostuvo con EL MUNDO. 

¿Qué destaca de estos 30 años de labores?
Primero el origen, que se da porque los empresarios bananeros identifican la problemática de carencia de vivienda de los trabajadores bananeros. La Fundación definió como propósito el programa de vivienda. Este programa permitió que en estos 30 años, entre vivienda nueva, mejoramientos de vivienda, préstamos para adquisición y para construcción en sitio propio, se hayan dado un poco más de 3.000 soluciones. En el marco de la negociación con el sindicato Sintrainagro, se definió crear el Fondo Paritario de Vivienda, que es administrado por la Fundación Unibán y permite que, a través de la Junta Paritaria de Vivienda, les haga préstamos a los trabajadores bananeros a muy bajos intereses. 
El segundo tema para destacar es el programa de formación y educación. La Fundación es propietaria del Instituto Unibán, que ofrece educación inicial, básica y media hace 47 años. Este ha sido un aporte determinante para el proceso de formación de cientos de jóvenes. 
Tenemos definido para el año 2018 iniciar con formación técnica y tecnológica para el trabajo. Este será un hito de la Fundación y del Instituto.
Y el tercer tema que destaco tiene que ver con la construcción de tejido social. Ser capaz de desencadenar procesos de diálogo, de conversación con las comunidades. Somos muy fuertes en los procesos de participación social y ciudadana, tenemos mucho reconocimiento con los líderes del Urabá, integrantes de las Juntas de Acción Comunal (JAC), Juntas Administradoras Locales (JAL), de manera que ese diálogo y esa participación son determinantes porque creemos que van en la ruta de construir institucionalidad. 

¿Cuál es el futuro de la Fundación?
Por decisión de la Junta Directiva, el año pasado hicimos una revisión de nuestra estrategia. Se definieron por la Junta Directiva tres programas: formación y educación a través del Instituto, con dos temas: primero, el de formación técnica y tecnológica orientada al sector de la agroindustria bananera; segundo, un proyecto en alianza con la Universidad Eafit para intensificar las clases de inglés en el instituto, en la ruta de que el colegio sea bilingüe. Este proyecto es muy importante porque no está pensado exclusivamente para el Instituto sino que en la alianza queremos montar un centro de idiomas en Urabá, que sirva para que los jóvenes, empresarios y la comunidad de la región se formen en una segunda lengua. 
Anexo al tema de formación y educación, tengo que destacar el proyecto de la pre orquesta sinfónica de la Fundación que ya lleva tres años y que es un proyecto incluyente porque tenemos un poco más de 200 niños de instituciones educativas públicas y privadas de Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó. Este proyecto es una alianza con la Filarmónica de Medellín. 
En la línea de desatar procesos de diálogo y de participación social, en el marco de la celebración de los 30 años realizaremos un foro para  hablar de desarrollo sostenible.  Creemos que el momento histórico que vive Urabá, con proyectos que ya están prácticamente materializados (puertos, vías 4G, hospitales de tercer y cuarto nivel, centros comerciales), tiene que pensarse con una visión de mediano y largo plazo. El foro es el punto de partida para el año entrante sentarnos los gremios, los dirigentes, los empresarios, el sector público y la academia a construir la nueva agenda de Urabá para los próximos 30 años, con la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Cuál es la mayor fortaleza de la Fundación?
Lo más importante es la presencia sostenida en Urabá, que nos da autoridad moral para participar en cualquier proyecto. Creo que vamos a ser actores de primera línea en la formulación y ejecución de proyectos en el marco del posconflicto. 

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¿Cuál es la apuesta de la Fundación Unibán con el posconflicto?
La Fundación ya ha desarrollado proyectos con recursos propios y de cooperación nacional e internacional orientados específicamente a personas que se han desmovilizado de grupos armados, por ejemplo del Epl. Existe un proyecto que se realizó hace algunos años en Mutatá donde se creó una asociación de piscicultores y muchos de sus miembros son desmovilizados.  Ese trabajo que ha hecho la Fundación de generar diálogo, confianza con las comunidades, de construir tejido social, ha sido fundamental para el proceso de pacificación de Urabá. 

¿Qué hace de Unibán la industria privada más representativa de Urabá? 
La comercializadora exporta cerca de 40 millones de cajas de banano, cinco millones de cajas de plátano, lleva más de 50 años en la región haciendo presencia, invirtiendo, haciendo que los negocios funcionen, generando empleo. Unibán genera fácilmente unos 17.000 empleos directos, puede generar unos 30.000 empleos indirectos. 

¿Cómo la Fundación ha favorecido la relación de Unibán con el sindicato?
Uno de los grandes logros de la agroindustria bananera es que fue capaz de ponerse de acuerdo con los sindicatos en cuanto a objetivos y propósitos. Si al productor le va bien, al trabajador le va bien. Las ganancias que genera esta agroindustria permiten que en los acuerdos sindicales se definan recursos para beneficiar al empleado. Ejemplo de ello es el fondo rotatorio de vivienda. 

¿Cómo ha sido la respuesta de los empleados a estos programas que ofrece la Fundación?
Los trabajadores bananeros siempre reciben bien todos los programas y proyectos que la Fundación ejecuta para ellos. Una de las cosas que más valoran son las viviendas. A un trabajador bananero le cambia la vida cuando se le entrega su vivienda o los recursos para el mejoramiento. 

¿Cómo aporta la Fundación para facilitar el relevo generacional  en la industria?
El proyecto más importante es el del Instituto Técnico Unibán. Allí ya tenemos para iniciar el año entrante procesos dirigidos a jóvenes en formación para el trabajo, cursos cortos, técnica y tecnológica, apuntando a la agroindustria bananera. Esto nos va a permitir que estando en la región, a través del colegio se formen jóvenes que se puedan enganchar al sector. 

¿Qué otros proyectos de la Fundación ofrecen alternativas para los jóvenes?
El proyecto Beisbolerito, con jóvenes de Carepa, Turbo, Apartadó y Chigorodó, y el de la orquesta sinfónica, programas de deporte y cultura que además son incluyentes porque no están dirigidos específicamente a hijos de bananeros. 

¿Qué mensaje da la Fundación en sus 30 años a la comunidad? 
Primero de agradecimiento a los aliados, a los cooperantes, a las alcaldías, a todas las organizaciones que han confiado en nosotros, que nos han entregado sus recursos para ejecución de proyectos y que nos han permitido tener una presencia permanente y hacer bien hecha nuestra tarea. 
Segundo, la invitación para que construyamos la nueva agenda de los próximos 30 años y que, al ponernos de acuerdo en lo que debe ser el futuro de Urabá, todos participemos.