El papa Francisco afirmó que los chismes y hablar más del otro dentro de las comunidades religiosas es como hacer terrorismo, en el encuentro con los religiosos en la Iglesia del Santo Rosario en Dacca, en su último día de visita a Bangladés.
El papa Francisco regresó este sábado a Roma tras concluir su gira asiática que comenzó el lunes en Birmania (Myanmar) y concluyó esta jornada en Bangladesh, en un viaje que estuvo marcado por la crisis de refugiados de la minoría musulmana rohinyá.
El avión de la aerolínea bangladeshí Biman despegó a las 5:00 de la tarde, hora local, y arribó a Roma a las 11:00 de la noche.
La visita de Francisco a Bangladés, que comenzó el jueves, estuvo dominada por la crisis de refugiados rohinyás en el país, a donde han huido desde el estallido de violencia el pasado 25 de agosto en Birmania más de 620.000 miembros de esta comunidad.
El jueves, en presencia del presidente bangladesí, Abdul Hamid, el papa pidió ayuda a la comunidad internacional para hacer frente a la crisis de refugiados rohinyás, aunque al igual que en Birmania evitó citar por su nombre a esa minoría musulmana.
Un día después, Francisco pronunció finalmente el término “rohinyá”, que había evitado durante esta gira en Birmania y Bangladés, un país este último donde los musulmanes representan casi un 90 % de sus 160 millones de habitantes.
“La presencia de Dios hoy también se llama rohinyá. Que cada uno tenga su respuesta”, dijo Francisco en italiano tras haber mantenido un encuentro con 16 miembros de la minoría que procedían.
Hasta ahora, Francisco había evitado decir esta palabra porque en Birmania podía haber suscitado las reacciones violentas de algunos extremistas, tal y como le había aconsejado la Iglesia local.