El foro, desarrollado en el paraninfo de la Universidad de Antioquia, tuvo una masiva concurrencia.
Con la presencia de Pastor Álape, excombatiente de las Farc, Ariel Ávila, director de la fundación Paz y Reconciliación, y víctimas, representantes del Gobierno, líderes, excombatientes y cocaleros, se celebró este viernes el foro informativo denominado QuePAZa, celebrado en el paraninfo de la Universidad de Antioquia y en el cual también se rindió homenaje a los líderes sociales asesinados en nuestro país.
Aspectos como el posconflicto, el proceso de paz y la reconciliación fueron abordados por los exponentes, quienes también interactuaron con decenas de asistentes.
Álape, quien en la actualidad forma parte de la Dirección Nacional del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), inició su intervención diciendo que “somos muy críticos al Acuerdo de Paz. Los incumplimientos están claros, el Gobierno se dio una estrategia para la negociación, desde una lectura un poco más extrema de algunos de mis compañeros, podría decirse que el Gobierno tenía una estrategia de desmovilizar a la organización. Diríamos de manera general porque en la construcción del acuerdo a veces tampoco era mucha la estrategia que se viera. Pero no se estableció una estrategia de Gobierno para implementar el Acuerdo. Y el acuerdo sobre reforma rural integral ya hace cuatro años se firmó, se supone que un gobierno que tenga una visión de establecer una política pública a largo plazo había hecho los ajustes institucionales para poder implementar la reforma rural integral, para entrar a resolver el núcleo del conflicto. Las víctimas desplazadas, despojadas de la tierra siguen en las mismas condiciones”.
“Por eso somos críticos -prosiguió-, lo estamos planteando más desde el sentido que hay que buscar soluciones, no es una crítica para postrarnos en la incapacidad de movilizarnos, el Acuerdo de alguna manera es un instrumento que le permite a la sociedad, al ciudadano movilizarse en la acción de su implementación en el establecimiento de una política pública que permita cerrar para siempre las posibilidades de retornar, es decir, garantizar la no repetición”, agregó.
Sobre la muerte de líderes sociales y excombatientes de las Farc, el miembro de las Farc dijo que “los muertos suben a 42 después de la firma del Acuerdo, un año y dos meses después, o sea que en la semana se producen casi dos asesinatos en Colombia de liderazgos comprometidos con causas de lucha por la tierra o recuperación de la tierra, de la implementación de partes del Acuerdo como la sustitución de cultivos de uso ilícito, de la defensa de los derechos humanos, de temas de género… se nota que hay una sistematicidad de asesinar los líderes”.
Desgarrador testimonio
Yolanda Perea, de la mesa de víctimas de Antioquia, tuvo una intervención emocionante, en la cual expresó, sin tapujos, su punto de vista sobre la situación actual del país en el tema del posconflicto: “Es muy bonito para nosotros estar en ese foro. Como víctima directa de las Farc, que asesinaron a mi mamá y luego fui víctima de violencia sexual, ha sido muy complejo todo esto pero lo he tomado de otra manera. Para mí, el acuerdo tiene algunas falencias pero siempre he dicho que prefiero acuerdo con falencias y no una guerra en permanencia. Que las Farc hayan dejado las armas y decidir irse por la vía política está bien, me da a mí la oportunidad como víctima de poder enfrentarme en las urnas. En este país la política está dominada por personas que ya tienen asegurado mucho dinero, quieren seguir ahí y no les importa llevarse por delante los pueblos más vulnerados, las zonas más alejadas y principalmente esas voces que están calladas en los territorios y por ello pedimos a gritos ser parte de esta Colombia que es nuestra madre, nuestra patria”, aseguró Perea.
“Desde las mesas de víctimas -continuó en su relato-, las organizaciones levantamos la voz y nos matan a un compañero, eso es muy doloroso. Aquí, en este recinto, les puedo hablar de todo pero cuando termina el evento pienso muy bien cómo debo salir, porque no sé quién me esté esperando afuera, por la fuerza de mis palabras y porque estoy diciendo lo que siento y relatando la realidad de lo que está sucediendo en mi territorio”, agregó.
La integrante de la mesa de víctimas hizo un llamado desesperado para que se atienda cuanto antes esta problemática: “Muchos no saben de las falencias de nuestras tierras porque las Farc se desmovilizaron, pero hay otros grupos que se están tomando el poder a la fuerza y nuevamente nuestros pueblos, nuestra gente, nuestras mujeres, nuestros niños están siendo reclutados, desplazados, violentados… la sociedad colombiana debe mirar y pensar para que trabajemos de la mano, este tema no es sólo de las víctimas ni de algunas organizaciones, debemos pensar en juntarnos en pro de vivir en una Colombia en paz”.
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“El esfuerzo debe ser de las dos partes”
Durante el foro, se produjo un diálogo telefónico con Pablo Beltrán, miembro del Comando Central de la guerrilla del Eln, quien se encuentra actualmente en Quito, Ecuador.
Beltrán relató que “acabamos de hacer un primer encuentro con 37 representantes de plataformas de paz y organizaciones de la sociedad de Colombia que vinieron a Quito. La preocupación que tenemos es que la mesa se encuentra en un punto difícil. Hoy hace un mes debíamos haber iniciado el quinto ciclo de conversaciones pero el Gobierno no asistió. El mandato que me dan a mí como delegación del Eln es evaluar el anterior cese y pactar uno nuevo que resuelva los problemas que hubo y que proyecte los logros, también en la otra parte del mandato es que se pueda desarrollar el diálogo, previsto en agenda de conversaciones a partir de lo que se avanzó en unas audiencias que se hicieron en noviembre pasado, en Tocancipá. Ahí vamos, quedamos en que como la mesa está en un punto difícil, cada una de las partes tenemos que hacer un esfuerzo para que salga adelante, que la solución no es solamente pedirle a una de las partes sino que ambos hagamos un esfuerzo para que la mesa continúe”.
“Acabamos de hacer un balance del mes de enero, en el cual mataron 27 líderes sociales, 20 guerrilleros muertos del Eln, y once integrantes de fuerza pública muertos. Esa situación demuestra que el principal problema a resolver es que paren esa matanza de líderes comunitarios y defensores de derechos humanos, eso lo hablamos con un delegado del Gobierno que vino esta semana. El principal gesto del Gobierno debe comprometerse a neutralizar estos asesinatos, por supuesto que el Eln también tiene la voluntad y el compromiso de rebajarle intensidad al conflicto. Lo que está pasando es muy grave, es muy similar al genocidio de la Unión Patriótica, que la mayor cantidad de muertos es de líderes”, añadió Beltrán.