Con el Grand Prix Ximena Restrepo realizado ayer y el Festival Internacional Infantil y Menores que se realizará el próximo sábado, la Liga Antioqueña de Atletismo sigue trabajando para fortalecer sus procesos formativos y mantenerlos a flor en medio de una serie de dificultades.
La pista del Alfonso Galvis, lugar que ayudó a formar a los grandes atletas antioqueños, volvió a engalanarse ayer con una nueva edición del Grand Prix Ximena Restrepo, precisamente un homenaje a la entrañable “gacela antioqueña” que ganó la primera medalla olímpica en el deporte base para Colombia en Barcelona 92.
Más de 200 deportistas; entre ellos 50 antioqueños y 70 internacionales, hicieron parte de un evento atlético más que posicionado en el calendario sudamericano. Pues se volvió tradición que aquelllos que tienen ya el privilegio de un nombre y unas marcas que los respalden vean en este certamen una valiosa oportunidad para medir su nivel de cara al resto de objetivos en la temporada.
El calendario internacional de la Liga se complementará el próximo sábado 6 de mayo con el Festival Internacional Infantil y Menores, para atletas del país y la región sub-16 y sub-18, una cita infaltable desde hace seis años y que es el único evento internacional en estas categorías realizado por una liga atlética del país.
Además de ser ya un referente para los jóvenes atletas nacionales y de los países vecinos, el certamen tiene un valor agregado. “El Campeonato va a ser homologado por la Federacion (Colombiana de Atletismo), los chicos tendrán la posibilidad de hacer sus marcas mínimas para Mundial sub-18 que se celebrará en Nairobi, Kenia, del 12 al 16 e julio, una cita muy importante dentro del proceso formativo de nuestros atletas”, cuenta Luis Lordoy, presidente de la Liga Antioqueña.
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Estos eventos y la posibilidad de una participación en competencias de mayor envergadura se presentan ante los jóvenes atletas y también entrenadores y dirigentes del deporte base antioqueño como un oasis en medio de un panorama árido y profuso en dudas. Y es que el talento deportivo en Antioquia se les está fugando a entrenadores y dirigentes como agua entre las manos. “Muchos atletas se están yendo para otras ligas, porque la situación económica del deporte antioqueño no es buena, y parece que para otras ligas es más viable llevarse a los deportistas que formó Antioquia que invertir en procesos allá en sus regiones. Es además paradójico porque es como si le dijeran a la población de allá: ustedes no sirven, por eso toca pagarle a gente de otras regiones para que vengan ”, afirma tajante Raúl Díaz, histórico entrenador del atletismo departamental y nacional y quien siempre ha sido una voz disonante en un entorno a veces conformista, con posiciones muy críticas sobre el deporte colombiano.
Pero Díaz no critica a los muchachos que toman la decisión de marcharse a defender las banderas de otros departamentos por una mejor oferta económica. El problema para el entrenador es con esos dirigentes deportivos. “Los muchachos que salen de los municipios llevan la esperanza a cuestas de sus familias de que puedan aportar ingresos. Y hay que ser sinceros, en Antioquia estamos pasando por dificultades en lo económico y lo organizativo. El problema es con las políticas deportivas de otras regiones. Es decir, si Antioquia aún con sus dificultades puede formar buenos deportistas, porque otras regiones que tienen recursos no los utilizan para sus propios procesos. Bárbara esa inquietud ¿No?”, reflexiona Díaz, quien confiesa lo “desestimulante” que es trabajar a un muchacho por diez o doce años y que se los lleven para otras ligas. Sin embargo recalca que pese a las dificultades el departamento sigue buscando formas de detectar y sacar adelante el abundante talento que sigue surgiendo. “Tenemos la cantera de atletas del Urabá desde los años 90 y que nos ha dado grandes referentes y logros. También están las Escuelas Populares del Deporte que recorren las comunas de Medellín hallando talentos y muchos terminan luego aquí en la pista (Alfonso Galvis), donde se les hace un trabajo más especializado. Y claro, también los clubes que hacen su propia labor”, señala Díaz.
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El problema es que muchos de los jóvenes que hacen parte de estos procesos como las Escuelas Populares, por ejemplo, encuentran una barrera apróximadamente entre los 17 y 18 años, porque el deporte asociado no tiene la infraestructura para recibirlos a todos y darles las condiciones idóneas para orientarlos definitivamente hacia el alto rendimiento.
Dificultades de todo tipo; por ejemplo, cuatro niñas, que están entre los prospectos más importantes del atletismo nacional, no tienen asegurada su participación en los fogueos internacionales próximos como el Festival de la próxima semana porque los recursos escasean para que puedan salir de Urabá a cumplir con un buen calendario de competencias. Daniela Mena, vallista y campeona múltiple tanto en eventos nacionales como sudamericanos, además de ostentar récord nacional infantil en 80 vallas; Saray González, una velocista con una proyección tremenda y con títulos tanto en el país como por fuera; Mayiris Palma quien descretó en los últimos Juegos Departamentales ganando los 100, 200 y 400 metros planos; y finalmente Noelia Becerra, también vallista y con un notable palmarés en vallas.
El talento persiste a pesar de todo
“Yo me levanto todos los días pensando que quiero ir al Mundial en Kenia y ganarme una medalla”, confiesa Saray, quien sonríe cuando recuerda que cuando empezó francamente le daba un poco de pereza pensar en tantos sacrificios que tendría que hacer para ser una buena deportista. Pero hoy nada es más importante para ella que alcanzar el alto rendimiento en lo que ama: correr. “Trabajo muy duro porque quiero cumplir metas grandes, como el Mundial, luego los Olímpicos juveniles y más adelante unos Juegos Olímpicos”, afirma la pequeña corredora de 16 años.
Lejos del Urabá, donde se forma esta velocista, trabaja con la misma disciplina de hierro Nicolle Soto, una elegante corredora de 800, 1.500, 3.000 y 5.000 metros del municipio de La Ceja. “Corro desde siete años cuando vivía en Estados Unidos, y cuando llegué a La Ceja encontré mucho apoyo y empecé a competir”, cuenta Nicolle quien complementa que la tradición atlética del municipio en las pruebas que ella realiza, es otro aliciente.
Pese al amor que profesa por su deporte y a los logros que ha tenido en su incipiente carrera como en Juegos Departamentales, Supérate Intercolegiados, evento de carácter nacional, y varias pruebas locales, Nicolle reconoce que equilibrar sus estudios con el exigente ritmo de entrenamientos, ha sido difícil. Aunque por ahora, ha sabido sobrellevarlo. “Cuando amas un deporte y sueñas con lograr cosas importantes los sacrificios tienen que llegar y también tomar algunas decisiones”, dice la joven corredora, quien asume con pasión también sus estudios en el Colegio Salesiano de La Ceja, y cursando el penúltimo año de bachillerato ya empieza a plantearse la posibidad de algunas carreras universitarias.
Ayudarlos a encaminarse
Y es que esas dudas que surjen también en los deportistas jóvenes es otro de los impedimentos para que esa formación de talentos termine decantándose finalmente en la élite.
“Yo valoro mucho la competencia internacional que los muchachos tienen porque eso les da un poco de estabilidad en un momento de la vida en la que pasan por una policotomía; es decir, es un momento donde se junta la posibilidad de ir a la universidad, conformar una familia, irse para el Ejército, en el caso de los chicos, o seguir con su carrera deportiva y de pronto hacerlo paralelamente con un estudio superior, con todos los sacrificios que eso implica”, expone Díaz.
Soluciones: reforzar los programas deportivos insertándolos dentro de las mallas educativas de todas las instituciones del país. Eso, según Díaz, evitaría que los procesos deportivos se alteren con cada cambio de administración y no dependan de la voluntad y la plata de los gobernantes de turno. “Así se hace un proyecto integral: jornadas extracurriculares deportivas, académicas, buena alimentación y acompañamiento. Eso le daría al muchacho mayor arraigo y sentido a un proyecto de vida encaminado en el deporte. Y claro, también el aporte de la empresa privada; Puma, por ejemplo, invierte anualmente 25 mil dólares en cuatro colegios en Jamaica. Esos son los espejos a seguir”, piensa Díaz.
Mientras tanto, el atletismo departamental sigue poniéndole el pecho a la brisa y buscando ofrecerle un buen futuro a los nacientes atletas y al futuro del deporte colombiano.