En su comparecencia ante el Comité de Inteligencia del Senado, el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, se mostró irritado por algunas de las inquisidoras preguntas sobre su presunta relación con Rusia.
El fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, afirmó que "nunca" se ha reunido con ningún funcionario del Gobierno ruso con el objetivo de influir en las elecciones presidenciales de 2016 y consideró que hacer esa afirmación es una "mentira abominable y detestable".
En su esperada comparecencia ante el Comité de Inteligencia del Senado, este martes, Sessions se mostró irritado por algunas de las inquisidoras preguntas de los senadores y, para pedirles mesura, llegó a aludir a los 20 años que pasó en la Cámara Alta como representante de Alabama, así como a sus 15 años como fiscal y parte del Ejército.
"Cualquier sugerencia de que he participado en cualquier colusión con el Gobierno ruso para herir a este país, al que he tenido el honor de servir durante 35 años, o que he tratado de socavar la integridad de nuestro proceso democrático, es una mentira abominable y detestable", consideró Sessions.
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"Nunca me he reunido ni he tenido ninguna conversación con ningún funcionario ruso o con ningún funcionario de ningún Gobierno extranjero para influir en las elecciones de EE.UU.", aseguró. Sessions fue más allá y llegó a decir que no tiene "conocimiento" de ningún tipo de conversación inapropiada entre funcionarios rusos y miembros del equipo de Trump, a pesar de que el exjefe de campaña Paul Manafort y el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn están en el foco de la investigación sobre la trama rusa.
En su testimonio, Sessions defendió que se apartó de la investigación sobre Rusia el pasado 2 de marzo porque había participado activamente en la campaña del ahora presidente, Donald Trump, y no consideraba apropiado participar en una pesquisa que pudiera implicar al entorno del mandatario.
"Es importante, me inhibí de la investigación no por haber cometido ninguna mala conducta durante la campaña, sino por las regulaciones del Departamento de Justicia", afirmó.
La decisión de Sessions de inhibirse de la investigación llegó, sin embargo, justo cuando la prensa reveló que había mantenido dos encuentros durante la campaña presidencial con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, unas reuniones que no reveló en el Senado durante su audiencia de confirmación en el cargo.
El exdirector del FBI James Comey testificó la semana pasada ante el mismo comité y sugirió que Sessions se apartó de la investigación rusa debido a su participación en una serie de hechos que, al ser clasificados, no desveló ante el público.
Según informaciones de medios locales, Comey dijo a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado en un encuentro a puerta cerrada que Sessions pudo haber tenido una tercera reunión -hasta ahora desconocida- con el embajador ruso en EE.UU. en el hotel Mayflower, en Washington.
Sessions negó haber mantenido un tercer encuentro secreto con el embajador ruso en EE.UU., Sergei Kislyak, y explicó que participó en el hotel Mayflower en una recepción con multitud de asistentes, entre los que podría encontrarse el embajador ruso.
"Si hubo algún tipo de interacción breve con el embajador ruso durante esa recepción, no lo recuerdo", afirmó. Durante la audiencia, los senadores centraron parte de sus preguntas en el despido de Comey como jefe del FBI, quien la semana pasada describió unas "preocupantes" conversaciones en la Casa Blanca con Trump y aseguró que pidió ayuda a Sessions para no quedarse a solas con el mandatario.
"Creo que él está en un error", respondió hoy Sessions, quien aseguró que no guardó silencio ante las preocupaciones de Comey y que le proporcionó la información que le pidió sobre las reglas que regulan la comunicación entre el presidente y el director del FBI, que tiene un mandato de diez años para garantizar su independencia.
Esas reglas, según Sessions, no prohíben las reuniones en privado entre un mandatario y un director del FBI, aunque urgen al director del FBI a acabar con la conversación si deriva en temas sensibles.
Pese a la insistencia de los senadores, Sessions rechazó divulgar cualquier detalle sobre sus conversaciones con el presidente, incluso si Comey fue despedido por la investigación rusa.
La investigación sobre Rusia se encuentra ahora en manos del fiscal especial Robert Mueller, director del FBI entre 2001 y 2013. Varios aliados de Trump, como el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, se han posicionado a favor de despedir a Mueller y han llegado a decir que el mandatario está considerando esa posibilidad, aunque la Casa Blanca no lo ha confirmado. "Tengo confianza en el señor Mueller, pero no voy a hablar sobre ninguna hipótesis", zanjó Sessions.