Su proceso en el mundo de las bielas, específicamente en el ciclismo de pista, fue fecundo: Gaviria dominó a su antojo en los mundiales de las categorías juvenil y mayores, a tal punto que sólo le quedó por ganar una medalla olímpica para destacarse a nivel orbital.
El futuro del ciclista antioqueño Fernando Gaviria en un momento rodaba sobre doce ruedas y no sólo en dos, el patinaje era la disciplina que su padre Hernando Gaviria imprimía en él y en su hermana Juliana, más como un hobby que como una carrera deportiva.
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Esta vocación cambió ante una transmisión en vivo del Tour de Francia. El entonces patinador, atónito ante el desempeño de los Escarabajos en esa etapa, le expresó a su padre, como quien ve el futuro: “Yo algún día estaré allá corriendo una de esas carreras”. Ante la seguridad de sus palabras su papá sólo pudo responder: “Usted es un berraco, mijo —contestó Hernando—, y si eso es lo que quiere, yo lo apoyo. Pero hay que prepararse para eso y entrenar muy duro”.
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Fue entonces como los patines quedaron colgados y la bicicleta, junto con arduas jornadas de entrenamiento en el velódromo, comenzaron a llenar la vida del entonces niño de 12 años.
Su proceso en el mundo de las bielas, específicamente en el ciclismo de pista, fue fecundo: Gaviria dominó a su antojo en los mundiales de las categorías juvenil y mayores, a tal punto que sólo le quedó por ganar una medalla olímpica para destacarse a nivel orbital.
Posteriormente dejó el recorrido elíptico de las pistas y llevó su pedaleo a la ruta, una decisión que encontró su mejor socio en el equipo Coldeportes Claro. Ahora sí, y después de muchos años, el ciclista estaba ad portas de cumplir la promesa que le hizo a su padre y verse a sí mismo en una transmisión del Tour francés.
Al consolidarse como una figura respetable en el gremio, pese a su juventud, Gaviria mostró el material del que estaba hecho en carreras como el Tour de San Luis de 2015, un desempeño que le atrajo miradas tan codiciadas como la del equipo del Wolrd Tour.
“En el equipo saben del potencial de Fernando, que puede llegar a ser uno de los grandes velocistas del mundo, pero también son conscientes de su juventud y por eso no le presionan. La idea es que al Giro de Italia vaya a aprender, a adquirir experiencia”, dijo hace varios días Joxean Fernández Matxin, scout de la escuadra QuickStep Floors, a medios nacionales.
Gaviria se preparó en el municipio de La Ceja para enfrentar el Giro, motivo por el que no pudo participar en las clásicas de abril. Su padre asegura que Gaviria tenía bastantes ilusiones de participar en este certamen, pero tuvo que dar un paso al costado y entender la decisión que el equipo tomó por él. “Disfrutó de este mes largo en casa. Fue muy responsable con sus entrenamientos, pero también aprovechó para descansar y relajarse”, declaró ante la prensa Hernando, quien aseguró que otra de las pasiones de su hijo es la equitación, una distracción que el pedalista práctica con precaución.
El joven ciclista es, según expertos en este deporte, una de las figuras con más futuro en el deporte colombiano. Dadas sus condiciones y gran experiencia pese a su corta edad, el velocista antioqueño recoge los primeros de muchos triunfos que tanto la prensa especializada como los conocedores de este deporte, auguran para él.