Fuerte, claro y sin lugar a réplica alguna; Roger Federer borró de la cancha al checo Tomas Berdych, un miembro del selecto club de los mejores diez tenistas del ranking mundial, en apenas una hora y media con parciales 6-4, 6-2 y 6-4, para avanzar a la cuarta ronda del Abierto de Australia.
El mensaje no fue solamente para el desafortunado Berdych sino para el cuadro de favoritos que pelean por el primer Grand Slam del año. Y es que el actual número 17 del mundo confirmó que su muñeca sigue intacta y sus piernas lo suficientemente frescas para doblegar en una buena jornada, a cualquiera de los mejores diez tenistas del ranking mundial. “Creo que fue un gran test mental para mí ver si podía mantenerme en el partido punto a punto. Fui capaz de hacerlo”, analizó Roger, ganador en cuatro ocasiones en Australia.
El nivel que demostró en el juego por la tercera ronda del torneo en Melbourne sorprendió, incluso, al mismo Federer. “No lo esperaba, para ser honesto, especialmente con este marcador, sin tener que salvar bolas de quiebre, manteniendo el servicio. Fue una gran sorpresa para mí”, confesó el tenista con más títulos de Grand Slam en la historia.
Ahora, Federer tendrá en Octavos de Final otro difícil reto, ante el japonés Kei Nishikori, actual número cinco del ranking mundial. Aunque por lo visto ante Berdych, debería estar más preocupado el japonés que el mismo Roger. “Si él es el favorito o yo, no lo sé. Pero jugó mejor y más tenis en los últimos meses y es una nueva temporada. Veremos qué ocurre”, expresó el suizo sobre sus posibilidades ante Nishikori, de quien Federer se declaró admirador de su tenis. “Tiene uno de los mejores reveses. Tiene un maravilloso resto al segundo servicio. Es rápido de piernas. Fuerte de mente. Es difícil de parar”, señaló el tenista de Basilea.
Sea como sea, Federer ha vuelto. Y lo ha hecho para quedarse. Ahora sólo quiere disfrutar de su momento, al igual que los aficionados y el público del tenis en general. Ante Nishikori, el gran tenista suizo tendrá la posibilidad de dar otro paso más para seguir reconstruyendo su confianza en Australia y extender su legado jugada tras jugada.