El gremio de los palmicultores advierte la importancia de generar, desde los cultivos, las acciones para mitigar posibles problemas fitosanitarias y de productividad, causados por excesos de humedad en los mismos.
Fedepalma y Cenipalma llaman la atención sobre la necesidad de fortalecer las estrategias para enfrentar adecuadamente la temporada de lluvias con altos volúmenes de precipitación, de acuerdo con los recientes pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).
Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de Fedepalma, afirmó que el gremio está comprometido con la superación de la problemática fitosanitaria en el país y el aumento de la productividad y en este sentido, enfatizó que la sanidad y consolidación de la agroindustria de la palma de aceite no está solo en manos de los privados o del Estado, es un compromiso conjunto.
Así mismo, Alex Cooman, director de Extensión de Cenipalma, manifestó que si bien se han sembrado materiales genéticos con resistencia a la pudrición del cogollo, (PC), estos no son inmunes y requieren de excelentes prácticas agronómicas para alcanzar su potencial productivo.
Precisó que como parte de las estrategias de manejo para enfrentar la pudrición del cogollo, la Federación le recomienda a los palmicultores: evitar el encharcamiento de los lotes, realizar un adecuado manejo de drenajes acorde con la topografía de la plantación y para este efecto es fundamental que el productor se prepare y, desde ya, haga el mantenimiento de canales capaz de atender mayores precipitaciones y, planifique un censo mensual de enfermedades que le permita identificar palmas enfermas con síntomas iniciales, aplicando el plan de manejo de Cenipalma.
¿Cómo han sido las afectaciones por ola invernal?
Cooman recordó que en abril de 2010 se dieron niveles de precipitación generalizados muy por encima de los promedios históricos, en particular en julio, noviembre y diciembre de 2010, y marzo y mayo de 2011, los cuales dieron como resultado marcadas inundaciones en varios de los municipios palmeros, afectando cerca de 243.699 hectáreas, las cuales presentaron menores rendimientos.
De igual forma, 5.345 hectáreas que se inundaron por las altas precipitaciones en los municipios cercanos a la cuenca del río Magdalena, a lo largo del medio y bajo Magdalena, fueron las zonas más afectadas.
El impacto de las lluvias en Puerto Wilches, Santander, en los años 2010 y 2011, agudizaron la problemática fitosanitaria de la pudrición del cogollo (PC), dado que en 2009 la incidencia de PC fue de 10% y ya en 2011 la incidencia alcanzó 45%, provocando una explosión epidémica hacia las zonas sanas colindantes, debido a la habilidad del patógeno para movilizarse por agua.
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En este contexto, Mesa Dishington subrayó que las condiciones predisponentes como lotes inundados o encharcamientos prolongados, ponen en riesgo plantaciones sanas y un buen manejo de estos lotes permite reducir el impacto y el avance de la PC, al tiempo que concluyó que en los años mencionados y “como resultado de esta ola invernal, 37.000 hectáreas de cultivo de palma fueron arrasadas por la PC en zona central. Desde entonces, la Federación no ha ahorrado esfuerzos y recursos para trabajar en la mitigación de esta problemática, toda vez que hoy la zona central cuenta con 14.000 hectáreas renovadas con materiales resistentes, fruto de diversos esfuerzos empresariales y gremiales”.