El artista, autor del vitral del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, falleció en Caracas a los 84 años.
Alirio Rodríguez, considerado el pionero de la nueva figuración de la pintura venezolana, falleció el pasado 2 de mayo en Caracas, a causa de una neumonía que lo mantenía hospitalizado desde hace un mes.
El artista, nacido en 1934 en El Callao, estado Bolívar, inició su formación en la Escuela de Artes Aplicadas de Caracas y el Taller Libre de Arte. Posteriormente, se mudó a Italia para estudiar en el Instituto de Arte de Roma y en Rávena.
Una de sus obras más representativas es el vitral de gran formato ubicado en la sede del Tribunal de Justicia (TSJ), sobre el cual trabajo entre 1982 y 1984. La obra, de 700 metros y 49 toneladas, está realizada completamente en vidrio y fue, en su momento, el vitral más grande del mundo.
Rodríguez, quien realizó numerosas exposiciones en importantes escenarios de su país y fuera de él, se desempeñó como profesor de Dibujo y Pintura, y como jefe de la sección de Arte Puro de la Escuela Cristóbal Rojas.
Alirio Rodríguez fue reconocido en múltiples ocasiones por su aporte a las artes plásticas venezolanas, entre los que se destacan el Premio Arturo Michelana en 1969; el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1969, y el Premio Renaissance des Arts, otorgado en París en el año de 1981.
En 2016, el artista presentó su libro Alirio Rodríguez: De su pintura y su letra, publicado por la editorial española La Puerta del Libro. En él, Rodríguez expresa su pensamiento artístico y su esencia.
En las obras de Alirio Rodríguez está presente la distorsión de los cuerpos humanos y de los objetos que los rodean.
A este respecto, el crítico de arte Alfredo Boulton se refirió a la obra de Rodríguez, en 1972, diciendo que en sus pinturas “emergen figuras, que, poco a poco, se alejan de la sátira social, para desembocar en una faceta dolorosa del ser humano, mezcla de bestialidad irrefrenable, de brutalidad primitiva".