Una propuesta para que mediante ayudas económicas en los hogares de estratos 1, 2 y 3 se cambien las neveras viejas por nuevas, pretende reducir el gasto de electricidad, los riesgos de apagones y favorecer el medioambiente.
En la XI Jornada de proyectos y trabajos de estudiantes de primer semestre del programa Comfie, de la Universidad Nacional, fue planteada la idea de que las personas presenten su equipo, demuestren que ya no se encuentra en condiciones para ahorrar energía y accedan a un subsidio y a un plan de financiación favorable para obtener un nuevo electrodoméstico.
Los estudiantes autores de esta idea fueron Sebastián Palacio, Lorena Cárdenas, Daniel Martínez, Julián Pinzón, Oleivar Ortiz y Alejandro Rivera, estudiantes de primer semestre de Ingeniería Eléctrica de la U.N, quienes pretenden que se reduzca el consumo energético producido por las neveras más viejas, que es dos y hasta tres veces mayor que el de los modelos nuevos.
“Hace tiempo se hicieron campañas similares, pero casi siempre promovían el cambio sólo cuando las neveras se dañaban. Nosotros proponemos que no se llegue a esas instancias, ya que una nevera puede tener una vida útil de hasta 15 años”, comenta el estudiante Rivera.
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También las bombillas
Esta campaña –que se puede fomentar a través de medios de comunicación, publicidad o mensajes en las facturas– involucraría compañías públicas y privadas, como empresas de energía, tiendas de electrodomésticos y supermercados. También espera generar conciencia a largo plazo sobre la necesidad de cambiar gradualmente las bombillas en los hogares.
Según explica el estudiante Rivera, “una bombilla led, por ejemplo, ahorra hasta tres veces más con respecto a una fluorescente, compuesta por pequeñas cantidades de metales tóxicos como el mercurio”.
Incluso una bombilla led puede ahorrar hasta 12 veces más energía que una incandescente, la cual cada vez es menos común en el mercado y en el uso cotidiano. “Uno de los propósitos de la iniciativa a largo plazo es trabajar más a fondo en el cambio de las bombillas, pero por ahora estamos centramos en el consumo de las neveras”.
El investigador concluye que estas estrategias ayudarían a reducir el alto consumo de energía en el país. Al respecto, recordó que en abril de 2017 el incremento de la demanda llegó al 2,6 %, comparado con el 1,4 % registrado en el mismo mes de 2016, lo cual se refleja en el sobrecosto del servicio y en un eventual desgaste de las termoeléctricas, ante lo cual el riesgo de los apagones comenzaría a asomarse a la vuelta de la esquina.