Según expertos consultados por EL MUNDO, la estrategia de seguridad implementada por la Alcaldía acertó en no ocultar las realidades y ha tenido intenciones de enfrentar los problemas de criminalidad, pero es conservadora en su método y no es lo suficientemente ambiciosa para erradicar los problemas estructurales.
Frases como “no nos vamos a dejar intimidar; Un mensaje claro: vamos contra todas las estructuras criminales; no nos vamos a dejar atemorizar; el que la hace, la paga y así le va muy mal, y los que deben sentir miedo son los criminales y no la gente de bien”, han caracterizado la comunicación de la estrategia de seguridad implementada en el Plan de Gobierno “Medellín Cuenta con Vos”, del alcalde Federico Gutiérrez, con la que busca confrontar la delincuencia y terminar la inseguridad.
No obstante, analistas consultados por EL MUNDO consideraron que si bien es positiva esa disposición a enfrentarse a las estructuras armadas instaladas en la ciudad, la estrategia que implementó sigue siendo muy conservadora, poco ambiciosa y sin efectividad frente a la delincuencia estructural en la ciudad.
Dicha reflexión se dio en el contexto del evento Medellín Lab, desarrollado esta semana en la ciudad y que en esta ocasión se enfocó en conocer experiencias internacionales en el asunto de modelos de prevención contra el crimen que puedan ser implementadas en diferentes territorios y solucionar problemáticas; con el objetivo de construir ciudades seguras, incluyentes y resilientes.
La reducción de los problemas de homicidio es una de las prioridades de la Administración Municipal. Sobre esta temática, su diagnóstico es que actualmente, “el 50% de los homicidios se dan por enfrentamientos entre estructuras criminales. Jóvenes que no saben por qué pelean, para mafiosos que no conocen y que están disfrutando de fortunas a costa de su vida. Otro tema es que el 20 y 30% de asesinatos se dan por asuntos de convivencia, violencia intrafamiliar y contra las mujeres”, indicó el alcalde Federico Gutiérrez.
“Hacemos un llamado a los miembros de estas estructuras criminales a que se salgan ya. Nosotros vamos duro, pero también damos oportunidades, aumentando el presupuesto en términos sociales para aumentar las posibilidades para los ciudadanos”, añadió el mandatario.
Sobre esto, Santiago Uribe, director de la recientemente reabierta Oficina de Resiliencia de Medellín, resaltó que la existencia de este concepto de sobreponerse a la adversidad reinvidica la visión de esta administración, de usar estrategias duras, pero también suaves, apuntando a acciones que construyan ciudadanía y mejoramiento del bienestar general.
“La seguridad debe entenderse de manera integral, es la manifestación de problemas mucho más complejos como la inequidad, la exclusión, la segregación socioespacial. Muchos de los jóvenes que terminan en ciertas organizaciones, lo hacen presionados por este tipo de circunstancias y otros tienen unas motivaciones distintas, pero hay que entender ese panorama para hacer un diseño integral en términos de intervenciones”, sostuvo Uribe, quien hace parte de esta agencia que existe desde el 2013.
Luis Fernando Quijano, presidente de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), destacó que la estrategia de seguridad está enviando un mensaje positivo de que el alcalde está al frente de la situación, que no oculta realidades, afronta las problemáticas y ha trabajado por recuperar zonas problemáticas como el Parque Berrío y otras zonas del Centro. No obstante, el analista manifestó que los esfuerzos deben ir en otra dirección y “darle un giro positivo” a esta política.
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“La estrategia no solo debe dedicarse a la captura, el decomiso y control, sino a desmantelar las grandes estructuras del crimen. Valoro muchas cosas de esto, pero debe haber un cambio para arrinconar a los criminales”, indicó.
Por su parte, Lucas Jaramillo, cofundador de la iniciativa Instinto de Vida en América Latina, sostuvo que es positivo que el homicidio fuera una prioridad dentro de la política de seguridad en Medellín. También resaltó el compromiso de la administración con innovar con el protocolo “Nada justifica el homicidio” y la preocupación por el tema de la explotación sexual de niños, niños y adolescentes.
Sin embargo, “hay una visión muy conservadora de la seguridad, que la cierra a un asunto de policía y le quita la integralidad a las políticas de este frente. En este tema hay un fetiche viejo de Medellín con las tecnologías; muchas cámaras, muchos equipos, no entiendo para qué compran un helicóptero para el momento de seguridad ciudadana en el que está Medellín”, manifestó.
“En general, se ha perdido la presencia y el diálogo en el territorio. Valoran la importancia de los jóvenes, pero no se ha hecho nada en materia de resocialización de los jóvenes infractores, con políticas de primera y segunda oportunidad y no se entiende que a veces el reclutamiento es forzado”, agregó.
Juan Esteban Jaramillo, analista del Observatorio de Derechos Humanos del Instituto Popular de Capacitación (IPC), calificó la estrategia de seguridad como “ineficaz. Desde el primer año y lo que se ve actualmente, hay un fracaso rotundo porque no se ve una reducción del dominio territorial de las bandas delincuenciales, lo cual se evidencia en la existencia de delitos como la extorsión, el control territorial”.
“Esta estrategia se ha enfocado en la persecución de hechos mínimos y no ataca los grandes problemas. A largo plazo, esto no genera efectos estructurales dentro de la lucha contra la criminalidad. Además, la forma de responder a las denuncias es selectiva. El fleteo hace parte del populismo punitivo, seguir delincuentes menores que le dan mucha popularidad al alcalde y positivos a la Policía, pero que no genera grandes impactos que cambien las tendencias de ocupación territorial de los combos”, comentó.
Daniel Yepes,director del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (Sisc), argumentó que en la estrategia de seguridad existen tres planes: el de Gobierno, el de Desarrollo y el de Convivencia. Este sistema está basado en las denuncias de la ciudadanía y busca una actuación integral.
“En esta concepción, se priorizan los delitos como los homicidios, el hurto a personas, tráfico de estupefacientes, extorsión, explotación sexual, accionar de grupos delincuenciales organizados; y brindan una hoja de ruta y unas mesas por cada delito en donde están las instituciones decidiendo cuáles son las afectaciones que se deben atacar”, afirmó.
“No sólo se busca actuar cuando hay posibilidad de que se cometa un delito sino que con el solo hecho de ser ciudadano, el individuo puede tener la posibilidad de acceder a esa oferta institucional integralmente. Queremos cerrar la puerta de la violencia y tenemos programas para el goce efectivo de derechos”, agregó Yepes.
¿Las denuncias por redes sociales son un método efectivo?
Uno de los métodos para dar con la captura de miembros de grupos criminales que se dedican al fleteo, es dar relevancia a los videos publicados por ciudadanos en redes sociales. En los últimos meses, el alcalde ha agradecido y defendido estas acciones como formas de denuncia, resaltando que facilitan la labor de las autoridades para dar con los responsables.
“Si nos juntamos como sociedad, los intimidamos más a ellos. Un solo video se constituye como la mejor prueba para la investigación y con la destreza con la Policía y Fiscalía se da la captura. Quiero hacer un llamado a la comunidad para que denuncie cada hecho, es fundamental. La confianza ciudadana ha aumentado, entonces cada vez tenemos más avisos y pruebas audiovisuales como esta”, argumentó el alcalde Gutiérrez en una rueda de prensa.
“Cada captura de estas lleva a un asunto estructural. Estas personas ya habían robado a muchos otros, y si no los cogemos, continuarían delinquiendo”, agregó.
Sobre esto, Quijano consideró que “los videos que la gente pone en redes sociales sobre fleteros pueden ser positivos, pero hay que ir más allá. Nosotros acabamos de denunciar la existencia de la Convivir de Prado Centro; 30 individuos incorporados para el control territorial, el negocio de las drogas y vacunas. Mi llamado para mejorar la estrategia de seguridad es crear un plan para erradicar estas bandas; si arrinconamos el crimen de la Comuna 10 y obtenemos el control de este sector, les haríamos un jaque a estas estructuras porque es un sitio importante para la criminalidad urbana”.
Juan Esteban Jaramillo afirmó que “en medio del afán de popularidad y resultados, no se cumplen las reglas del código de procedimiento penal y tampoco los cogen en flagrancia, por lo cual salen libres. El alcalde dice que es culpa del juez que los suelta, lo cual es falaz porque son los errores de procedimiento; esas acusaciones a la Justicia lo que hacen es desvirtuar la juridiscción que aplica las reglas constitucionales. Estas medidas no revierten los grandes problemas reales de seguridad”.
Según Yepes, encargado del Sistema de Seguridad de la ciudad, “la ciudadanía denuncia cuando hay confianza en las instituciones. Esta alcaldía ha trabajado en esto, lo cual aumentó la denuncia penal en todos los delitos; ya existe una percepción de que las autoridades van a actuar y resolver el delito”.
“La ciudadanía ha usado las redes sociales para mostrar los fenómenos de seguridad, pero no es el único método usado para esto. Se han capturado líderes delincuenciales sin que se hubiera difundido su accionar delictivo en redes sociales. Por ejemplo, existen fenómenos no denunciados como el control de la criminalidad sobre la venta de productos de la canasta familiar. Frente a esto, es importante que la ciudadanía tenga pruebas verídicas de los hechos que publican en las redes sociales”, argumentó.
Jaramillo aseguró que este punto, al lado de la estructura de la estrategia de Seguridad “ha funcionado a medias. Existen avances con la Policía, con la dirección de las dependencias de la Seguridad, los asuntos de protección de niños, niñas y adolescentes, pero hay una cantidad de asuntos sin resolver en los que la administración ha perdido el año”.
“En nuestra campaña Instinto de Vida, todo el esfuerzo de la comunicación debe ir a estrategias de cambio cultural, como que se desnaturalice el homicidio en la ciudad, y no hacia la propia popularidad; en enfrentar en perseguir, en darle duro y miedo a los ladrones o criminales. Es un discurso combativo que termina soslayando otros más importantes”, manifestó.
La percepción de seguridad sigue preocupando
Uno de los principales indicadores sobre asuntos de seguridad en las ciudades es la percepción que tiene la persona sobre su integridad.
“El problema de trabajar con la percepción de seguridad, es que se crean políticas públicas e intervenciones clasistas. Muchas veces, la agenda pública es definida por la clase media y alta, por su relación con la institucionalidad, las redes y canales de comunicación. En la estrategia se habla de atacar los delitos de alto impacto, pero en la práctica están muy pendientes de los delitos que aumentan la popularidad, los cuales son de bajo impacto. Esto es muy común en las alcaldías de todo el mundo”, criticó Lucas Jaramillo.
Fernando Quijano agregó que la baja percepción de seguridad se da porque “la gente siente que no es solo el tema de fleteros, raponeros, sino que hay presencia de grandes bandas criminales. La agenda de seguridad y paz debe plantearla la institucionalidad y no debe depender de la violencia”.
Santiago Uribe analizó el tema y concluyó que “una acción mala tiene un poder comunicativo casi igual al de cinco buenas. Debemos pensarnos como sociedad y evaluar si la percepción que tenemos sobre la inseguridad es parte de unos efectos comunicativos o son realidades que vivimos cotidianamente”.