La semana pasada algunos medios de comunicación (prensa y televisión) resaltaron las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del Banco de la República.
La semana pasada algunos medios de comunicación (prensa y televisión) resaltaron las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del Banco de la República. El estudio denominado: “Una estimación del efecto sobre el rendimiento académico de asistir a una Universidad Pública o privada en Colombia”, compara el desempeño académico que obtiene un estudiante al formarse en el contexto de una universidad pública o en el contexto de una universidad privada.
Los investigadores seleccionaron poblaciones de estudiantes de universidades privadas que guardaban equivalencia con poblaciones de estudiantes de universidades públicas (procedencia, nivel socio-económico, puntaje en la prueba saber 11, entre otras variables); a las dos poblaciones se les comparó el puntaje obtenido en las pruebas Saber 11 (al finalizar el bachillerato) con los resultados obtenidos en las pruebas Saber Pro (en el último semestre de la carrera universitaria); ambas pruebas las administra el Icfes.
Se concluye de la investigación que un estudiante que estudia en una universidad pública logra mayores niveles de rendimiento académico que uno que estudia en una universidad privada y en el caso de los estudiantes que provienen de medios socio-económicos vulnerables el efecto de la universidad pública es un factor de alta relevancia. Dicen los investigadores que este resultado fue consistente al comparar las universidades públicas y privadas entre sí, atendiendo a factores como instituciones no acreditadas, instituciones con acreditación y universidades acreditadas de excelencia; siempre en esta comparación el rendimiento académico del estudiante que estudió en la universidad pública resultó mejor que el rendimiento académico del estudiante que estudio en la universidad privada.
Al parecer este estudio no fue tenido en cuenta o simplemente no fue conocido por la anterior ministra de Educación a la hora de proponer y desarrollar el programa Ser Pilo Paga (SPP). Atendiendo a los resultados del estudio de los investigadores del Banco de la República, se podría pensar, como hipótesis de trabajo, que si el programa SPP hubiera tomado en cuenta el efecto positivo de la universidad pública sobre el rendimiento académico de los estudiantes, los resultados en la asignación de las becas deberían haber privilegiado el ingreso de los estudiantes pilos a las universidad públicas en lugar que a las universidades privadas.
Sin embargo, la metodología adoptada por el programa SPP deja la elección de la universidad en manos del estudiante y su familia, lo que introduce un sesgo que ha venido favoreciendo a las universidades privadas sobre las públicas; este sesgo puede explicarse si se tiene en cuenta aspectos objetivos relacionados con la remuneración y posición que tienen los egresados de las universidades privadas sobre los egresados de las universidades públicas.
En términos de política pública vale la pena preguntarse: ¿qué es mejor para una sociedad, si el desempeño académico que obtiene un estudiante en su paso por la universidad o las mejores oportunidades de enganche y salario que puede obtener un egresado? Queda claro que no siempre la mejor formación universitaria es un factor que asegura el éxito profesional.
(*) Profesor Universidad de Antioquia