El país experimenta ejercicio político armado en favor, desde luego, de ese solapado candidato de Raúl Castro, Timo y Santos.
La semana ha sido horrible. Después de la revelación de la reforma electoral, que consagra mecanismos ideados para favorecer desmesuradamente a las Farc, en detrimento de las demás fuerzas políticas, presenciamos:
Y como si fuera poco, irrumpe el superfast track a través del primer decreto de las facultades para la “paz”. En efecto, a pesar de la sumisión del Congreso, que en una o dos semanas aprueba todo lo que le ordenan, la impaciencia de las Farc es tan intensa que por Decreto, de manera instantánea, con frecuencia aparecerá un nuevo estatuto revolucionario. Esta semana fue el del “Ordenamiento social de la propiedad rural”, que apenas hace trizas el modelo económico, la seguridad jurídica, el futuro de la agricultura y la ganadería, la suficiencia alimentaria, las garantías de la propiedad privada legítima, y otras minucias, para hacer posible la inmediata “reforma integral agraria” de corte castro-chavista.
Todo esto ocurre frente al atroz telón de Venezuela, que no desvela a un país hebetado por la desinformación, que se desliza con creciente velocidad por el plano inclinado de una revolución hasta ahora subrepticia pero letal.
En realidad, nos estamos acostumbrando muy rápidamente a las peores noticias como algo natural. Cada una de las 50 semanas que nos separan de los comicios será peor que la anterior…
Sin embargo, nadie duda de que si las fuerzas democráticas y cristianas se unen, las elecciones de 2018 no podrán ser ganadas por el eje Timo-Santos con su candidato De la Calle, porque los tres chiflados (Claudia, Fajardo y Petro), la siniestra Clara López, el badulaque de Galán, y Cristo, el lerdo, son apenas figuras distractoras y deleznables, comparsas ridículas en un tinglado pavoroso.
Si el año entrante se pierden las elecciones, será el país el que se pierda por incontables años…
En Cuba, Venezuela, Nicaragua y Ecuador, el poder jamás será devuelto mientras sus dictadores cuenten con apoyo militar y con el refuerzo paramilitar de lumpen-colectivos armados. En Colombia, el eje gobernante no entregará tampoco el poder en cuanto pueda mantenerlo. Por eso avanzan en una reforma electoral sesgada y asoma también la implantación del voto electrónico, propuesta desde marzo 15 por el gobierno.
El pasado 10 de mayo apareció en el periódico digital Debate un artículo de la mayor importancia, del ingeniero Jorge Escobar Restrepo, “Voto digital seguro no existe” (http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/15172-voto-digital-seguro-no-existe).
De ese bien documentado escrito tomo estas advertencias:
El voto electrónico que se intenta imponer en el mundo ha sido analizado por expertos en informática quienes coinciden en sus conceptos con esta aseveración de Bill Gates (Microsoft): “El voto no puede depender de un sistema digital porque este es absolutamente vulnerable, al igual que cualquier sistema digital. Pero además NO ES SECRETO, NO ES UNIVERSAL Y JAMÁS SE PODRÍA AUDITAR EL RESULTADO”. Otros expertos opinan que: “No hay evidencia para confiar en los sistemas del voto electrónico”, según un especialista en seguridad digital de AVAST; “El voto electrónico es la democratización del fraude”; “es preferible un sistema seguro, inviolable y transparente, que un sistema electrónico, rápido y moderno, pero muy vulnerable” (Miembro del Consejo de Transparencia Internacional en Argentina).
De los 195 países que tiene este planeta, solo en siete de ellos es legal el voto electrónico; otros cinco países, del grupo de los desarrollados, que lo habían implementado, lo han prohibido por los malos resultados y regresado al “papel y lápiz”.
La doble amenaza de la reforma electoral y el voto electrónico es tan real como aterradora.
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¿Cuándo aparecerá el Decreto sobre “Ordenación social de la propiedad urbana”?