El ex secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) Ernesto Samper, se despidió del organismo destacando la importancia de volver los ojos a la región para conseguir progreso.
El ahora ex secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, finalizó este martes su labor en una reunión de cancilleres del bloque, donde llamó a la unidad de la región y a la “solidaridad colectiva” ante las primeras decisiones del presidente estadounidense Donald Trump.
Samper presentó su informe de rendición de cuentas tras dos años y medio de labor al frente de la secretaría general de la Unasur, con sede en Quito, y reclamó cohesión regional ante algunas de esas decisiones, entre las que mencionó lo que denominó muro “de la ignominia” que proyecta construir el gobernante norteamericano en la frontera con México.
También mencionó los previsibles, según él, “éxodos masivos de latinoamericanos”, la imposición de barreras a los productos de la región suramericana y los tributos a las inversiones estadounidenses en esa zona del continente, medidas que consideró “nubarrones en el horizonte”.
El que fuera presidente de Colombia entre 1994 y 1998, y cuyo sucesor en la secretaría general del organismo todavía no ha sido designado, ofreció su informe antes de presidir una reunión extraordinaria de cancilleres del bloque, donde abogó por lo que llamó “volver a lo nuestro”.
“No sigamos buscando la salvación fuera de la región”, dijo al referirse a la venta de productos a países como China o regiones como la Unión Europea.
Consideró que Suramérica tiene “grandes fortalezas” económicas y recursos naturales que puede rentabilizar y defendió un aumento del comercio intrarregional que “hoy no pasa del 20%”, así como el fortalecimiento de las empresas multilatinas y el desarrollo de las infraestructuras como dinamizadores de la economía.
El exgobernante apostó por una economía que potencie los productos con valor agregado propio para dejar de “jugar a la lotería” con las ventas al exterior.
Samper había sido designado el 22 de agosto de 2014 para un mandato de dos años al frente de la Unasur, con posibilidad de renovación, que declinó.
Entonces el consejo de cancilleres del bloque acordó con él prolongar su permanencia en el cargo hasta ayer, “para asegurar un proceso tranquilo y efectivo con el fin de escoger su sucesor”, según señaló la secretaría general del organismo en agosto de 2016.
En una carta enviada a los jefes de Estado de la Unasur el 18 de agosto, el expresidente les comunicó su decisión de no continuar en el puesto y su intención de regresar a Colombia para trabajar por la paz.
“A Colombia le llegó la hora de la paz y yo quiero estar en esa cita”, escribió.
La Unasur está formada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
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