Tener claro lo que se quiere estudiar es de entrada un gran avance para quien busca una institución de educación superior, pero temas como los enfoques académicos y el énfasis ocupacional de las carreras suelen variar de una institución a otra y resulta necesario indagar por este aspecto para identificar la institución que guarde mayor afinidad con la aspiración profesional de quien inicia su formación.
Cuando se está finalizando el proceso de educación media y se tiene claro el área del conocimiento o la carrera en la que se desea continuar el proceso formativo llega el momento de identificar la institución de educación superior elegida, es ahí cuando el aspirante evalúa factores como el reconocimiento de cada institución y sus egresados en el campo elegido, reconocimiento de sus docentes y temas institucionales específicos según el interés de cada aspirante.
Pero más allá de evaluar si la institución a la que se aspira ofrece el programa académico que interesa al estudiante, se debe considerar en el enfoque que cada institución le da a su programa académico y la afinidad entre dicho enfoque y perspectivas profesionales de quien iniciará su proceso de educación superior.
Así lo afirmó Luz Doris Bolívar, vicerrectora académica Universidad de Medellín, quien planteó que el enfoque determina las dinámicas, maneras de enseñar y opciones para aprender en cada institución; de ahí que el estudiante deba asumirse como un sujeto activo en el acto pedagógico y educativo, indagando, antes de iniciar su educación superior, sobre los modelos y las apuestas pedagógicas las instituciones para que así se visualice en el acto educativo.
“Hay que evaluar las apuestas de experimentación porque la formación además de teoría es práctica, hay una gran ventaja y es que el joven de hoy está provisto de muchos recursos mediáticos y los puede usar para su beneficio, para conocer las malla curriculares y modelos de formación y así establecer comparación entre instituciones para elegir la que guarde mayor afinidad con sus aspiraciones” apuntó la directiva.
Álvaro Gómez Fernández, vicerrector académico de la Universidad Pontificia Bolivariana, coincidió con el planteamiento de Bolívar afirmando que “cada estudiante tiene necesidades particulares de formación según el campo de desempeño que proyecte para su actividad profesional y por esto cada institución tiene un enfoque diferente en las diferentes disciplinas que ofrece; entonces diferentes instituciones pueden ofrecer un mismo pregrado pero con seguridad hay diferentes énfasis y eso es una gran ventaja porque hay oferta para las necesidades de muchas personas pero también debe divulgarse adecuadamente entre estudiantes, padres de familia y colegios para que no se convierta en un factor que desoriente a los candidatos”.
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Gómez expresó que el estudiante cada vez es más activo en la revisión de la propuesta curricular de las instituciones pero expresó preocupación ante las estrategias de orientación vocacional afirmando que estas “deben reevaluarse porque aún tenemos un alto porcentaje de estudiantes que en los primeros semestres cambian de carrera y el argumento suele ser que eligieron algo que no debieron haber estudiado, entonces hablando con rectores de instituciones educativas que hacen constantemente procesos de orientación vocacional hemos abordado el tema y particularmente creo que es un campo en el que no lo estamos haciéndolo bien porque estamos hablando de aproximadamente un 25% de estudiantes que en su primer año están solicitando cambios de programa académico”.
Ambos vicerrectores afirmaron que el tránsito entre la educación media y la formación profesional no debe ser abrupto, Gómez le otorgó a un adecuado transito, una gran importancia en la disminución de niveles de insatisfacción y deserción “porque si el estudiante que desde sus últimos años de bachillerato empieza a explorar sus fortalezas y a relacionarse con la educación superior va a tener mayores herramientas que le permitan tomar la decisión de qué carrera estudiar y en qué institución para lograr de esta manera una clara definición de su orientación profesional”.
Por su parte, Bolívar concluyó afirmando que cuando se está por egresar de bachiller no solo se deben revisar los modelos pedagógicos de los planteles educativos sino ubicarse en una completa exploración vocacional, para apreciar así el mundo laboral en escena “hay que ponerse en circunstancia, pisar terreno para conocer ámbitos de desempeño a través de la interacción con personas y escenarios del ejercicio profesional. La exploración vocacional es fundamental para disminuir cada vez más los niveles de deserción y tener estudiantes en los que la vocación y el conocimiento del campo determinen su interés académico”.