La figura del empresario en la compra y venta de jugadores ha tenido un protagonismo considerable que se ha visto en las cifras que representa su participación en el negocio.
Los clubes de fútbol duplicaron su gasto en pagos a intermediarios por traspasos internacionales en los últimos cinco años de 218 millones de dólares en 2013 a 446 millones en 2017, un gasto que prácticamente en su totalidad pertenece a clubes europeos, según el sistema de transferencias de la Fifa.
En total, desde 2013 hasta noviembre de 2017, los equipos de fútbol de todo el planeta gastaron 1.586 millones de dólares en pagos a intermediarios por traspasos internacionales de jugadores.
Ésta es una circunstancia puramente europea, ya que los clubes de la Uefa son responsables del 97% del gasto, unos 1.542 millones de dólares, frente a 45 millones que gastaron los equipos del resto del mundo en pagos a este tipo de agentes.
A la cabeza del Viejo Continente en pagos a intermediarios está la liga más potente económicamente, la Premier League inglesa, cuyos clubes pagaron entre 2013 y 2017 casi un tercio de los gastos de todos los equipos europeos (489 millones de dólares), seguidos por los clubes italianos (434), portugueses (161), alemanes (145) y españoles (121).
Los que gastan en intermediarios son mayoritariamente los clubes compradores, que en Inglaterra pagaron 433 millones de dólares en este periodo de cinco años, frente a los vendedores que gastaron 56 millones. En España fueron 99 millones de vendedores frente a 22,7 de los compradores.
Sólo algunos países son la excepción a esta regla, los que se han especializado en ser clubes vendedores: los equipos portugueses pagaron más a los agentes que les ayudaron a vender futbolistas (86 millones frente a 74 gastados por clubes compradores) y lo mismo ocurrió con los conjuntos belgas y croatas.
La comisión mediana que reciben estos agentes, aquella que representa el valor intermedio entre los importes pagados y que evita la distorsión de los grandes pagos, está entre el 15,8% y el 5,2% del traspaso por parte de los clubes compradores, mientras que los clubes vendedores suelen pagar entre un 9,6% y un 5,4%.
En cuanto a los jugadores, los datos de Fifa revelan que al menos el 30% de ellos cuentan con un agente propio en los traspasos en los que hay algún tipo de contraprestación económica.
Los jugadores menores de edad son los que suelen tener de forma más habitual un intermediario para cambiar a otro país (17,6% de ellos, según la Fifa), una proporción que desciende conforme van teniendo más edad: un 15% entre 18 y 25 años, un 14,5% entre los 26 y los 32, y un 11% en los que tienen 33 o más años.
Pese a que sean parte del día a día habitual en las grandes ligas europeas, en el conjunto del fútbol mundial, solo el 19,7% de las transferencias internacionales de jugadores tuvieron la participación de un intermediario, en 13.672 movimientos de jugadores de un país a otro de los 69.505 que la Fifa calcula que se produjeron entre enero de 2013 y noviembre de 2017.
No obstante, atendiendo a los traspasos de jugadores en los que se produjo algún pago, el concurso de intermediarios se produce en al menos la mitad de las operaciones entre clubes de distintos países: en 5.026 de los 10.511 traspasos con pagos asociados detectados por la Fifa.