Villavicencio está lista para recibir al papa Francisco. El sumo pontífice presidirá un acto de reconciliación entre víctimas del conflicto armado y sus victimarios.
"Demasiadas personas viven encerradas en el rencor e incuban el odio porque, incapaces de perdonar, arruinan su propia vida y la de los demás", mensaje que el papa Francisco transmitiera en una de sus visitas a Asís, Italia, y que se espera replique el próximo viernes 8 de septiembre en la Santa Misa que ofrecerá en Villavicencio ante más de 400.000 feligreses, entre los que se destaca la presencia de víctimas y victimarios del conflicto armado en Colombia.
El papa llega a la capital del Meta para lo que será uno de los gestos más importantes durante su estadía en nuestro país, pues en un momento en el que atravesamos un proceso de reconciliación que “sólo ha tenido en cuenta a las victimarios, es necesario dar a entender que lo más importante para alcanzar la paz es escuchar a las víctimas”.
Así lo aseveró el padre Emilio Betancur, quien explicó que estamos viviendo en una época y una cultura en donde lo importante es lo que se ve y no lo que se escucha, lo que a su punto de vista está “muy errado”, pues la misma biblia dice que “el fundamento más importante de la fe cristiana, incluso por encima del amor, es la escucha, debido a que aquel que no escucha no es capaz de amar ni perdonar”.
“El papa no es un espectáculo, así que lo verdaderamente justificable de su llegada a Villavicencio no es verlo sino escucharlo”, dijo. Por lo cual instó a los colombianos a estar disponibles interiormente para advertir su mensaje, entendiendo que “necesitamos conocer y comprender otro punto de vista diferente al que conocemos con respecto al proceso de paz, la corrupción y la polarización en el país, y Francisco lo tiene”.
Pero esto no significa que el máximo jerarca de la Iglesia Católica vaya a enfocar su liturgia en vaivenes políticos, pero sí en entregar “un mensaje de paz y de reconciliación que en estos momentos le viene tan bien a nuestro país”, manifestó Mario Alberto Rivera, sacerdote jesuita.
“Lo que el papa ha visto es que Colombia ha dado grandes pasos de reconciliación como no se había visto antes en la historia y, aunque el país no es una panacea, tampoco es un desastre”, destacó. Por lo cual considera que lo que el pontífice viene a decir es que “sigamos reconciliándonos de manera integral, en una cultura por el respeto al otro, por el respeto a las diferencias y por luchar para ayudar a los pobres”.
Es momento de sanar las heridas que han dejado tantos años de conflicto armado, de “reconciliarnos en Dios, con los colombianos y la naturaleza”. Por ello, Villavicencio será el escenario de la “gran oración por la paz”, apelando a la reconciliación y a mirar al prójimo como un hermano, según explican desde la Conferencia Episcopal de Colombia.
La capital metense, debido a su ubicación geográfica, se ha convertido en la puerta hacia el territorio nacional. Una zona en la que confluyen campesinos, minorías étnicas, lo urbano y lo rural, además de una incalculable riqueza natural. “Sin embargo, por muchos años estuvo marcada por el conflicto y la violencia”, indica el episcopado.
Y es por esto que más de 6.000 víctimas de la guerra en Colombia le apostarán a un “gran reencuentro por la reconciliación”, transmitiendo un mensaje de esperanza, fe y perdón que, de acuerdo al vicepresidente del país, el general (r) Óscar Naranjo, “será uno de los hechos más significativos de la visita del papa Francisco”.
Además, el mensaje del sumo pontífice en Villavicencio también servirá para decirle al mundo que “es momento de sanar las heridas que se le han causado a la naturaleza, protegiendo al planeta como el hogar común y evitando el daño medioambiental”.
Además de emitir su mensaje de paz y perdón, el papa Francisco aprovechará su visita a “La puerta del Llano” para beatificar a dos sacerdotes católicos asesinados en medio del conflicto armado interno.
El primero de ellos es Pedro María Ramírez Ramos, sacerdote de Armero, quien fuese asesinado un día después del magnicidio del líder izquierdista Jorge Eliécer Gaitán debido a que una turba enardecida lo acusó de guardar armas y de proteger a los enemigos del liberalismo.
Por otra parte se encuentra quien fuese el obispo de Arauca, el padre Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, ultimado a sus 73 años a manos de la guerrilla del eln, quienes nunca estuvieron de acuerdo con su teología de la liberación, su poder de convocatoria y carisma para hacerse del apoyo de campesinos, indígenas y maestros en esa región.
Al ser considerados mártires, ambos serán beatificados sin el proceso establecido por la Congregación para la Causa de los Santos, la cual exige un milagro comprobado para llegar a la santidad.
Cabe mencionar que con ellos dos nuestro país acumulará once beatos y una santa, la madre Laura Montoya.
El gobierno de Villavicencio grabó cien mil monedas conmemorativas con motivo de la visita apostólica del papa Francisco a la ciudad.
Cada pieza, elaborada por el maestro llanero Héctor Ruiz, tendrá un diámetro de cuatro centímetros, en una aleación en zamak y con palatina de color plata. En una de sus caras llevará grababa la imagen del obispo de Roma y en la otra la fecha de su visita a la capital del Meta.
Asimismo, se realizaron 20 medallas especiales, una de ellas para el sumo pontífice, que serán entregadas al presidente Juan Manuel Santos; la Gobernadora del Meta, Marcela Amaya; a Monseñor Óscar Urbina, arzobispo de Villavicencio; entre otras personalidades que acompañarán la visita del vicario de Cristo.
El Instituto de Turismo Municipal local aún no define el mecanismo mediante el cual los ciudadanos podrán obtener una de estas monedas, “pero tan pronto se tenga listo se le dará a conocer oportunamente a la comunidad”.