Definiéndose como de izquierda y derecha a la vez, el partido de Emmanuel Macron logró consagrarse en la escena política francesa.
Un nuevo partido se consolida en Francia. La République En Marche! (o simplemente En Marche!, o REM), con menos de un año de creación, se impuso como la principal fuerza política en el país galo.
Ganó, de la mano de su creador y líder, el presidente Emmanuel Macron, las elecciones presidenciales del pasado 7 de mayo. Asimismo, en las legislativas celebradas la semana pasada, la REM adquirió 308 escaños que, junto con los 42 que ganaron sus aliados del centrista partido Movimiento Demócrata (MoDem), superan ampliamente los 289 escaños para tener mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Esto le permitirá al Ejecutivo tener un mayor margen de operatividad para pasar los proyectos que Macron propuso en campaña, como la Ley Antiterrorista o la reforma fiscal, que ya han despertado críticas en el izquierdista partido Fracia Insumisa, liderados por Jean Luc Mélenchon, puesto que implica reducción de las libertades inviduales y reducir el gasto público.
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Desde la creación de la Quinta República por el general Charles de Gaulle, en 1958, el poder, tanto Ejecutivo como legislativo, se alternaba entre los conservadores, ahora representados en el partido Los Republicanos, y el Partido Socialista.
Así, la aparción de la REM lo convierte en un fenómeno político que ha logrado canalizar el malestar de la sociedad francesa hacia la política tradicional, y que ve en este partido un discurso esperanzador y alternativo que resulta atractivo.
Por qué
La irrupción de REM puso a los analistas a explicar por qué un partido joven, sin un ideal político definido y salpicado, recientemente, con escándalos de corrupción, logró imponerse como el partido dominante en el país galo.
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Analistas consultados por EL MUNDO coincidieron en que el desgaste político de los partidos tradicionales y la desconfianza de la opinión pública francesa hacia ellos es una de las causas.
Para el profesor francés Florent Frasson-Quenoz, docente de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, el mal manejo que le dio el expresidente Nicolas Sarkozy a la crisis económica del 2008, o la polémica reforma laboral adelantada por Francois Hollande, generaron malestar en los ciudadanos.
Asimismo, la renovación del personal político era algo que, según el docente, estaban persiguiendo los fraceses que no están contentos con la dicotomía izquierda-derecha, por lo que nuevas caras calaron bien.
“Los franceses están claramente hartos de esos cambios entre izquierda y derecha y esto los llevó a tratar de promover nuevas caras. La REM logró llegar a la gente, hasta el punto de que, durante la campaña para las Legislativas, hubo candidatos que no eran capaces de recitar el programa político de ellos mismos y, a pesar de eso, fueron elegidos como diputados”, explicó Frasson-Quenoz.
Otro elemento clave tiene que ver con la forma como Macron salió del Partido Socialista (PS). El mandatario francés logró ganar el apoyo de la parte más centrista de ese partido. Esto le sirvió para quedarse con los votos de los indecisos, teniendo en cuenta que la mayoría de los electores de ese partido son exsocialistas.
Asimismo, el cambio ideológico que pretendió hacer el PS, que trató de inclinarse hacia el centro, facilitó el paso de los electores insatisfechos a la REM.
El escritor Ignacio Ramonet escribió en el periódico francés Le Monde Diplomatique que el éxito de Macron se debe más a las circunstancias que a sus propios méritos, porque una serie de acontecimientos imprevistos fueron eliminando a sus principales rivales potenciales.
“En el seno del Partido Socialista, su competidor más peligroso, Manuel Valls, fue descartado en las primarias. Y el candidato designado, Benoît Hamon, considerado como demasiado a la izquierda y como “traidor” de Hollande, no podía seducir al conjunto de los socialistas y, por consiguiente, no era un contrincante nocivo para Macron. Luego, en la formación de derechas Los Republicanos, el candidato que más sombra podía hacerle, Alain Juppé, perdió. Y el vencedor, François Fillon, fue destruido por los escándalos de corrupción. A todo eso vino a añadirse el descarte del presidente François Hollande cuando anunció que no se presentaría a las elecciones”, escribió Ramonet.
Por su parte, Juan David García, profesor y docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), afirmó que lo que sucedió en Francia hace parte de la dinámica que se está viendo en el mundo, en donde los partidos tradicionales pierden terreno ante movimientos políticos más jóvenes.
No la tiene fácil
El lema de su partido lo resumió Macron en una frase: “No soy ni de izquierda ni de derecha, y a la vez soy de izquierda y de derecha”. Ese discurso, efectivo para las presidenciales y que le alcanzó para las Legislativas, puede generarle conflictos a la hora de pasar del discurso a las acciones.
Así lo cree Juan David Escobar, coordinador de la especialización en Estudios Políticos de la Universidad Eafit, quien considera que Macron tendrá que enfrentarse a los sindicatos cuando radique proyectos, como el de reducir el gasto público y la exención fiscal de empresas para generar empleo.
Incluso Escobar va más allá, afirmando que el impulso político no le llegó a las legislativas, ya que no logró los 450 diputados previstos en la primera vuelta, en unas elecciones con una abstención del 57%, la más alta en ese país.
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Asimismo, otros partidos que no tenían fuerza también le hicieron contrapeso a las propuestas de Macron en la Asamblea Nacional. La Francia Insumisa, junto con el Partido Comunista, adquirieron 27 escaños, superando los 15 necesarios para formar grupo parlamentario, mientras que el partido ultraderechista Frente Nacional, liderados por la excandidata presidencial Mariene Le Pen, pasa en cinco años de dos a ocho diputados.
“Se esperaba que lograran 450 diputados o más, lo que hubiera sido mayoría histórica, pero llegaron a 350, que es la cuota normal que tiene un presidente en la Cámara Baja”, explicó Escobar.
Por ahora, para tener control total en el Parlamento, Macron deberá esperar hasta octubre, cuando se realicen las elecciones para el Senado, la Cámara Alta, ya que, actualmente, no cuenta con ningún representante, por lo que se verá obligado a buscar alianzas.
“De la victoria en el Senado depende que se pasen proyectos como la Ley Antiterrorista o la moralización de la vía política. La pregunta es si tendrá el mismo impulso hasta octubre, teniendo en cuenta que ya dos exfuncionarios suyos renunciaron por escándalos. O sea, de aquí hasta esas elecciones Macron demostrará si tiene su verdadera fuerza política, de lo que dependerá el éxito de su gestión como presidente”, concluyó Frasson-Quenoz.
La semana pasada, el presidente de la República, Juan Manuel Santos, se reunió con su hómologo francés, Emmanuel Macron, en París, tratándose de la primera visita oficial al líder de La République En Marche! (REM) desde que comenzó su Gobierno.
La paz de Colombia, así como el apoyo financiero de Francia al posconflicto, fueron los temas que se hablaron durante la reunión.
Macron reconoció la “valiente apuesta por la paz” de Santos. ”La relación entre los dos países tiene algo de único, y esta visita es también el homenaje que hace Francia a la valentía por la paz”.
Una de las noticias más importantes, respecto al posconflicto, fue la financiación, a través de su Agencia de Desarrollo, del Gobierno de Francia al campo colombiano. No se especificó de cuánto será el apoyo.
“Francia nos ayudará a que el campo, tradicionalmente una fuente de pobreza y desigualdad, para que se convierta en una fuente de prosperidad y de riqueza para aumentar nuestra productividad y nuestra producción alimentaria”, afirmó el jefe de Estado colombiano.
Santos también se refirió a la dejación de armas de las Farc. “Cuando este proceso termine esta semana, las Farc dejan de existir como grupo armado. Es algo histórico, es algo que va a cambiar a Colombia para bien en muchos sentidos”.
También se refirieron al atentado que se realizó en el Centro Comercial Andino y que dejó tres personas muertas, una de ellas de nacionalidad francesa.
Santos lamentó la muerte de la ciudadana gala, agregando que el terrorismo se combate con templanza, resiliencia y contundencia.
El mandatario finalizó su visita con la inauguración de una plaza en París con el nombre del premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.