La relación entre la cultura antioqueña y los juegos de suerte y azar ha propiciado una fuerte presencia de negocios dedicados a esta actividad económica en el departamento.
Anualmente Antioquia recibe una cifra aproximada de $50.000 millones de pesos producto de transferencias provenientes de juegos de suerte y azar, un 10.7% del total nacional que asciende a $465.393 millones, según información de Coljuegos.
El segmento correspondiente a juegos de azar y apuestas es una actividad económica a la que en el departamento se dedican 421 empresas, según cifras de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia. Este rubro ha presentado un crecimiento en los últimos años, principalmente asociado a la construcción de casinos y la proliferación de apuestas en línea.
El escritor Memo Ánjel se refirió a la inclinación por los juegos de azar como una característica muy ligada a la idea que se tiene del ser antioqueño, “hay una tradición como pueblo minero, un pueblo que se ha encontrado con la riqueza y que además conserva la creencia de seguir buscando fortuna, entonces juega. En Antioquia no es extraño encontrarse con la persona que jugó la finca porque no importa, el paisa es echado para adelante y se siente un negociante que aprende a ganar y perder plata de una forma desmesurada, así que hace parte de una cultura en la que no se busca perpetuar la riqueza sino estar atento a todo lo que se ve como una oportunidad de encontrar abundancia”, señaló.
El psicólogo Yaromir Muñoz, docente investigador de la universidad Eafit, identificó en el antioqueño un asunto de creencias que lo llevan a tener una relación muy cercana con el azar: “Hay algo muy común en Antioquia y es ver personas que tienen números de fe y están constantemente revisando los que cayeron recientemente en el chance o los que no volvieron a caer, hacen un mapeo de oportunidades y van generando una relación muy estrecha con el azar”.
Ánjel, por su parte, agregó que revisar la cultura en Antioquia permite hacerse una idea de la importancia que se le ha dado históricamente a las apuestas, “en Colombia hemos visto historias como la de Joselito que apostó hasta a su mujer (canción Dame tu mujer José, de Guillermo Buitrago) y si uno viene y revisa en Antioquia tenemos la literatura de Carrasquilla, donde peralta (en el cuento A la diestra de Dios padre) lo primero que deseó fue ganar siempre en el juego y fue capaz de ganarle una apuesta al mismo diablo, además tenemos a Manuel Mejía Vallejo que nos habla de jugar hasta los quereres o jugarse la vida con los puñales, Que pase el aserrador es el relato de alguien que todos los días se juega la vida con una mentira y así se va configurando una idea que ha caracterizado mucho a la antioqueñidad y la representa desde un carriel en el que no pueden faltar los naipes, los dados y la estampita como elementos que forman parte del juego y de la fe”.
Ese deseo de buscar mayor fortuna lleva a que en muchos casos se desconozca la diferencia entre los juegos de azar legales y los ilegales; al respecto, Gildardo Pérez Lopera, gerente de la Lotería de Medellín, indicó que la ilegalidad en las apuestas es una problemática que representa anualmente un 20% en perdidas por concepto de transferencias a la salud de los antioqueños, es decir, anualmente el departamento está dejando de recibir $10.000 millones que están quedando en manos de la ilegalidad.
El directivo apuntó al chance manual y las rifas como los tipos de apuestas ilegales más comunes en Antioquia e indicó que actualmente la Lotería de Medellín tiene un convenio con Rentas departamentales de la Secretraría de Hacienda para aumentar el acompañamiento pedagógico y el control administrativo en el departamento y garantizar que la cultura de la ilegalidad no continúe afectando el presupuesto público con apuestas ilegales.