El vocablo dataísmo

Autor: Lucila González de Chaves
11 octubre de 2018 - 12:07 AM

El verbo obstar, empleado casi siempre en oraciones negativas, va seguido de la preposición para: (algo) no obsta para que se realice.

1. Dataísmo y otras expresiones

El sustantivo dataísmo, empleado para referirse a la filosofía centrada en los datos y en la libertad de la información, es un término bien formado en español y no necesita resalte, comillas ni cursivas. 

Este neologismo se encuentra en los medios de comunicación en frases como: El big data ha devenido en dataísmo, una religión que adora los datos. Estamos en pleno dataísmo: el hombre ya no es soberano de sí mismo, sino que es el resultado de una operación algorítmica. Como fundamento  está el dataísmo, que concibe el mundo como un flujo de datos.

Formado a partir del sustantivo inglés data, que significa ‘dato’, y el sufijo español -ismo, que crea sustantivos que suelen significar ‘doctrina’, ‘escuela’ o ‘movimiento’, este término es válido en español para aludir a la filosofía en la que el dato es el rey, capaz de describir hechos, sucesos y entidades, y de formar flujos de información que vayan más allá de las teorías subjetivas.

Lea también: Precisiones de la RAE en su ortografía, última edición

Morfológicamente, el que un sustantivo extranjero cree derivados en español no es un fenómeno infrecuente y las voces así formadas no son necesariamente incorrectas. Palabras como pizzería, hackear o jazzista son derivados que contienen extranjerismos sin adaptar y figuran en el Diccionario académico como términos españoles, en letra redonda.
Así pues, no hay razón para censurar el sustantivo dataísmo, más asentado que la variante datoísmo, que apenas cuenta con poco uso, aunque también es válida.  Los ejemplos dados pueden considerarse adecuados.

2. No obstar para que, en lugar de: no obstar que.

El verbo obstar, empleado casi siempre en oraciones negativas, va seguido de la preposición para: (algo) no obsta para que se realice.
En los medios de comunicación es habitual encontrar frases como Esto no obsta que se tenga que investigar el financiamiento de las últimas campañas. Eso no obsta que considere que asistimos a una campaña teledirigida contra la expresidenta. Nada obsta que en una misión haya dos embajadores.
Tal como señala el Diccionario panhispánico de dudas, OBSTAR es un verbo intransitivo y se construye con un complemento introducido por PARA, y, menos frecuentemente, por A. No se considera adecuado el uso transitivo de este verbo.

En los ejemplos iniciales lo apropiado habría sido escribir: Esto no obsta para que se tenga que investigar el financiamiento de las últimas campañas. Eso no obsta para que considere que asistimos a una campaña teledirigida contra la expresidenta. Nada obsta para que en una misión haya dos embajadores.
Se recuerda que obstar   es un verbo defectivo, esto es, que no se conjuga en todas sus formas; en este caso concreto, únicamente se emplea en tercera persona del singular o del plural (por ejemplo: obsta, u obstan; no: obsto ni obstáis). Consultemos la conjugación ofrecida en el Diccionario de la lengua española.

Además: Ajustemos la semántica al ritmo de los tiempos

3. Los nombres propios el Caribe y las Antillas se escriben con el artículo en minúscula.

En los medios de comunicación hay frases como: La casa púrpura de Prince en El Caribe se subasta. El jugador del Atlético de Madrid nació en Las Antillas. En los últimos quince años, los países de El Caribe cifraron en la política de Petrocaribe la mitigación de los problemas sociales.
Según la Ortografía de la lengua española, en los nombres geográficos o de lugar, a excepción de los casos en que el nombre incluya el artículo de manera indisociable (como ocurre con El Salvador, La Paz o El Escorial), el artículo se escribe con minúscula inicial, esté o no presente el sustantivo genérico correspondiente.

En los casos: el Caribe (o el mar Caribe) y las Antillas, el artículo no forma parte del nombre propio, tal como se aprecia en las entradas del Diccionario de la lengua española sobre sus respectivos gentilicios: caribeño y antillano.
Cuando el artículo EL aparece precedido de las preposiciones A, o DE, lo adecuado es hacer la llamada contracción: AL o DEL (al Caribe, del Caribe).

En los ejemplos  mencionados habría sido preferible escribir: La casa púrpura de Prince en el Caribe se subasta. El jugador del Atlético de Madrid nació en las Antillas. En los últimos quince años, los países del Caribe cifraron en la política de Petrocaribe la mitigación de los problemas sociales.

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