Según el secretario de Estado de EE. UU. el correspondiente traslado de la embajada desde Tel Aviv, responde a una ley aprobada por el Congreso.
El secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, aseguró este jueves que el polémico traslado de la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Jerusalén "no será algo que pase de un día para otro".
"No lo vamos a hacer rápido", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense ante la prensa al margen de la cumbre ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce) que se celebra en Viena.
Tillerson recordó que el anunció del presidente estadounidense, Donald Trump, de que su país reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, y el correspondiente traslado de la embajada desde Tel Aviv, responde a una ley aprobada por el Congreso en ese sentido. El Congreso estadounidense trató de forzar el traslado de la embajada a Jerusalén en 1995, al aprobar una ley que exige mover a la Ciudad Santa la misión diplomática en Israel.
Esa ley permite a los presidentes estadounidenses aplazar ese traslado si consideran que eso encaja con los "intereses" de EE. UU., un trámite que debe hacerse cada seis meses y que los tres predecesores de Trump completaron regularmente.
El presidente hizo lo mismo por primera vez en junio pasado, pero en las últimas semanas, ante la perspectiva de volver a firmar un documento que contradecía su promesa electoral de mover la embajada a Jerusalén, se planteó un cambio de rumbo.
El reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel ha recibido críticas de países musulmanes y también de numerosos Estados europeos, que entienden que rompe el consenso internacional de décadas y agravará el conflicto entre israelíes y palestinos.