El trasfondo de una revocatoria

Autor: Nacho
7 mayo de 2017 - 02:00 PM

La actividad pública en Ituango anda muy alterada por la realización de una revocatoria del mandato contra el actual alcalde, que es orquestada por quienes perdieron, después de 20 años de ostentarlo, el poder municipal.

Medellín, Antioquia

En el municipio norteño antioqueño de Ituango todo está cambiando.
La tranquilidad ciudadana y productiva, tanto urbana como rural, como consecuencia del proceso de paz; la construcción de Hidroituango y la pavimentación de la carretera hasta el casco urbano le han dado otro aire a esta municipalidad, denominada por algunos como el “Edén del Norte” y una tierra de gente amble, hospitalaria, cuna de grades personajes como el mártir de los derecho humanos Jesús María Valle Jaramillo, el pintor y maestro Ramón Vásquez, el periodista Carlos Quintero Arroyave, entre otros, pero también con el contraste que ha sido muy herida por el conflicto armado colombiano.
La mega construcción de la hidroeléctrica Ituango ha traído desarrollo en temas como educación, vivienda, salud, vías, además de la generación de empleo.
Pero esta zona ha sufrido muchísimo por la violencia. Ituango ha sido afectado por el Eln, el Epl, los paramilitares y las Farc, que han provocado una estela de víctimas que superan las 17.000. Las huellas de la violencia aún están grabadas en algunas puertas y ventanas.
El acuerdo de paz firmado por el Gobierno y las Farc, pone en la agenda pública a este municipio y en la vereda Santa Lucía está ubicada una Zona Veredal Transitoria de Normalización, que alberga a más de 300 guerrilleros del Frente 18, en su paso a la vida civil.

Elecciones y revocatoria
Y tanto han variado las cosas en Ituango que en octubre de 2015 en las elecciones para alcalde el Partido Liberal volvió al poder local después de 20 años de dominio conservador y de ese hecho se deriva el actual intento de realizar allí, por primera vez, una revocatoria del mandato del alcalde Hernán Darío Álvarez Uribe.
Los liberales, con la contribución de otras fuerzas políticas, incluso conservadores, propinaron una verdadera paliza electoral a los conservadores, doblándolos en votación.
Y desde el mismo día de la derrota dirigentes de ese partido y sus amigos no han podido aceptar el revés en las urnas.
El alcalde triunfador es una persona de origen campesino que se formó académicamente hasta graduarse en ciencias políticas en la Universidad Nacional, fue electo primero concejal y luego produjo una mayúscula sorpresa electoral al aplastar a su rival azul y salir elegido mandatario de Ituango.
La gente allí estaba cansada de lo mismo y ocasionó un revolcón en la conducción de la administración.
Pero los perdedores no se han quedado quietos y desde el inicio del gobierno municipal, en enero  de 2016, comenzó lo que algunos califican de persecución política.
La derrota puso en apuros a contratistas y funcionarios que por años se han beneficiado de las mieles del poder, razón por la cual, tras la posesión del mandatario de Ituango, no se hizo esperar una avalancha de ataques.
Pero, además, con la llegada a la alcaldía de un humilde campesino, también aparecieron los oportunistas, que aprovechando el compadrazgo político solicitaron y exigieron dádivas como contratos, cargos y hasta empresas como el Hospital San Juan de Dios.
Sin embargo, el alcalde se negó a entregar las empresas del municipio tras el apoyo brindado en campaña, lo que ocasionó el desmedido ataque del que hoy es víctima.

El ardid
La estrategia contra la joven administración fue constituir una veeduría ciudadana para hacer seguimiento a todos sus proyectos. Pero algunas irregularidades y los insultos contra el alcalde dentro de ese organismo de control, ocasionaron la renuncia de varios de sus miembros, pues quedó al descubierto que el objetivo era sembrar las bases para convocar a una revocatoria del mandato.
Las acciones en contra del alcalde se planearon desde Medellín al mando de caciques políticos, los que prepararon un cronograma de actividades encaminadas a revocar al alcalde.
Para ello tienen en su nómina a personas encargadas de las comunicaciones, en especial redes sociales como Facebook. Según la alcaldía, desde un local ubicado en la calle peatonal de ese municipio se diseña toda la estrategia para promover la revocatoria y desde otra sede, en una universidad privada, opositores, algunos concejales y el comité de revocatoria articulan las acciones.
Todo este marasmo ha llevado a un gran desgaste en Ituango. Mientras los promotores dicen que de no prosperar la iniciativa, al menos obstaculizan a la Administración, el alcalde ha tenido que multiplicarse, perder tiempo y desatender prioritarios frentes sociales, haciéndole frente a las constantes denuncias que han colapsado el aparato jurídico.
Paralelamente, varias denuncias sobre irregularidades en la recolección de firmas reposan en la Personería municipal y en la Fiscalía.


Lo dice el alcalde
Para Hernán Álvarez la revocatoria no es más que una estrategia de revanchismo político, porque está haciendo bien su gobierno, las acciones dan cuenta del cumplimiento del plan de desarrollo y todo se está dando para que la deuda pública se pague en esta vigencia.
Dijo enfáticamente que derrotar la corrupción ha sido una de sus metas, pero considera que quienes han liderado la corrupción por años en su municipio, son los mismos que buscan recuperar el poder a costa de lo que sea.
Un ejemplo de esa situación es que antes de su cuatrienio nadie había reclamado por el manejo de los recursos públicos y, al parecer, las cosas se hicieron a las mil maravillas del 2016 para atrás.
Al respecto precisó que “nadie vio la entrega de lotes en reservas forestales, nadie reclamó por la construcción de obras públicas en terrenos privados, nadie se percató del sobrecosto de obras, tampoco de los robos en las construcciones, nadie pidió cuentas sobre la gasolina cargada al bus del municipio, el cual no existe y fue desvalijado; nadie reclamó por los vehículos del municipio entregados a particulares, nadie reclamó por las malas construcciones, nadie habló sobre la entrega de casas a personas que no las necesitaban, nadie puso problema por los carteles que por años han desangrado al municipio, como el de la basura, el de la gasolina, el de la construcción, el de la contratación, incluso el cartel de las guacas, que recientemente se acrecentó con la ayuda de un concejal. En esos años no pasó nada”.

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