Se trata de entender una dinámica que llegó al mercado. En 2016, Colombia pasó de ser el país del “no sé” al país del “depende”, este 2017, así lo afirmó Camilo Herrera Mora, presidente de Raddar. Esto debido a que el año pasado los consumidores, los compradores, las amas de casa, los industriales, el Gobierno o quien fuera que se le preguntara sobre: ¿Cuándo se acabará el fenómeno de El Niño? ¿Cuándo se presentará la Reforma Tributaria?, tenía como respuesta, automáticamente, “no sé”.

Es por ello que para la industria textil es importante replantear conceptos y reformular la estrategia de comunicación, si quiere satisfacer, cautivar nuevamente al consumidor, al comprador, ya que, “particularmente en confecciones, no tanto en textiles, uno de los primeros gastos que un hogar frena ante una situación de incertidumbre del gasto es precisamente el de vestuario. El precio de la papa está subiendo, entonces simplemente se deja de comprar ropa o se adquiere una más económica”, como lo sostuvo el consultor, economista y experto en comprensión estratégica del consumidor.

El 2016 fue un año de retos para la industria de la moda y el 2017 comienza con una ventana roja grande, porque tiene un recorte de producción, de textiles, que se adhiere al incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 19%.
Debido a esto, Herrera Mora aconsejó que la industria tiene que empezar a tomar decisiones bien claras o el consumidor también lo hará, por lo que recomendó que cada persona piense en una marca que le guste y se pregunte: ¿Hace cuánto tiempo no nos sorprende?, evidenciando que el gran reto de la industria textil es: El lograr volver a sorprender.

Son desafíos inmediatos cuando el consumidor adquiere un producto y definitivamente la marca logró satisfacerlo, mostrando que lo sedujo tanto que dicha persona volvería a comprar algo de esa marca.

“Si la marca le dice ‘oiga, venga y me compra que estoy más barato’, no te está diciendo nada”, comentó el presidente de Raddar, quien agregó que en ese caso la industria debería desviar la estrategia del mercado hacia una comunicación de satisfacción al consumidor, ya que, cuando este “reconoce una mejora en su calidad de vida por utilizar el producto, se vuelve un recomprador. No hay que apuntarle en este momento a los compradores sino a los recompradores”, señaló Herrera Mora.

¿Gasto en los hogares?
Según cifras del gasto de hogares de Raddar, el pasado 2016, a pesar de la crisis, gastaron más en entretenimiento (6,4%) y en el rubro de la moda se compraron más prendas (1,6%). Además, pese al incremento de precios por el paro camionero y la inflación, invirtieron más en alimentación (1,4%) y gastaron un poco más en educación (0,1%).

A su vez, el gasto en el hogar fue mantenido igual porque la variación fue de 0,0% y en el segmento de la salud la inversión fue menor (-0,1%). En transporte y comunicaciones se compraron menos carros y motos (-0,9%) y el rubro de “gastos varios” también decreció (-1,2%).

No obstante, de acuerdo con Herrera Mora, el año 2016 fue retador para la industria y el comercio por varias situaciones que llevaron a los hogares a replantear sus inversiones como la inflación, el paro camionero, la Reforma Tributaria, entre otros factores que afectaron enormemente las decisiones de compra de los colombianos. “Se esperaba un crecimiento del gasto de los hogares en bienes y servicios cercano al 5% en unidades y servicios recibidos, y el mercado sólo creció un 0,57%, siendo el crecimiento más bajo desde 2009”, explicó el economista.

Acerca de las compras en diciembre de 2016, él explicó que estuvieron lejos de las expectativas. Todo el gasto de los hogares el año pasado apenas aumentó un 0,57%; el del mes de diciembre se frenó un -0,41% y la canasta de navidad un –5,8%, frente a un 1,15% del año pasado.

En la economía, los analistas se encargan de seguir el Producto Interno Bruto (PIB), las exportaciones, la inflación, los cuales son resultados de las decisiones de la población. “Las decisiones de la gente casi siempre son emocionales y no son racionales. Al final la medición del PIB es precisamente eso, porque una de las cosas que te ayuda a explicarlo es el estado anímico de la gente. Entonces si la economía se estanca, el estado anímico está bajo”, comentó el presidente de Raddar, quien concluyó que el reto de la industria en general es volver a subir el estado anímico de la gente.