Después de casi una década de su última exhibición individual, en Lokkus Galería se exhibe la exposición Ilaciones de la artista María Teresa Cano, una sucesión de ocho obras que acercan al espectador a las situaciones íntimas que acontecen al interior de una casa y desde allí, revitaliza a los objetos como dispositivos de memoria.
La historia de María Teresa Cano es la de una mujer que definitivamente debía estar metida en el mundo del arte. Así lo confesó ella.
Recuerda, con especial nostalgia, los diálogos y conversaciones que sostuvo en su infancia y juventud con su papá y su hermano; los mismos, reconoció, que la motivaron a despertar su interés por el arte y, definitivamente, emprender ese camino en su vida.
Próximos a cumplirse una década de su última exhibición individual, sus obras, “llenas de sentimientos y significados”, son nuevamente exhibidas en una galería en Medellín, según narró Erika Martínez, curadora de la exposición Ilaciones, en Lokkus Galería.
En esta pieza en particular, María Teresa Cano "funda una imagen del amor romántico, a través de códigos femeninos cliché", según narró Erika Martínez, curadora.
De ella hacen parte ocho obras de María Teresa Cano con las que “se construye un pensamiento sobre sus procesos técnicos y las maneras como ha venido consolidando un discurso visual sobre lo doméstico y la configuración de lo femenino en las últimas cuatro décadas”, escribió Martínez en la Nota curatorial.
Seis de estas obras estuvieron en salones regionales y nacionales en el momento de su creación y nunca más se habían vuelto a exhibir, de los años 1989, 1992 y 1993; y sólo dos de ellas son obras más contemporáneas.
Se trata de volver a poner en sala una serie de obras que son emblemáticas y representativas en la carrera artística de María Teresa Cano. Un proyecto de Lokkus Galería de “volver a pensar en esos artistas que no han vuelto a ser mirados. Están en nuestra sala porque creemos que hacen parte de la historia del arte, no solamente de Medellín sino de Colombia. También creemos que las actuales generaciones de artistas no tienen en su radar el cuerpo de trabajo de María Teresa, de pronto sí de alguna obra o exposición que hizo, pero no de su propuesta tan sólida. En fin, quisimos poner en el contexto actual parte de esa historia”, declaró Manuela Velásquez, directora de esa galería de arte de Medellín.
Bruma se trata de una instación emotiva que remite a los recuerdos de infancia de la artista María Teresa Cano.
Según explicó la curadora, lo doméstico atraviesa todo el trabajo artístico de María Teresa, debido a que su casa ha sido, durante toda su vida, el mismo taller de creación. “Eso hace que la esencia de arte y vida, en su caso, no estén divididos”, añadió Erika Martínez.
Precisamente, esa cotidianidad y su vivencia de casa sirvieron de rutina para materializar aquellas cosas esenciales que aparecen en su obra. Su casa, al ser un lugar que se habita también para la creación, es dueña de “piezas” que convocan a una serie de ideas y experiencias sobre la complejidad que encierra lo cotidiano.
Ese laboratorio al interior de su casa, le permitió pensar y crear las ocho obras que componen esta exhibición con una “particular sutileza crítica, en cuanto a situaciones íntimas que acontecen al interior de una casa y desde allí, revitalizar a los objetos como dispositivos de memoria”, comentó Martínez.
La expresión "Hasta que la muerte nos separe", el nombre de esta pieza de María Teresa Cano, hace parte del ritual del matrimonio católico.
Los objetos y piezas de Ilaciones están muy relacionados con el estar en la cocina, en la mesa, con los cursos que se construyen al interior del hogar. “No es gratuito que hayan unas piezas que hagan alusión a la institución matrimonio, así ella hace todo un cuestionamiento socio-político, desde su mismo estatus de mujer, de lo que significa el matrimonio, alejándose de ese discurso del mismo impuesto y heredado por la tradición católica”, narró Erika Martínez al detallás lo que encontró en su investigación.
Para ser más detallistas sobre el particular de esta obra, en esa casa-taller-estudio de María Teresa Cano, de la que se viene hablando, confluyeron todas sus experiencias de arte y vida, de ahí que la propia artista afirme que encontró en ese lugar toda su “constitución como mujer”.
Si su vivencia, cotidianidad y esencia social estaban en la esfera crítica de las cosas, ella, según confesó, debía ser crítica con su arte y esa crítica está muy clara en todas las obras de esta exposición.
Para María Teresa Cano existe una "domesticación de las personas a través de los objetos, unas maneras de hacer uso las cosas".
En Ilaciones las obras están relacionadas y su disposición en la sala de Lokkus Galería permiten maravillarse con el espíritu rebelde y crítico de María Teresa Cano. Cabe destacar que la artista trabaja propiamente instalaciones y objetos intervenidos.
Están allí, Bruma, es un locero antiguo que fue heredado de una tía y que tiene, además, adentro una vajilla de su abuela y la artista los intervino enclaustrando los platos que están en el locero con Vinipel de una manera muy estética, con lo cual “congeló el tiempo de sus recuerdos con la tradición familiar. Los objetos quedaron allí, detenidos en el tiempo, haciendo una alegoría a la memoria, a la familia, a los encuentros y al producto doméstico que se ha ido desvaneciendo con el tiempo”, consideró Erika Martínez. Esa pieza lleva consigo una frase en acrílico, “vallado de huertos y flores”.
También está Desdobles, unas servilletas desechables intervenidas con parafina; igualmente está Sobre nupcias y ausencias, un papel de colgadura de los años noventa con un fragmento de un poema de la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou, en el que se habla del ofrecimiento de la mujer, el lugar erótico y romántico en la idea de amor. Tiene el inicio de la frase “hasta que la muerte...” y el final lo deja para que los espectadores lo terminen. Es “una instalación que crítica las tradiciones del entendimiento conservador del amor, en el que la mujer debe estar dispuesta, abnegada, con una carga erótica muy bonita”, describió la curadora.
Continúan en sala Yugo, con tres objetos alusivos del matrimonio, y Sucesión, con ocho perchas para colgar ropa de gran tamaño, con frases de relatos cotidianos, entre otros elementos más que los asistentes podrán identificar al visitar la obra, que estará en sala hasta el 17 de noviembre, disponible al publico de lunes a viernes, de 10:00 a.m. a 1:00 p.m., y de 3:00 a 7:00 p.m., y los sábado de 11:00 a.m. a 4:00 p.m.
La obra Calor de hogar de María Teresa Cano hace parte de la colección de arte del Mamm (Museo de Arte Moderno de Medellín) y de otras colecciones privadas.