El que no conoce la historia, la padece ii – José María Bravo
Ante hechos políticos poco afortunados, es bueno recordar viejos planteamientos que hicieron reflexionar a la comunidad; parece que de ellos nada se aprendió, y que se repite la historia.
El Centro de Estudios Políticos de Antioquia Cepa buscaba adelantar diálogos para enfrentar las crisis políticas, y para ello recibió el 28 de octubre de 1976 una comunicación del jefe del conservatismo progresista J. Emilio Valderrama, en donde hacía reflexiones sobre política planteadas por el dirigente Darío Uribe Aristizábal.
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La Constituyente
No todo lo del régimen es malo. Es posible que las instituciones, con el avance del tiempo y las nuevas demandas, no sean hoy canales suficientes para responder a las aspiraciones y deseos de la comunidad. Aceptemos que se requiere una Reforma Constitucional para dotar al Estado de mejores y más modernos instrumentos que le permitan canalizar las aspiraciones justas de los sectores deprimidos. El gobierno ha propuesto una Reforma y cree que ella debe realizarse no en el Congreso sino en una asamblea Nacional Constituyente elegida independientemente en los comicios del año 78. En lo que respecta a la tendencia que oriento, debo afirmar que la mayoría de sus militantes son partidarios de la Reforma, tomando como instrumento la Constituyente. Algunos creen que debe hacerse por el Congreso Nacional pero todos estamos de acuerdo en la necesidad de darle al Estado modernos instrumentos para cumplir su tarea de generar el bien común, dentro del sistema democrático. Lo equivocado del régimen es pensar que el país toma rumbos diferentes de bienestar si la Constituyente se ocupa sólo de unos pocos temas, como los que el mismo gobierno propone: la reforma judicial y el reordenamiento al régimen departamental y municipal. Los progresistas creemos que es indispensable incorporar a los propósitos de reforma otros temas importantes como el del Congreso, que implica meditar en si es conveniente o no mantener su actual composición numérica, la existencia del sistema bicameral y las funciones que actualmente se le han asignado. Además pensamos que es indispensable dotar al Estado de modernos instrumentos que le permitan hacer real la redistribución del ingreso, sobre la base de llevar la justicia social a todos los sectores, porque al país no le basta la simple aplicación de la justicia de los tribunales y de los jueces, siempre y cuando ella no se mueve en un marco de igualdad de oportunidades para todos los colombianos. Si la Constituyente, va orientada a recortar los derechos constitucionales de algunos departamentos en orden a su actual división territorial, no tendría objeto y sólo serviría para certificar el aparente inconformismo ya denunciado por la prensa, frente a las pretensiones del gobierno, que no tolera la existencia de unos departamentos grandes que han hecho de su propia miseria y usando el factor humano como aporte al desarrollo, una contribución muy grande a la propia dimensión nacional. Si ello fuera así, el progresismo, en sus representantes dentro del Congreso Nacional, no contribuiría a saciar las aspiraciones del régimen, realmente orientados a disminuir la fuerza de las regiones.
El pasado nos interroga: ¿tenemos que repetir los mismos hechos del pasado, o debemos dar nuevos giros al proceso político?