Aunque va de último en las encuestas entre los candidatos presidenciales más conocidos, muestra un optimismo hasta osado sobre sus posibilidades electorales.
Su escaso porcentaje en la intención del voto lo atribuye a que apenas lleva 50 días vinculado, por primera vez, al trajín electoral como candidato por firmas.
El exministro y exdiplomático Juan Carlos Pinzón Bueno estuvo por Medellín consiguiendo prosélitos o votos en la calle, en los barrios, como Castilla, hablando en vivo y en directo con la gente, pues no tiene ninguna herencia política.
Y tienen tanta fe en su suerte final electoral, que dice que con él puede ocurrir lo mismo que sucedió en el 2002, cuando Álvaro Uribe ganó la jefatura del Estado de atrás para adelante.

Hablemos de su candidatura. Las últimas encuestas lo están aporreando mucho, escasamente aparece con el 1.2%
Todos los que están adelante han sido gobernadores, alcaldes, senadores y políticos toda la vida. Yo llevó 50 días en la vida política del país, nunca antes había participado en el campo electoral.
Ya existo, le gano a más de la mitad de los candidatos que ni siquiera aparecen en las encuestas.
Cuando se mira la encuesta no la de la semana que acaba de transcurrir, sino de la antepasada, le ganaba a buena parte de los candidatos que, incluso, aparecen arriba. Eso me da tranquilidad, el que ya existimos, pero a diferencia de los demás, no hemos participado antes en política.
Esto es trabajando, recorriendo el país, es tocando puertas.
Para los que no tenemos recursos económicos masivos, para los que no tenemos partidos, nos toca hacer el trabajo de ir a la calle, hablar con la gente, hablar con ese colombiano que no tiene partido.
Es satisfactorio ver que a pesar que no hemos participado en política, nos miran con cierta credibilidad.

¿Pero usted arrancó con muchos bríos, con mucha prensa, con mucha opinión, pero su aspiración se fue como frenando?
Pero dónde la ve frenada, estuve en su ciudad Medellín, recorrí el barrio Castilla, estoy visitando toda Colombia, estoy haciendo más que todo el mundo, eso sí, lo que no tengo es plata, ni tengo grupos políticos apoyándome.
Estamos en la calle ganándonos la gente y eso es muy honroso.
No tengo los votos de nadie, no soy heredero político de nadie, hacemos precisamente un esfuerzo directo con el ciudadano.
Creo que vamos bastante bien, más preocupados deben estar otros que van cayendo y llevan toda la vida en política y no pasan de cierto techo en las encuestas, en cambio nosotros tenemos toda la posibilidad de crecer, incluso la imagen positiva nuestra ha venido creciendo, igual el reconocimiento. 
Sólo hay un camino, trabajo duro y parejo. Esto a veces se parece a lo que ocurrió en el 2002, que hay a algunos que nos toca más duro, pero como se dice vamos como el caballo que viene de atrás galopando fuerte y rápido.

En Antioquia o Medellín tiene alguna estructura o personas que le ayudan. ¿Cómo le va en este departamento?
Me acompaña el pueblo que es la única compañía que tengo, gente común y corriente.
Cuando en Antioquia y Medellín estaban en la peor crisis de seguridad hace cuatro años, aquí vine y traje 2.000 policías. La gente que me ha visto en Urabá, en el Suroeste, en el Oriente, en el sur, en el Paramillo, en la zona de Caucasia, Valdivia y Tarazá, esa es la gente quienes nos acompañan, es la gente que cuando salimos a la calle son amables y generosas.
Son personas que reconocen que tenemos liderazgo propio, que no tenemos votos prestados, ni endosados, sino trabajado con amor para construir liderazgo propio y patriótico por el país.

¿Pero se le ve muy solo?
No, estoy con la gente. A mí no me importa andar solo con dirigentes políticos, respeto a la dirigencia política, no tengo nada contra ella, pero no le jalo a la politiquería porque somos diferentes. Nunca hemos estado en eso a diferencia de todos los demás.
Pero en cambio sí tenemos una relación nítida, amable y amistosa con la gente.

En muy comentada y analizada en la actual campaña la situación que originan los candidatos por firmas frente a los aspirantes por los partidos. ¿Cuál es su análisis de este aspecto?
No tengo al Polo Democrático consiguiéndome firmas como es el caso de un candidato que anda con el Polo y el Partido Verde detrás. Nosotros andamos solitos, hablando directamente con el ciudadano, al cual recurro porque antes no había sido elegido a nada y no había sido candidato a nada. Por eso tengo que ir directamente al colombiano a construir base propia, a construir un nuevo liderazgo, trabajar para ganar la confianza del ciudadano.
Represento cambio, cambio generacional, cambio de costumbres políticas, no tengo herencia de ningún constructor ni de nadie rico, no tengo herencia económica de nadie, pero en cambio creo que tengo más experiencia que todos los demás en materia económica, en seguridad y en relaciones internacionales.

Otra característica de la actual campaña es que algunos se están alejando del gobierno de Santos para buscar réditos políticos. ¿Usted que ya lo hizo, le está dando resultado?
En mi caso tengo la misma opinión hoy que cuando era ministro.
Nadie ha oído una opinión diferente, todo el tiempo me mantuve coherente y consistente, siempre dije que había que hacer la paz pero no arrodillándosele a la Farc, haciendo respetar a las Fuerzas Armadas, no soltar el acelerador de la lucha contra el narcotráfico, en eso trabajamos duro hasta que después se tomaron decisiones para apaciguar eso y por supuesto se originaron dificultades muy complicadas.

¿Cómo analiza o cuál es su interpretación de la forma como está marchando la actual campaña presidencial?
Hay mucha gente, muchas iniciativas, mucha participación, respetamos a todo el mundo, hablamos bien de todo el mundo, esperemos que todo el mundo contribuya para el bien del país.

Las seis propuestas
¿Cuáles son los grandes problemas y cuáles las  grandes soluciones?
Le digo las grandes soluciones que tengo en mi programa de seis líneas o ejes temáticos con políticas, metas y con unos planes para poder ejecutarlos. Son:
1. Seguridad sin impunidad.
2. Preparar a Colombia para la inversión y la generación de empleo.
3. Humanizar la salud.
4. Promover la educación para el trabajo y la tecnología.
5. Lucha sin cuartel contra la corrupción. 
6. Elevar el rol de la mujer en la productividad y la economía y el desarrollo del país.