El mensaje imperialista de 25 diputados europeos, apenas el 3% de la corporación, alegando razones humanitarias y ambientales para reclamar la suspensión del llenado de la presa de Hidroituango falta a la verdad y carece de legitimidad política.
Veinticinco diputados, de 785 que tiene el Parlamento Europeo, han tomado las banderas del movimiento RíosVivos -cuestionado por el origen de los recursos que usa para sus campañas contra la hidroelectricidad- para lanzar una agónica ofensiva imperialista contra el proceso de terminación y llenado de la presa de Hidroituango, proyecto del que apenas conocen lo que los habilidosos propagandistas llevaron a sus cómodas curules de Bruselas. Cuán distinta es esa posición extremista de la que han tenido los líderes de la banca multilateral que financia el proyecto, lo sigue paso a paso incluso con visitas in situ y lo presenta como ejemplo de gestión.
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Aunque los diputados que tomaron esta bandera carecen de mínima representatividad política en el Parlamento y la Comunidad Europea y a pesar de que el movimiento que los inspira ha perdido la confianza de comunidades y autoridades, dada su agenda politizada, agencias europeas noticiosas más preocupadas por mover agendas particulares que por la verdad e ingenuos medios de comunicación colombianos, entre quienes se cuenta EL MUNDO, recogieron el falaz comunicado sin, por lo menos, contrastarlo con los testimonios y documentos de quienes sí conocen el proyecto y lo han cuidado de extremismos ideológicos e incluso de los grupos criminales que de él pretenden valerse para, como lo hicieron en Porce IV, contener proyectos de desarrollo integral que cierran posibilidades y caminos a la ilegalidad.
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Una mínima revisión a las realidades de Hidroituango vuelven a mostrar las falsedades del movimiento Ríos Vivos, cuestionado por los financiadores de su actividad contra la energía hidroeléctrica en distintos países, en lo atinente al impacto social, ambiental o en derechos humanos de un proyecto avalado por la exigente banca multilateral que le ha concedido los préstamos, y a la que también se han dirigido los diputados, y exonerado por la justicia de culpas que sus enemigos han intentado imputarle.
Hidroituango es un ejemplo de gestión social y ambiental en el mundo. El proyecto ha transformado la vida de los doce municipios que reciben el impacto de su gestión gracias a la inversión de 1,8 billones de pesos en programas sociales y ambientales en cada uno de los municipios. Tales inversiones no comprenden las realizadas directamente con las 273 familias que debieron ser trasladadas y fueron partícipes de proyectos de inversión económica y social. El traslado de personas la convierte en uno de los proyectos de generación eléctrica con menor impacto en el mundo.
En un sector constructivo tan complejo como la hidroelectricidad, esta central propiedad del Idea y EPM y construida por esta última en un proyecto que ha involucrado a tres gobiernos, Hidroituango también es un proyecto ejemplar en el cumplimiento de sus presupuestos, pues su construcción valdrá los $11,4 billones estimados desde su planeación, y se realizará en el tiempo inicialmente planificado, lo que significa que en el próximo diciembre van a ser prendidas sus primeras turbinas.
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Para los doce municipios del Occidente y el Norte de Antioquia, Hidroituango representa también la oportunidad de recibir la presencia del Estado, que tanto añoraron durante décadas, mediante una intervención integral que les trae la seguridad que les habían arrebatado las organizaciones criminales que se valieron del abandono y la soledad de la región para enseñorearse causando dramático atraso a las comunidades.