Los invito a que abran el diccionario, el que tengan por allá, metido en el rincón, acumulando polvo y palabras, o el que está flotando en la red.
Como les dije hace dos semanas, queridos lectores, hoy voy a hablarles de los cadáveres del diccionario, de esas palabras que casi nadie usa, que nunca se escuchan en la calle, pero que están allí guardadas tal vez por nostalgia, tal vez por remordimiento, tal vez porque las palabras, todas, deben ser eternas.
Cotidiano, que significa “diario”, “lo que ocurre todos los días”, “lo habitual”, también se escribe cuotidiano. Este es un texto de 1487: “… instituyendo sacrificio ‘cuotidiano’ de su muy precioso cuerpo, de su muy santa sangre…”. La palabra latina es “quotidi?nus”. Es raro encontrarla, pero hay registros de cuotidiano en uno que otro texto del siglo pasado, hace 70 u 80 años (y se encuentran muchos más, por supuesto, de ahí para atrás). Yo me la encontré hace muy poco en un libro del profesor Nikólaos Chalavazis, uno de los maestros que con más cariño y admiración recuerdo de mis días en la Universidad Pontificia Bolivariana.
También soportar tiene su melliza: suportar. Dice un texto de 1494: “… para ‘suportar’ la carga del espinazo & del cuello…”. Y no es raro: en latín es “supportare”, y en inglés dicen “support”. Lo mismo le pasó a invidia, vencida por “envidia”. ¿Adivinan cómo se dice en latín? Es la que están pensando, estoy seguro, pero miren en el diccionario para que salgan de dudas y se entretengan en el repertorio de la palabra.
No se espanten si alguna vez se encuentran de camino a venéfica y a veneficio. Tampoco se preocupen por el hecho de que Word las subraye con rojo, Word no entiende la magia de la palabra. Un veneficio nada tiene que ver con un beneficio: todo lo contrario, es un maleficio, una hechicería. Así que les deseo beneficios y que el Todopoderoso los proteja de los veneficios.
Facticio se parece a ficticio: en su apariencia y hasta en su significado. Facticio es artificial, falso, no natural. Ficticio, como saben, es imaginario, falso, fingido. La obscuridad y la oscuridad son la misma ausencia de luz. También sus adjetivos, oscuro y obscuro, indican lo mismo. Simplemente obscuro ha ido perdiendo esa be que enreda la pronunciación, que la complica: es más fácil decir oscuro que obscuro (es un proceso normal e infinito, que, por cierto, se llama síncopa).
Es posible que hayan visto al adjetivo pasible. El ser humano es pasible, es decir, puede padecer (soportar el dolor físico y el dolor de espíritu). También es posible que conozcan a alguna dama que se llame Leticia. Pues díganle a Leticia que le desean leticia (alegría, regocijo), que le desean un resto de existencia letífica. ¿O será que todas las Leticias viven con leticia por derecho propio?
Los dejo con dos verbos: tunear y desleír. Los invito a que abran el diccionario, el que tengan por allá, metido en el rincón, acumulando polvo y palabras, o el que está flotando en la red (rae.es, por ejemplo).
Queridos profes y rectores: voy a dictar unos talleres en instituciones educativas. Si están interesados, pueden escribirme al correo.