¿Son los pijoprogre de una inventada élite bogotana – que no lo es un humanista como Granés- el centro de la cultura y el saber?
¿Qué es entonces el populismo? Un intelectual tan culto como Carlos Granés después de analizar el fenómeno del populismo sentencia que en Latinoamérica en las últimas décadas ha habido sólo dos tipos de populismo el de la chusma de Chávez y el de Uribe “a través de las Convivir”. Y entonces descubro que Granés desde su lejanía identifica como una turbamulta de fascistas a unas cooperativas de vigilancia solicitadas por ganaderos, finqueros, desesperados por el abigeato, los secuestros. Otra cosa es que amparados en la guerra sucia esas cooperativas se convirtieran en bandas de asesinos desalmados sin ningún ideario político. Desde el punto de vista sociológico y político el Centro Democrático -dentro del cual no es el uribismo la única tendencia- constituye históricamente la respuesta política de una gran clase media urbana ajena a los dos partidos, de unas nuevas clases populares y de un campo cada vez más urbanizado, quienes, representan otra cultura ciudadana y jamás votarían por una opción totalitaria. Esto es lo que me parece peligroso de parte de la gran prensa bogotana, el señalar a esta nueva Derecha, la Derecha de Macron, de Ángela Merkel, de Inés Arrimada y Albert Rivera, la de Macri como un peligro que es necesario extirpar no considerándolos como un contrario sino como un enemigo. ¿Son los pijoprogre de una inventada élite bogotana – que no lo es un humanista como Granés- el centro de la cultura y el saber? Es necesario recordar la diferencia entre el populismo xenófobo de la Liga del Norte, de los independentistas catalanes respecto a la tradición de la derecha anti totalitaria herencia de nombres decisivos como Camus, Popper, Isahia Berlin, Zygmunt Bauman, Fienkelkraut, Steiner. ¿Quiénes están a la izquierda en Colombia: las Farc, el Eln, Fajardo, el partido Comunista, Samper? ¿Hay que seguir exterminando a Sanín Cano, a Gómez Dávila por ser de Derechas? Este izquierdismo colombiano, aclaremos, nada tiene que ver con la tradición de la izquierda democrática de los Partidos Socialistas europeos. Y un demagogo como Petro, nacido y criado en la más genuina derecha montonera, exguerrillero opuesto al inicio de sus fechorías al comunismo de las Farc ¿cómo puede de buenas a primeras ser calificado como una opción política? Que una conocida revista rockera le dedique su portada es ya llevar al extremo esta deliberada confusión semántica, Petro, hijo de Chávez, al igual que nuestros izquierdosos, es sordo, incapaz de entender los reclamos de la alegría, reaccionario ante las expresiones musicales nacidas de la cultura urbana, aburrido, mañé como los miembros de las Farc a quienes encubre. ¿Qué tiene que ver ese mañesismo de nuevo rico populachero con los síncopes del Punk tan certeramente analizado por Greil Markus, con la melancolía del blue, con la poesía del rap presentes en la cultura de nuestras ciudades?
Lea también: Las definiciones políticas: derecha e izquierda
Destruir la industria, el capitalismo, regresar al modelo primitivo de una agricultura de “pan coger” tal como lo proponen Petro y las Farc ya es una demostración de regresismo contrario a lo que precisamente para ellos constituye su mayor enemigo: la cultura contemporánea y no su pedorro “realismo” social, sus corridos del Norte con letras de Timochenko. Fuera de cualquier resultado electoral el humanismo como herencia sin la cual caeríamos en la barbarie debe ser defendido por los verdaderos demócratas que saben que la ignorancia no conduce a la libertad sino a la servidumbre.
Le puede interesar: Verificar el país real