Baltazar Medina fue reelegido como presidente del Comité Olímpico Colombiano. Los resultados lo respaldan pues bajo su mandato el deporte colombiano tuvo una revolución; ahora el reto es fortalecer el Comité, llevarlo por nuevos caminos y seguir apuntando alto hacia el horizonte donde brillan los metales.
En un ejercicio de sana democracia, el hombre que lideró el proyecto deportivo que significó 16 medallas olímpicas para Colombia entre Londres 2012 y Río 2016, tuvo que poner su cargo en consideración de un consenso general enfrentado a otro candidato vía votación. El resultado: Baltazar Medina fue ratificado como presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC) para un tercer período de cuatro años luego sumar 30 votos en la Asamblea Ordinaria celebrada el pasado viernes, mientras que el vallecaucano Juan Fernando Mejía, aspirante a suceder a Medina, obtuvo 15 votos.
El resultado de la elección es una consecuencia al acierto de su gestión en los dos últimos ciclos olímpicos y al respaldo del deporte federado en Colombia hacia el proyecto institucional que lidera el antioqueño desde el 2009 en el ente deportivo. “La reelección de Baltazar se da por su gestión integral. Porque no sólo son las medallas en Juegos Olímpicos sino también los resultados inéditos en eventos del ciclo olímpico como los Sudamericanos 2010 que los ganó Colombia por encima de Brasil. También el desarrollo administrativo, proyección de deportistas y tantas otras cosas. Entonces la continuidad permite seguir ahondando en lo positivo y corregir lo que se necesite”, expone Julio Roberto Gómez, dirigente deportivo y exdirector de Indeportes Antioquia.
Y en esa “gestión integral” que subraya Julio Roberto están el fondo y la esencia que se tradujo en éxito en los dos últimos Olímpicos que Baltazar Medina lideró.
“Además del talento natural de nuestros deportistas como recurso fundamental, el apoyo sostenido del Gobierno para dar garantías a los atletas y a los procesos deportivos, ha sido vital. Todo esto de la mano de una buena planeación que contemple el corto, mediano y largo plazo, han sido los sustentos del rendimiento del deporte colombiano en la histórica campaña en Río de Janeiro”, argumentó Baltazar Medina en medio de un foro académico al cual fue invitado hace algunos meses en Medellín para dar testimonio de cómo fue el tras bambalinas del resultado en los últimos Juegos Olímpicos.
Precisamente su vínculo con la academia fue clave para esa revolución deportiva que vivió el país en los últimos ocho años, pues Medina ha sido un férreo impulsor de las ciencias del deporte. Por eso durante su gestión y sobre todo en los últimos cuatro años la figura del metodólogo deportivo fue decisiva en la obtención de logros, y más precisamente, en los resultados en Río de Janeiro. “Nuestra labor es trabajar de la mano de entrenadores y atletas en el día a día para direccionar el trabajo, medir, ajustar, descubrir posibilidades y, sobre todo, potenciar y optimizar los recursos: talento, tiempo, entrenamientos y competencias”, explica Jorge Duque, metodólogo de Tiempo y Marca del COC.
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Pero entonces, con los incuestionables resultado de Baltazar Medina, ¿cuál era la propuesta de Mejía para ser el nuevo presidente del COC? Pues una muy valiosa: Mejía propuso en su campaña un Comité Olímpico con una visión más empresarial, con más independencia de los recursos que otorga el estado, así como una mayor proyección a nivel internacional y hacia el mercado. En palabras simples, Mejía buscaba vender mejor el deporte y volverlo un producto redituable y sostenible. Y ese es un aspecto en el cual la administración de Medina tiene cuentas pendientes. “El tema de la comercialización del deporte no es fácil. Se ha venido haciendo pero con los resultados y esquemas que lleva actualmente el deporte en Colombia pienso que es un terreno en el que falta mucho por avanzar”, opina Julio Roberto Gómez. Posición con la que concuerda Jorge Ovidio González, presidente de la Federación de Ciclismo. “El 80 por ciento del soporte económico del deporte se da a través de dineros del Estado y eso tiene que cambiar un poco para darle tranquilidad al deporte, que pueda gestionar sus propios ingresos y que sean muy superiores a los actuales”, dice González, quien piensa que “a la empresa privada hay que mostrarle ídolos, ellos son los que atraen las inversiones al deporte. Pero además el COC tiene que buscar las formas para vender como un producto atractivo todo el ciclo olímpico. Hay que lograr que el deporte sea 100 por ciento comercial, eso no es fácil, pero en dos o tres años se puede avanzar mucho”, expresa el dirigente, quien cree que Baltazar Medina será receptivo para acoger las propuestas que el equipo de Mejía pretendían llevar a cabo en esta materia y así crecer en un aspecto en el que evidentemente falta mejorar. Porque en últimas se trata del beneficio colectivo del deporte nacional.
La capacitación de la dirigencia también es un punto a revisar y era otro de los enfoques de Mejía, quien recalcó en campaña que Colombia carecía de proyección internacional y los dirigentes se estaban quedando rezagados respecto al desempeño de deportistas. Algo lo que está de acuerdo María Emma Gaviria, única directiva del deporte colombiana que ostenta un cargo internacional. “Estamos en deuda en ese aspecto; necesitamos que los dirigentes se capaciten mucho más y que además sumen experiencia, que salgan al exterior, que se fogueen”, dice Gaviria, vicepresidenta panamericana de Tiro con Arco. Misma postura expone González. “necesitamos más puestos en organismos internacionales (Odepa, Odesur) porque eso debe ir de la mano con el hecho de que ahora Colombia es potencia deportiva en la región”, dice.
Pero sumando nuevos enfoques y esfuerzos, y potenciando las estrategias que han dado frutos, sin duda alguna el deporte colombiano va a superar su propio techo con creces. Claro está, con la figura del atleta siempre girando alrededor de todo. “La voz y la importancia que nos den a los deportistas en la toma de decisiones es fundamental, porque así se pueden orientar mejor hacia qué atletas y qué deportes invertir mayores recursos. Ese criterio es clave en un ciclo olímpico y en el futuro de los que vienen detrás”, expresa Yuri Alvear, medallista olímpica en Londres y Río.
El concepto de Yuri va en sintonía con la postura del metodólogo Jorge Duque, quien piensa que esa priorización en la destinación de recursos conlleva a un éxito más seguro en disciplinas específicas lo que puede traducirse en logros sostenidos a lo largo del ciclo olímpico.
Ahora, definida la continuidad del proyecto que representa Baltazar Medina sólo queda tirar para el mismo lado, enfilar baterías hacia los eventos que se aproximan y apuntar la brújula rumbo a Tokio 2020 donde deportistas y dirigentes tendrán la misión de ir llegar más alto, ir más rápido y ser más fuertes, tal como reza el lema olímpico.