Pertinente, la preocupación civil por el incremento inusitado de homicidios contra líderes sociales,
Pertinente, la preocupación civil por el incremento inusitado de homicidios contra líderes sociales, reclamantes de tierras y defensores de derechos humanos, en coincidencia con la cristalización del proceso de negociación entre el Gobierno Nacional y las Farc, para avanzar hacia una Paz estable y duradera después de 50 años de inclemente conflicto armado.
Estas muertes hacen parte de la reacción de un sector de la sociedad, ligado a estructuras armadas ilegales con vocación antidemocrática, en contra de la voluntad de paz de la mayoría de colombianos que, por esa bandera enarbolada, reelegimos a Juan Manuel Santos. Son múltiples los volantes que circulan por las redes sociales con listas de dirigentes populares, con plazos perentorios de desplazamiento o la amenaza de muerte, con logos de las águilas negras u otros nombres cercanos al clan del golfo, los urabeños, o gaitanistas. La osadía de estos grupos paramilitares, neoparamilitares, autodefensas o como se quieran denominar, es tal que en el Catatumbo un grupo de 200 guerrilleros que se dirigían de Caño Tomás a Caño Indio, lugar de la zona temporal de ubicación, fue bloqueadopor pobladores del lugar temerosos por la presencia de hombres armados dedicados a amedrentar a la comunidad.
La experiencia reciente de la desaparición de la Unión Patriótica por la vía del exterminio, no se puede volver a repetir.
Llama la atención la connotación local y regional de las personas asesinadas, con reconocido liderazgo social en sus respectivos territorios, en su mayoría escenarios del conflicto armado, lo que puede indicar el afán de los promotores de esta serie de golpes de afectar el cumplimiento de los acuerdos de la Habana, tanto en el componente de tierras, como en el de participación política a través de las circunscripciones especiales temporales próximas a su implementación. Sacar del medio a posibles contrincantes, puede ser una manera de incidir.
El Gobierno Nacional ha anunciado la conformación de una Comisión especial para hacerle frente a esta situación, la cual es bienvenida, pero insuficiente, ante la magnitud de las amenazas que por distintos medios, circulan en regiones de Antioquia como Urabá, tal como denunció Hugo Torres, vocero máximo de la Iglesia en la región. Al mismo tiempo, se observa el copamiento de territorios que antes estuvieron sometidos por las Farc, por parte de estructuras armadas ilegales dedicadas a percibir las rentas ilícitas de la coca y la minería ilegal, las mismas que han proferido las intimidaciones contra los líderes del campo.
El posconflicto con las Farc (y el Eln, ojalá) dependerá, además de la ejecución de los acuerdos,de la capacidad de la sociedad colombiana para asumir y generar la confianza necesaria en las bondades de doblar la página de la violencia, mediante la neutralización efectiva de las causas y fuentes de la confrontación armada. El Estado colombiano, con lo que aún le quede de legitimidad, por la crisis institucional que nos corroe, no puede dejar consolidar a los enemigos armados de la paz. Las caravanas de hombres y mujeres con brazaletes farianos hacia los precarios campamentos de concentración, no pueden ser en vano.
PD: El MUNDO, se volvió un diario gratuito en la semana. Paso audaz de las directivas de este querido periódico; su versión virtual también se remozó. Todo pensando en los lectores. Felicitaciones.