El Stali-madurismo, ¿se repetirá la historia en Latinoamérica?

Autor: Alejandro García Gómez
26 agosto de 2017 - 12:07 AM

El sueño del pensamiento latinoamericano -y mundial- libre, que esperaba que aquí iniciara el cambio de este bello e injusto continente hacia la justicia y las libertades democráticas, se transformó en la pesadilla de hambre, asesinatos e incompetencia

Derrumbado el atávicamente atrasado e injusto gobierno zarista, Lenin se dedicó a enfrentar la Revolución Blanca de la extrema derecha del zarismo, la nobleza, el militarismo de alto rango y la iglesia ortodoxa (todos dueños de siervos y tierras); al mismo tiempo, recuperaba al país del desangre que había representado la I Guerra Mundial, en la que había participado el ejército zarista con desastrosos resultados. Combinó el autoritarismo con estrategias nacionalistas, capitalistas y socialistas para lograrlo. A su muerte en 1924 –temprana para la revolución-, el mando se lo disputó cada facción que decía ser la heredera de su pensamiento y acción. Con astucia desvergonzada, con trepadora ética, el poder lo logró, un oscuro georgiano –no ruso-, Stalin. El ideal leninista del socialismo comunista para el mundo lo cambió por el del “Socialismo Real”, el que él presidía: sólo Rusia como el ejemplo y bastión del paraíso socialista. Y empezó a “purgar” a quien se opusiera a su acción, dentro o fuera del país: asesinatos y deportaciones, selectivos o en masa. Y, paralelo, comenzó a reescribir (sus “asesores”, claro está) el marxismo-leninismo a su manera.  Interrumpió Las Purgas ante la amenaza nazi, durante el sitio de Stalingrado, 1942-1943, cuando obligó a los civiles a no moverse de la ciudad. El socialismo demócrata (contra quien iban también las Purgas, dentro y fuera de Rusia) y el comunismo mundial (mucho menos numeroso que aquel) guardaron cómplice silencio ante la barbarie. ¿Por qué? Porque Rusia era no sólo el modelo del paraíso socialista aquí en la tierra, sino el garante de lo$ recur$os. Esto convirtió al “tavarich” (camarada) Stalin en el jefe de ceremonia$: “quien pone el billete, pone las condicione$”.

Otra vez Venezuela: Ahora dizque el río Arauca se movió

Hoy la historia parece que volviera a repetirse. Una parte de la llamada izquierda latinoamericana voltea a mirar a otro lado frente al inepto, corrupto y asesino gobierno de Maduro, heredero ungido por Chávez. El sueño del pensamiento latinoamericano -y mundial- libre, que esperaba que aquí iniciara el cambio de este bello e injusto continente hacia la justicia y las libertades democráticas, se transformó en la pesadilla de hambre, asesinatos e incompetencia de un gobierno inepto y corrupto que comenzó con los descomunales errores de Chávez, debidos a su egolatría, a su error de cálculo y a su incompetencia. Hacer la del avestruz de nada sirve. Parece que la cúpula de privilegiados corruptos de Venezuela la hará virar hacia una política más incierta que la de Cuba, con un pueblo sin lo básico para vivir  con dignidad. Hasta las más apartadas aldeas colombianas están llegando venezolanos que huyen. Ni se diga de nuestras ciudades mayores y de la región fronteriza.

¿Cuál ha sido hasta ahora la actitud de una parte de la izquierda latinoamericana? Al comienzo, con silencio cómplice, mirar hacia otro lado. Hoy se ha transformado en la defensa de lo indefendible: que todo, los desplazados, el desabastecimiento, la violencia asesina, etc., son mentira. Una parte de la izquierda colombiana repite la cantinela que Maduro y su cúpula “exigen”: qué por qué no dejamos de fijarnos lo que ocurre en el hermano país y no vemos nuestros propios problemas. O sofismas similares, al unísono.

Concibo la izquierda como una opción de quienes buscamos la justicia en fusión con las libertades democráticas (en un todo humanista), con un único objetivo: la dignidad de toda vida humana. Eso no da a nadie patente de corso ni para ser criminal ni para callar ante el crimen, la podredumbre y la barbarie de cúpulas corruptas y asesinas, en cualquier parte del mundo. Ni Pinochet ni Maduro.

Uribe-Chávez: norte contra sur

Tampoco estoy de acuerdo en una acción militar sobre ese país ni que sirvamos como carne de cañón de los EU para acabar con la tiranía. Es claro que su estrategia de servir como punta de lanza también es otra cortina de humo del gobierno Trump para tapar los escándalos de sus relaciones con Rusia. Además, para los gringos, lo$ negocio$ $iempre van primero. Para nosotros, la guerra siempre será una incertidumbre, al igual que, siempre, seríamos los perdedores. En artículos anteriores he explicado el por qué. Me disculpo por citarme.

Le puede interesar: Las siempre espinosas relaciones de Colombia con Venezuela

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