El Valle de San Nicolás presenta un acelerado crecimiento poblacional, los proyectos urbanísticos también han aumentado en los últimos años. Cornare y las administraciones locales intentan, basándose en los POT, que el crecimiento no sea desbordado.
El crecimiento urbanístico “a veces es una cosa arrolladora e inatajable, pero no deben ser los constructores los que planifiquen el territorio”, afirmó Andrés Julián Rendón, alcalde de Ríonegro. Según cifras de la Gobernación, el crecimiento poblacional anual de la región es de 0,8%.
El crecimiento en el Valle de San Nicolás, principalmente en Rionegro, es patente. Entre 2012 y 2015 el número de licencias de construcción aprobadas en este municipio se triplicó frente a la anterior administración, aunque en los dos últimos las cifras han vuelto a descender, según manifestó el mandatario.
“El oriente antioqueño es en estos momentos una prueba de lo que es un crecimiento no controlado, Medellín se está trasladando hacia esta región y está reemplazando la capa vegetal por el concreto. Esto crea a su vez problemas de desplazamiento social, es decir, los anteriores pobladores ya no tienen las condiciones para vivir porque algunas zonas cambiaron de estatus”, destacó Jorge León Pérez, coordinador del Centro de Pensamiento de la Sostenibilidad y Productividad Minera de la Universidad Nacional, quien ha trabajado en proyectos de desarollo de esta región.
El alcalde de Rionegro aseguró que el Valle de San Nicolás puede albergar la masa urbana del Valle de Aburrá desde Bello hasta Envigado en cerca de tres veces (Bello, Medellín y Envigado suman 3.172.700 habitantes en su zona urbana, seis veces la población del Oriente) y apuntó que “con los problemas ambientales que tiene el Valle de Aburrá se pone de manifiesto la urgencia de planificar ordenadamente este territorio alrededor de los servicios públicos y la movilidad”.
“La presión de crecimiento va a ser cada vez mayor, no queremos que se ocupe el territorio desordenadamente”, especificó Rendón.
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Precisamente en febrero de 2017, el Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Rionegro ordenó la evacuación de la unidad Altos del Lago por fallas en su estructura. Una decisión tomada por la Alcaldía, según manifestó en un comunicado, “para prevenir y mitigar los riesgos”.
Para que el crecimiento no se desborde y sea sostenible, tanto las administraciones locales como Cornare han planteado estrategias conjuntas, basados en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), hojas de ruta en la distribución del territorio.
Diana Henao, jefe de Ordenamiento Territorial de Cornare, señaló que para lograr una urbanización adecuada es necesario: “Comprometer al sector de la construcción y a la comunidad en prácticas ambientales responsables con el medio ambiente, fortalecer el conocimiento de los funcionarios municipales en sus competencias, mejorar los contenidos e instrumentos de los POT, efectuar mejor aplicación y control por parte de las administraciones locales y potenciar el control ambiental”.
Para ello, precisó la funcionaria, existe un acuerdo de sostenibilidad ambiental con el sector de la construcción a través de Camacol, además Cornare realiza “asistencia técnica y acompañamiento a los municipios para la modificación y ajuste de los POT”.
Rionegro es el núcleo del crecimiento urbanístico y poblacional en el Oriente, pero otros municipios “no han sido ajenos a ese crecimiento” precisó Giovanni Grisales, secretario de Planeación y Obras Públicas de El Retiro, “no obstante, en nuestro caso, la normatividad vigente ha permitido que se realice de una manera controlada”.
En 2013 El Retiro aprobó el Plan Básico de Ordenamiento Territorial (Pbot) el cual aumentó en dos kilómetros cuadrados la zona de expansión urbana “lo que creó una demanda de urbanizadores que intentarán desarrollar esos proyectos en los próximos 10 o 15 años”, apuntó Grisales.
Néstor Fernando Zuluaga, alcalde del Carmen de Viboral, puntualizó que “no permitiremos que ese auge inmobiliario que hoy llega a la región desborde la capacidad de servicios públicos” y resaltó la importancia del trabajo conjunto de los municipios que están recibiendo este auge inmobiliario.
También los pueblos del Oriente que no están ubicados en el altiplano han presentado un crecimiento urbanístico, aunque más moderado. Álvaro López, director de la Regional Aguas de Cornare, explicó que tal es el caso de los municipios de la subregión de los embalses, donde pese a que “los aportes residuales de aguas domésticas todavía son muy pocos gracias a la escaza urbanización, hay un déficit en la región de más de 14.0000 sistemas sépticos individuales en las zonas rurales”.
El caso de La Ceja
Tras cinco años de atraso en la actualización del Pbot, concejales de La Ceja denunciaron un presunto detrimento patrimonial en la elaboración de este documento por 220 millones de pesos pagados en la anterior administración.
El alcalde Elkin Ospina señaló que el documentó lo recibieron de la anterior administración con irregularidades, puesto que no había sido aprobado por Cornare. En octubre de 2016 la Alcaldía contrató un comité asesor para dar una revisión al Pbot, en el cual actualmente están trabajando.
El Plan de Ordenamiento que rige actualmente en este municipio es calificado como deficiente por el estudio Tres Valles: el territorio de la economía: una estrategia de ordenamiento económico-territorial para los valles de Aburrá, Occidente Cercano y San Nicolás en Antioquia (2012) de la Universidad del Rosario: “El plan básico de ordenamiento no reconoce una relación estratégica con el Oriente Antioqueño ni con los municipios del Valle de San Nicolás”.
Aunque La Ceja no es el único municipio de la región que tiene retrasos en la renovación del Pbot. San Vicente Ferrer tiene un retraso de seis años y el mismo estudio señala sobre el documento vigente que “no se establecen objetivos ni estrategias para el desarrollo de la actividad industrial, ni proyectos de movilidad de articulación con la región”.
Varios municipios de la región están en procesos de actualización de sus POT, Pbot y EOT para responder adecuadamente a este crecimiento urbanístico y evitar problemas a mediano y largo plazo.
Formulación del POT
Los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) y Planes Básico de Ordenamiento Territorial (Pbot) son los instrumentos para la planeación física, social y económica del territorio planteados por la Ley 388 de 1997. Los alcaldes son los encargados de formular los POT y los consejos municipales de aprobarlos. Por su parte, los asuntos ambientales deben ser avalados por Corporaciones Autónomas Regionales. La comunidad debe participar en el proceso de formulación y adopción, la Ley 388 dispone de espacios y tiempos específicos para la participación y concertación público-privada.
Carlos Mauricio Henao Barrera, ingeniero civil de la Universidad Nacional, preció que algunas veces los POT “establecen un modelo de ciudad que se quedan solo plasmadas en libros de buenas intenciones” y explicó la importancia de estos que estos documentos porque son “la carta de navegación y hoja de ruta que sirve como punto de partida de los procesos de crecimiento de ciudad y que apuntan a la integración del territorio y no a la segregación socio-territorial que en muchas oportunidades prevalece”.
De acuerdo, al número de habitantes es determinado el documento que rige el territorio:
Plan de Ordenamiento Territorial (POT): Municipios con más de 100.000 habitantes.
Plan Básico de Ordenamiento Territorial (PBOT): Municipios entre 30.000 y 100.000 habitantes.
Esquema Básico de Ordenamiento Territorial (EOT): Municipios con menos de 30.000 habitantes.