La televisión se ha convertido en un negocio de propiedad de unos pocos privilegiados.
La televisión se ha convertido en una ocupación diaria para millones de colombianos, los que en promedio ven una hora y unos pocos minutos al día, por lo que ese medio de comunicación es ahora en la realidad el verdadero maestro de toda nuestra población.
La televisión es el medio más importante para toda Colombia pero tal medio no es controlado por el alto poder convirtiéndose simplemente en un negocio de propiedad de unos pocos privilegiados.
Hace unos 50 años cada ciudadano tenía un modo de hablar con acentos y características diferentes, pero hoy la televisión ha unificado los acentos y los vocabularios que se usan desde la Guajira hasta el Amazonas.
El mejor negocio posible para Colombia sería indemnizar a los pocos actuales dueños de la televisión y convertir ese medio en el gran educador de toda nuestra patria, lo que se debería hacer siempre en una forma amena y divertida. El Ministerio de Educación debería controlar ciento por ciento de la televisión al mismo tiempo que debería llamar a los más sabios y altos intelectuales para que sean una especie de junta directiva que oriente la televisión, para que inteligentemente y en forma divertida nos eduquen ingeniosamente.
En la actualidad los noticieros de la televisión son los reales maestros de todos los delincuentes pues sin querer queriendo enseñan el modo y las estrategias para que quienes infringen las leyes no sean detectados por las autoridades.
Si la televisión determina el modo y la manera de vivir, es necesario que el sistema educativo la controle, por lo que las altas autoridades deberían tomar rápidas decisiones que determinen con exactitud el verdadero control que hoy tiene la televisión sobre toda la sociedad.
Por último quiero recordar que hace 50 años lo más importante que había era el cine, llamado el séptimo arte, y todos los fines de semana se colmaban los teatros; hoy, la televisión ha hecho olvidar el cine.