Ejercicios militares conjuntos entre EE. UU. y Corea del Sur podrían elevar nuevamente la tensión con Corea del Norte.
Estados Unidos aseguró este martes que no cancelará unos ejercicios militares que sus tropas y las surcoreanas tienen previsto iniciar el próximo lunes, a pesar de la insinuación de Corea del Norte de que tendrá ese factor en cuenta para decidir si retoma sus amenazas a la isla estadounidense de Guam.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha decidido suspender sus planes de atacar Guam con el fin de "desactivar la tensión" con Estados Unidos, y ha asegurado que quiere "observar un poco más" las acciones de EE. UU. antes de ejecutar esa amenaza, según informó este martes la agencia estatal norcoreana, Kcna.
Las palabras atribuidas a Kim parecen apuntar a los ejercicios militares Ulchi Freedom Guardian de las tropas surcoreanas y estadounidenses, que el régimen norcoreano considera una provocación.
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Al respecto, la portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Heather Nauert, aseguró que siguen adelante los planes de comenzar esos ejercicios anuales el próximo lunes. "Tenemos derecho a hacerlos con nuestro aliado, Corea del Sur, y vamos a seguir con ello, eso no va a cambiar", subrayó Nauert en una conferencia de prensa.
"No hay equivalencia posible entre lo que ha estado haciendo Corea del Norte, con sus pruebas nucleares y de misiles balísticos intercontinentales, y la actividad legal que mantienen Estados Unidos y Corea del Sur", argumentó la portavoz.
Los ejercicios militares conjuntos "se programan desde hace mucho tiempo, con base en el acuerdo de defensa mutua de 1953, y son cuidadosamente supervisados por la comunidad internacional para asegurar que cumplen con el acuerdo de armisticio" entre las dos Coreas, agregó Nauert.
Un portavoz del Pentágono, el teniente coronel Christopher Logan, confirmó más tarde que los ejercicios militares "seguirán adelante como estaba planeado". "Estos son ejercicios regulares y anuales, y son la culminación de muchos meses de planificación", aseguró Logan.
La operación durará hasta el 31 de agosto e involucrará a 17.500 militares estadounidenses, incluidos unos 3.000 que llegarán desde fuera de la península coreana, y está diseñada para mejorar la capacidad de EE. UU. "de defender a Corea del Sur", añadió.
El secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, aseguró que su Gobierno sigue "interesado en encontrar una forma de llegar a un diálogo, pero eso es algo que depende de él", en referencia al líder norcoreano.
Su portavoz matizó en la conferencia de prensa que Corea del Norte tiene que dar "pasos serios" si quiere dialogar con Estados Unidos, y que eso "no va a pasar inmediatamente". Echarse atrás en la amenaza de atacar a Guam no es suficiente para lograr un diálogo con Washington, y Pyongyang tiene que hacer "mucho más" para llegar a ese punto, agregó Nauert.
El Gobierno de Donald Trump ha mantenido ya algunas conversaciones con el régimen norcoreano, un discreto diálogo que comenzó en Oslo (Noruega) en mayo de 2017, según la investigadora y experta en la región Susan DiMaggio, quien facilitó los contactos.