Venía del encuentro mundial de ciudades felices en Quillota, Chile y lo primero que escucho del Médico oftalmólogo José Ramón Enríquez Herrera, presidente municipal, es la expresión: “Durango te quiero feliz”
Una tarde caminando por el centro histórico de la ciudad es suficiente para entender que fue un gran referente la ciudad de Victoria de Durango, entre otras, porque las construcciones clásicas y neoclásicas, inclusive algunas barrocas que se resaltan, además de muchas más tendencias arquitectónicas que están puestas ahí, certifican por que fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Hace parte de la región del norte de México, con unos 700 mil habitantes y ubicada en una de las zonas más prósperas para la industria cinematográfica de todo el mundo, por que además de los privilegios que tienen por estar hospedados en terreno fértil, tienen mayor exposición a la luz, lo que hace que sea más rentable grabar en exteriores, además, sus paisajes y conformaciones urbanas son perfectas para las películas del oeste, por eso la mayoría han sido grabadas allá. Me dice una señora que estaba parada al frente de la catedral: “ duranguense que se respete, ha sido extra en alguna película”.
El caso es que estuve un par de días recorriendo esta ciudad encantadora, probando sus delicias gastronómicas, entendiendo el particular afecto por los alacranes, y estudiando de cerca las propuestas a mediano y largo plazo que el gobierno de la ciudad generosamente me proporcionó. Venía del encuentro mundial de ciudades felices en Quillota, Chile, y lo primero que escucho del médico oftalmólogo José Ramón Enríquez Herrera, presidente municipal, es la expresión: “Durango te quiero feliz” una frase que resume toda la política de bienestar que tiene planteada para la ciudad para el largo plazo, donde lo más importante es la recomposición social basada en la inversión ciudadana. Esto Implica que se piensa en el espacio público como un lugar para el encuentro repotenciado con equipamiento que incentive su uso y goce. Además de pensar todo el perímetro de Victoria de Durango como una ciudad región, que abarca los ejes urbanos más importantes del estado y los articula con sistemas de transporte eficientes y ambientalmente sustentables. Toda esa maravilla planeada a un mediano plazo para que se ejecute independientemente el que gobierne, donde los ciudadanos serán los encargados de custodiar el desarrollo minucioso de todo el proyecto que pondrá a la ciudad en el centro articulador más importante y más próspero de todo el norte de México y uno de los más significativos del mundo entero. Esa gran apuesta me ilusionó sobre manera, no se si porque por fin encontré en México un plan que estaba construido por encima de los gobiernos de turno, que ya el embeleco de los dirigentes de turno no primaría, sino la capacidad de cumplir con el plan trazado, o por que el empoderamiento ciudadano será el que se encargue de resguardar y vigilar que se haga mínimo lo que está puesto en la gran propuesta. Me hizo feliz Durango esta vez, por que si se logra descontaminar la ciudad y a sus ciudadanos de los esquemas politiqueros en los que se ha venido moviendo en estos últimos 150 años, realmente se conformará una superciudad, en palabras de Alfonso Vegara y con eso, otro polo de activación económica del nivel de Sao Pablo en Brasil o incluso del de la Ciudad de México. Sería la forma perfecta de probar una vez más que hay que construir #CiudadaníaAntesQueCiudad y en ese orden estrictamente. Otra ciudad que le apuesta al bienestar como política pública, otra más que hará parte de la red mundial de ciudades felices.