Los Archivos Nacionales tienen hasta el próximo jueves para decidir cuáles de los 3.100 expedientes clasificados que poseen sobre el asesinato de Kennedy pueden salir a la luz y cuáles deben seguir en secreto.
El presidente estadounidense Donald Trump anunció este sábado que desclasificará los archivos del asesinato de John F. Kennedy, mandatario demócrata que murió por disparos de bala en una visita política a Dallas el 22 de noviembre de 1963.
"Sujeto a la recepción de más información, permitiré, como presidente, que se abran los archivos de JFK bloqueados y clasificados durante mucho tiempo", escribió Trump en su habitual serie de mensajes matutinos, pero sin precisar más al respecto.
Una portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, dijo que la oficina de Trump está trabajando "para asegurar que pueda publicarse la máxima cantidad posible de datos" de esos archivos para el próximo jueves, una fecha límite marcada bajo una ley de 1992.
Pero Walters reconoció que a la Casa Blanca le preocupa el hecho de que "algunos registros de esta colección no se crearon hasta la década de 1990", y deben ser revisados para garantizar que su publicación no cause un "daño identificable" a la seguridad nacional.
Un funcionario del Congreso que ha seguido de cerca el proceso afirmó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha presionado a Trump para que bloquee la publicación de algunos documentos, posiblemente para ocultar sus métodos o la identidad de algunos espías que podrían seguir vivos.
"Supongo que el presidente podría cambiar de idea en el último momento, pero a no ser que lo haga, no habrá una publicación absoluta de esta información. Veremos muchos archivos la semana que viene, pero no todos, desafortunadamente", indicó la fuente, que pidió el anonimato.
Quienes cuestionan la versión oficial sobre el asesinato de Kennedy esperan impacientes la decisión de Trump, con la esperanza de que los nuevos documentos puedan arrojar luz sobre el mayor misterio de la historia reciente de Estados Unidos.
La mayoría de los 3.100 documentos pendientes de publicación fueron creados por la CIA, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de Justicia, y la ley de 1992 dicta que el próximo jueves deben publicarse por completo a no ser que Trump decida lo contrario.
Si bloqueara los documentos más delicados, Trump decepcionaría a historiadores y a quienes defienden teorías de la conspiración, un grupo del que él mismo no está tan lejos, dado que durante la campaña electoral de 2016 llegó a sugerir que el padre del senador Ted Cruz tuvo algo que ver con Lee Harvey Oswald, el presunto asesino de Kennedy.