El encierro de Santa Bárbara, lejos de su habitual presentación y juego, quedó en deuda con la afición.
Con las manos vacías quedaron los alternantes en la primera corrida de la XXVI Feria de La Macarena, celebrada el viernes en la noche, principalmente por el fallo en la suerte suprema del antioqueño Luis Miguel Castrillón y el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, y por la falta de materia prima para el español Iván Fandiño. En medio de la sequía de trofeos, pues ni una vuelta al ruedo hubo, quedaron algunos destellos de torería del matador local, así como la doma maestra del jinete, cuyo prestigio jalonó la buena asistencia de público a la plaza.
Decepcionante resultó el encierro de Santa Bárbara, la ganadería que mayores triunfos ha cosechado en los últimos años en Medellín. En líneas generales fueron ejemplares pequeños y pobres de carnes, a lo que se sumó que primero y cuarto se rajaron nada más iniciar la faena de muleta. Por el respeto mismo que la afición tiene por el ganadero Carlos Barbero, hay que decir claramente que ha sido el peor encierro enviado por esa dehesa a Medellín. En el callejón, entre veterinarios y conocedores de ganados, se debatía su era la edad (los toros tenían, en promedio, cinco años) o la alimentación, la causa de la mala presentación y el irregular juego.
La noche empezó con una oración a la virgen de La Macarena. Aunque la plegaria no tuvo amplificación, el presbítero encargado seguramente oró por la permanencia de la Fiesta en el actual contexto colombiano, donde la presión abolicionista es cada día mayor.
Con respecto al balance artístico, hubo apenas detalles. No se cortaron orejas, no hubo vueltas al ruedo, por lo que la noche se tornó tediosa por momentos.
Luis Miguel Castrillón se llevó lo más potable del encierro. Con su primero no desentonó respecto a lo último que se le había visto. Templado y lento con la capa, ligado y variado con el capote, ilusionó al público con una lidia de corte ortodoxo que se fue al traste con la espada. Incontables pinchazos, dos avisos y un descabello que salvó la devolución del animal vivo. Con el segundo no tuvo Castrillón la misma finura, pues aunque comenzó entusiasmado aprovechando el viaje del toro, los pases trompicados terminaron siendo la constante.
El rejoneador, Pablo Hermoso de Mendoza, alegró a la concurrencia con su doma, pues los toros no ayudaron mucho. Su primero, parado, no le permitió mayor lucimiento. Y a la hora de matar, el rejón no hizo efecto. Demasiados minutos pasaron sin que sonaran avisos, hasta que al fin dobló el ejemplar. Su segundo, último del festejo, estuvo distraído hasta la suerte de banderillas, cuando se animó a perseguir y, por ende, a facilitar las piruetas de los caballos. El ánimo iba creciendo, pero de nuevo el rejón de muerte falló. Esta vez sí hubo aviso.
Iván Fandiño, por su lado, tuve que vérselas con lo peor del encierro. Toros rajados hasta el desespero. El español puso voluntad, buscó recursos, trató de acomodarse a las condiciones de sus oponentes, pero todo fue en vano. El silencio fue el colofón de sus dos faenas. El mismo silencio con el que la gente se fue de los tendidos.
Ficha de la corrida
Primera corrida
Seis toros de Santa Bárbara
Noche fresca, techo abierto.
Asistencia: plaza casi llena.
Iván Fandiño
Picadores: Luis Viloria y Diego Ochoa.
Banderilleros: John Jairo Suaza “Chiricuto”, Jaime Devia y Emerson Pineda.
Toros: #823 “Iniciado” con 444 kilos (pitos en el arrastre) y #824 “Domingo” con 440 kilos (pitos en el arrastre).
Trofeos: saludo y saludo.
Luis Miguel Castrillón
Picadores: Clovis Velásquez y Reynario Bulla.
Banderilleros: Ricardo Santana, Carlos Garrido y Héctor Fabio Giraldo.
Toros: #816 “Embrujo” con 440 kilos (palmas en el arrastre) y #830 “Charlatán” con 445 kilos (palmas en el arrastre).
Trofeos: silencio y silencio.
Pablo Hermoso de Mendoza
Banderilleros: José Francisco Serrano, Jaime Mejía y Hernando Franco.
Toros: #792 “Festivo” con 442 kilos (palmas en el arrastre) y #865 “Dominguito” con 450 kilos (silencio en el arrastre).
Trofeos: silencio y silencio tras un aviso.