Para llevar a cabo la revocatoria de la reforma financiera, el presidente estadounidense necesita el respaldo del Congreso, algo para lo que buscará la ayuda de la mayoría republicana en ambas cámaras.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la marcha de reversa que quiere imponer a la mayoría de las medidas tomadas por su antecesor en la Casa Blanca, ordenó la revisión de la llamada ley Dodd-Frank, que regulaba fuertemente al sector financiero de ese país, y así evitar que se volviese a repetir la crisis económica mundial de 2008. Ante ello surge la preocupación de que esta desregulación lleve dentro de unos años a otra crisis financiera que golpee a una muy maltrecha economía mundial, pero todo dependerá hasta dónde llega esa “revisión”.
Según la agencia EFE, al momento de la firma Donald Trump, dijo: “Hoy estamos firmando los principios básicos de regulación del sistema financiero de EE.UU.” y el portavoz presidencial, Sean Spicer, en su rueda de prensa diaria, agregó: “Tenemos una necesidad desesperada para reformar cómo nos enfrentamos a la regulación financiera (...). La ley Dodd-Frank es una política desastrosa que está entorpeciendo los mercados y reduciendo la disponibilidad de crédito”.
Munir Jalil, economista jefe para la región andina de Citibank, indica al respecto: “Todo extremo es malo. En el pasado para hacer una obra de infraestructura se podía recurrir a un banco, hoy en día, dadas las regulaciones tan exigentes que hay, la inversión en esta área es considerada un capital de riesgo muy alto y eso hace que si tú haces una obra de infraestructura grande no puedas usar los bancos”.
Para Jalil, habría que esperar lo que proponga la administración Trump, pero considera necesario el equilibrio. Precisa que la existencia de las regulaciones es algo bueno y necesario, y considera innegable que hubo errores que llevaron a la crisis financiera, por lo que el punto no es quitar la regulación de aquello que debe regularse “pero cuando las situaciones se llevan a los extremos que impiden que se puedan hacer negocios normales, ni siquiera son los bancos los que pierden, es la economía la que al final terminaría perdiendo porque hay cosas que se podrían hacer pero que hoy en día la regulación no deja”. Sin embargo, admite “si se quita toda la regulación ahí sí podríamos vivir otra crisis”.
Miguel Jaramillo, director de la especialización en gerencia de mercados globales de la universidad EIA, no se atreve a vaticinar que la medida tomada por la administración Trump lleve a otra crisis como la de 2008. ¿Por qué? Porque el resto del mundo también se ha venido protegiendo y las normas bancarias establecidas en el tratado de Basilea III fueron una respuesta a aquel evento.
Sin embargo, admite que en caso de que se desmonte la ley Dodd-Frank “uno podría esperar que se baje la guardia y si se hace pueden terminar entrando créditos que no sean muy sanos”, lo que sí podría llevar a situaciones negativas.
La banca colombiana
Explica Munir Jalil que la regulación colombiana en respuesta a la crisis bancaria de 1999 se fortaleció con el fin de evitar que el sistema financiero volviera a repetir aquella situación y también reforzó normas para evitar que el mercado hipotecario volviera a vivir una situación similar.
Puntualiza el economista que el país no tiene una situación similar a la estadounidense dado que la regulación conocida como Dodd-Frank está relacionada con el llamado mercado de derivados (tipos de acciones), y ese en Colombia aún es muy pequeño a diferencia de Estados Unidos, donde es factor fundamental de su economía.
Pero “en lo que tiene que ver con manejo del riesgo bancario, Colombia fue pionero y hoy en día tiene un esquema que al menos es seguro y cómodo, lo que permite que los bancos puedan hacer negocios”, acotó el experto.