A los recién llegados, se les entregó lo básico para sobrevivir el invierno: una tienda, mantas, comida y combustibles para calentarse y cocinar, según la ONU.
Los desplazados de los barrios orientales de la ciudad septentrional iraquí de Mosul empiezan a regresar a sus hogares a medida que la mitad este de la urbe es reconquistada por las fuerzas iraquíes, pero más residentes huyen de los combates que continúan en otros distritos.
En los pasados días, 1.700 personas se marcharon del campamento de Hasan Shami, en la zona de Al Jazer, al este de Mosul, después de que las tropas gubernamentales expulsaran al grupo yihadista Estado Islámico (EI) de sus barrios, explicó Sadeq Mohamed, responsable del campo gestionado por la Fundación Barzani, una destacada ONG kurda.
"Había unas 11.000 personas (en Hasan Shami), 1.700 se marcharon la semana pasada, pero ayer y hoy estamos recibiendo nuevas familias", detalló Mohamed, quien añadió que los que regresaron a sus hogares lo hicieron a pesar de saber que habían sido destruidos o saqueados.
"Todos están ansiosos por volver a casa", subrayó, después de haber estado más de dos meses en el campamento, establecido tras el comienzo de la ofensiva contra el EI en Mosul y la provincia de Nínive el 17 de octubre de 2016.
A los recién llegados, se les entrega lo básico para sobrevivir en este invierno frío y húmedo: una tienda, mantas, algo comida y combustibles para calentarse y cocinar.
Mohamed calcula que los nuevos registrados se quedarán otros dos o tres meses más, hasta que sus distritos de procedencia también sean arrebatados al EI y vuelvan a ser seguros.
Un recién llegado, Seif Saleh, de 31 años, arribó al campamento anoche, tras huir de Mosul con su mujer, Asmá.
Es kurdo y trabajaba para la comisión electoral en Mosul, por lo que ha estado amenazado por los yihadistas, que la última vez que trató de huir de la urbe a principios de 2016 le arrestaron y le retuvieron durante varios días.