Desfachatez

Autor: José Alvear Sanín
15 marzo de 2017 - 12:10 AM

No vale la pena seguir enumerando los atropellos “jurídicos” que han convertido a Colombia en un país vasallo de Cuba, tutelado además por Venezuela, Chile y Noruega.

Gracias al newspeak, la inevitable lucha antisubversiva (obligación permanente de todo gobierno) fue convertida en una larguísima “guerra civil”, que dizque terminó con la firma de un “tratado internacional” entre el gobierno y una guerrilla. Ese inconcebible convenio (depositado irregularmente en Suiza) se transformó luego en la Constitución política más extensa del mundo, negada por el pueblo, pero refrendada por un Congreso embadurnado y avalada por una Corte servil.

No vale la pena seguir enumerando los atropellos “jurídicos” que han convertido a Colombia en un país vasallo de Cuba, tutelado además por Venezuela, Chile y Noruega; y tampoco atenernos a los mecanismos que han hecho posible el establecimiento de la dictadura.

La moral, la razón y el derecho nos asisten, pero no están en capacidad de devolver el país la democracia. El hecho real es que desde el 7 de agosto de 2010 vivimos bajo un gobierno de transición hacia el totalitarismo. En este nuevo régimen se distinguen varias etapas. Actualmente hemos llegado a lo que llaman “posconflicto”, donde ya todos los resortes del poder están en manos del mamertismo nacional e internacional.

Los triunfadores han llegado al poder por la puerta falsa que les ha abierto la traición, en unos casos ideológica, en otros, simplemente venal. Pero también hay traidores que además del placer perverso que les depara su actuación, derivan pingües provechos materiales. Lo mejor de dos mundos…

El viejo revolucionario, fanático, austero, famélico, marginal y resentido, está pasado de moda. Ahora la revolución se hace mediante la simulación artera y la infiltración eficaz. En la cúspide del poder se vive de manera regalada. En la China del capitalismo de Estado, los billonarios que este ha creado son los miembros del politburó de un partido comunista férreo que aplasta toda libertad política. En Cuba, el empresariado militar ha generado una “nueva clase” opulenta. En la pintoresca Bolivia de Evo surge una reciente oligarquía étnica. En Venezuela, el cartel de  los soles y la boliburguesía se atragantan frente a una población hambrienta…

Ahora bien, en Colombia, los inmensos recursos de las Farc, hasta ahora, no se traducen en ostentosa riqueza personal, pero ya empiezan a notarse las más premonitorias señales de lo que es su ejercicio del poder.

La desfachatez y arrogancia de los comandantes va in crescendo. “Nunca han tenido nada qué ver con el narcotráfico”. Pregonan sin reato su programa marxista-leninista. No permiten visitar los cuarteles que les edifica el gobierno.  No informan sobre la suerte de los secuestrados. Los niños seguirán en esa condición, aunque algunos serán “entregados a una organización social designada dentro del camino diferencial de vida”, en lugar de devolverlos a sus familias, maniobra que solo difiere de la anterior situación en cuanto el gobierno se hace cosecuestrador. No se sabe cuántas armas (y en qué condiciones) se entregarán a un “mecanismo bipartito” (Farc + cubanos con brazalete de ONU, por un lado; gobierno cómplice, por el otro). El abogado chapetón de ellos insulta a nuestros generales. A la docena de miembros del Secretariado se les organiza y paga una fuerza paramilitar de 1.200 guerrilleros, para que puedan pasearse como lo que son, el auténtico comando de una fuerza de ocupación en un país entregado. Y como si esto fuera poco, un cuerpo nominador, espurio y extremista, antes de escoger medio centenar de sicarios jurídicos se reúne con la cúpula fariana para recibir instrucciones, a la vista de un país atontado…

                                                                       ***

¡La mermelada explica tantas cosas! El precio del general Mora Rangel era apenas de 805 millones. Ya conocemos lo que costaron León Valencia y Antanas y empiezan a revelarse con cuentagotas los pagos a la oficina de Humberto de la  Calle, como un “concepto” de 2.000 millones para la reorganización burocrática de Colpensiones. Nada más urgente que descubrir hasta el último centavo de lo que nos ha costado el jefe entregador, con su carita de yo no fui, siniestro, taimado y desvergonzado personaje, el perfecto candidato a la presidencia para Raúl, Timo y Juampa.

                                                                       ***

¡Si Dios me da vida, cuánto daría por estar fuera del país entre el 6 y el 10 de septiembre

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Comentarios:

Luz Maria
Luz Maria
2017-03-15 16:40:35
!Pobre país !

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