A la cita con #LaEducaciónImporta solo llegaron Sergio Fajardo y Humberto de la Calle, a pesar de haberlos invitado a todos con más de 4 meses de anticipación
Luz Enith Castro Otálora
Estamos a un mes de las elecciones presidenciales y en los últimos días hemos visto cómo desde diversos sectores se ha citado a los candidatos para escuchar e interpelar sus propuestas alrededor de temas cruciales para el país. Algunos de los debates han servido de escenario para escuchar sus propuestas, en contraste con lo que los especialistas y la ciudadanía en general consideramos como acciones urgentes o temas innegociables a ser incluidos en el próximo programa de gobierno.
Particularmente en educación, el pasado 16 de abril, la Fundación Empresarios por la Educación, la Revista Semana, Educapaz y el Movimiento Todos por la Educación, invitamos a los candidatos a conversar sobre sus apuestas en torno al cierre de brechas, los aprendizajes con sentido y la inversión con eficiencia en el sector. A la cita con #LaEducaciónImporta solo llegaron Sergio Fajardo y Humberto de la Calle, a pesar de haberlos invitado a todos con más de 4 meses de anticipación y de haber concertado la cita frente a sus agendas.
Los asistentes, junto con más de 2.300 personas que se conectaron vía streaming, tuvimos la oportunidad de escuchar de la voz de los candidatos sus principales apuestas frente a la educación en temas como el presupuesto para el sector, la cualificación y dignificación de los maestros y la superación de inequidades. Sin embargo, brillaron por su ausencia propuestas claras relacionadas con temas prioritarios en el actual contexto de país como la educación para las ruralidades y la educación ciudadana.
La situación se repitió este lunes 23 de abril cuando, nuevamente, los candidatos declinaron su participación en dos debates orientados a conversar sobre el presente y futuro de la niñez y la juventud colombiana. Al encuentro organizado por la iniciativa Niñez Ya solo asistió Gustavo Petro. Con gran indignación y tristeza vimos cómo, quienes aspiran a gobernar este país, le fallaron a los niños y niñas que venían desde Manaure, Tumaco, Guapi, Leticia, Putumayo y Buenaventura, en representación de todo el país. Y también le fallaron al encuentro con niños convocado por Señal Colombia y Unicef.
Nuestra preocupación y voz de alerta no solo se eleva por lo ocurrido en los eventos mencionados, sino también por la falta de profundidad y claridad en las propuestas educativas de los candidatos más opcionados a ocupar la Presidencia. Sabemos que la educación es núcleo obligado para el abordaje del grueso de los problemas que hoy enfrenta el país en materia de corrupción, inequidad, violencia y desconfianza generalizada en las instituciones del Estado. Sin embargo, se mantiene ausente del debate la formación ciudadana como gran desafío de la sociedad democrática.
De acuerdo con los resultados del estudio internacional sobre educación cívica y ciudadana desarrollado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo, en Colombia un 73% de los jóvenes que participaron en el estudio apoyarían una dictadura como forma de gobierno, y un porcentaje importante asumen la tolerancia o permisividad frente a la corrupción como conductas aceptables. De otro lado, según el estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre desarrollo humano, somos el tercer país con mayor desigualdad del mundo, superados apenas por Haití y Angola. Por factores asociados a la inequidad, en Colombia los niños son expulsados de las escuelas antes de culminar los estudios básicos, y mucho más en la ruralidad donde, con esfuerzo, logran llegar a cinco años de escolaridad. El gran reto es lograr el acceso universal a una educación pertinente y de calidad que permita disminuir las brechas sociales, mejorar la permanencia y hacer más efectiva la inversión en educación.
Además: Un derecho para toda la vida
Sigue vigente el llamado de atención de la filósofa Martha Nussbaum quien señaló que “vivimos una crisis general de la educación”. Urge la necesidad de fomentar el pensamiento crítico desde la escuela, desarrollar desde la primera infancia la capacidad de empatía y la compasión y la valoración de la diversidad, así como recuperar la memoria histórica, para entender que como sociedad somos capaces de superar el miedo y tomar las decisiones correctas. La única opción que nos debe unir en estas elecciones es la educación: el papel aguanta todo lo que le pongan, pero si realmente la educación es una prioridad para los candidatos a la presidencia, les pedimos que lo demuestren con acciones.
*Subdirectora Línea Incidencia en la Fundación Empresarios por la Educación, una organización de la sociedad civil que conecta sueños, proyectos, actores y recursos para contribuir al mejoramiento de la calidad educativa.a