El primer mandatario, en su afán desmedido de adornar su imagen, propició la pérdida de credibilidad de muchas de las instituciones básicas que conforman la institucionalidad.
La expresión que titula este escrito, viene del idioma francés y se entiende que “es el fenómeno de tener la fuerte sensación de que un evento o experiencia que se vive en la actualidad se ha experimentado en el pasado”.
Se aplica muy bien a la “despedida” del primer mandatario, que, a propósito, según dicen en el imaginario popular: “Se despide más que Vicente Fernández”.
Es que el primer mandatario arreció y, de ¡qué manera! en la propaganda, patrocinada por Antv para mostrar los “logros” de su mandato.
No hay necesidad de elaborar una lista de muchos de sus “logros”, o mejor llamarlos incumplimientos. Como uno de los tantos “logros” trágicos se empieza por mencionar que, en días pasados, en el noticiero Caracol, se relató la infamia de la presa del río Ranchería en la Guajira, y que “casualmente” se paralizó hace ocho años. Se supo, en su momento, que se había suspendido la ejecución de los acueductos y los proyectos de riego, para no darle continuidad a una de las “obras de Uribe”, por mandato de “arriba”.
Esta actitud, no ha sido única, porque también, procedente “de arriba”, se tiene el “logro” infame de la persecución soterrada de muchos columnistas de opinión. También debe hacerse mención de la persecución “NO SOTERRADA”, o sea abierta, contra muchos líderes del partido de oposición.
Un “déjà vu” es también lo que viene sucediendo con el embeleco que le han montado al expresidente Uribe. Lo primero que viene a la memoria es la sorprendente coincidencia, en el “modus operandi”, con el caso del almirante Arango Bacci. A propósito: ¿en que andan los almirantes que propiciaron tal conspiración?
También es un “déjà vu, las reacciones del “intocable” senador Cepeda, atacado por una gran virulencia contra Uribe, en contubernio siempre con la CSJ. Ya, según ha trascendido, está buscando, siguiendo el ejemplo de Petro, la protección de los compinches de la Cidh. ¡Así cualquiera!
Es claro que mucho de estos ataques tan oportunamente bien orquestados, con la intervención de tantos personajes, algunos de los cuales, de muy dudosa procedencia, tienen que contar con una planeación, dirección, logística y suministro de recursos que “vienen de arriba”. En el ámbito nacional y atendiendo a la sabia pregunta de los investigadores de las novelas policiacas: “¿Quién se beneficia?”, se verá que si: “Blanco es, frito se come y gallina lo pone”, la repuesta es muy clara. Esa procedencia “de arriba”, se extiende en el terreno internacional pasando por el denominado “Foro de San Pablo (Sao Paulo)”, y a la “culebra viva” que es el comunismo internacional.
El primer mandatario, en su afán desmedido de adornar su imagen, propició la pérdida de credibilidad de muchas de las instituciones básicas que conforman la institucionalidad. La implantación del “fast track”, la JEP, la “tal” Comisión de la verdad, confirman este aserto.
También constituyen un verdadero “déjà vu, las estrambóticas reacciones de Mockus y las histéricas reacciones del candidato derrotado Petro, volviendo a convocar marchas y manifestaciones con el beneplácito de la autoridad.
Es un “déjà vu” también, el hecho de que los partidos mamertos son pésimos perdedores, y una vez que son vencidos democráticamente, recurren a toda clase de triquiñuelas.
Le pusieron una trampa más a Uribe buscando su eliminación como contraparte, llevándolo al extremo de presentar una eventual renuncia como senador. Al revelarse la magnitud de la conspiración, según se ha informado en el momento de escribir esta nota, el señor expresidente ha retirado su renuncia. Impresiona, ante esta decisión, el coro de lamentos del mamertismo, encabezados por la cadena radial mamerta y los aprendices de cómicos de La Luciérnaga.
La despedida de Santos está plagada de decretos firmados a última hora debido a su intención de dar toda clase de facilidades a los izquierdosos mamertos: Estatuto de la oposición, el protocolo para la protesta de manifestaciones, la fundación de la Biblioteca de la Paz (¿Habrá incluido los soportes contables de todos los gastos que le ha implicado al País el “tal” acuerdo de la Habana?).
El mandatario saliente está practicando, hasta lo último, el dicho modificado: “Agua que no has de beber…entúrbiala” y no el “déjala correr”. Es que, como taimado tahúr, se las ingenia para que, cual jugador de billar, maniobra para que el sucesor no pueda hacer ninguna jugada.
Como ya se empiezan a destapar muchos de sus “logros”, hay que considerar la situación económica. Es evidente que en la práctica el País está quebrado, pero “no temáis” a última hora ya se decreta una gran austeridad con las consecuentes reducciones drásticas del gasto público (¡Mermelada, Juanito!).
Con el cambio de Gobierno, muchos abrigan la esperanza de que se haga realidad aquello de que “Cesó la horrible noche”. ¡Ojalá Dios lo quiera así!